sábado, 5 de abril de 2008

Impuestos y gasolina...

http://www.prensalibre.com/pl/2008/abril/01/229143.html

La oposición de turno ha vuelto a pedir al gobierno de turno de que elimine el impuesto a la gasolina por el alza a los precios que logró cuadruplicar la invasión de EE. UU. a Irak. Es válido, pero debe ir acompañado —aprobación antes o el mismo día— de una respuesta en materia fiscal para tapar el agujero que dejará no recaudar esos fondos. ¿Qué discusión tiene al respecto el Congreso o tenemos los ciudadanos que discutimos?

Es que es muy fácil pedir la eliminación de impuestos o la baja de aranceles, y luego pedir al Estado que resuelva todo. Como cuando se ofrece en campaña eliminar el Impuesto Extraordinario y Temoral de Apoyo a los Acuerdos de Paz o bajar aranceles por un acuerdo comercial, pero no se toma en cuenta que eso generará menos recursos para el gasto social o el estado de Derecho.

Fueron los partidos principales que ahora tienen mayoría (uneístas, patriotistas y los que eran bergeristas) los que no llevaron una reforma plena contra la evasión y no exigieron a la banca o a los notarios informar al fisco sobre transacciones comerciales, como pedía Carolina Roca, de la Superintendencia de Administración Tributaria. ¿Por qué no continuar con esa reforma, cuya primera parte demostró que es una herramienta eficiente para mejorar la recaudación?

¿O por qué no se retoma el asunto de las exenciones fiscales que otorga la ley de maquila, de 1989? Está demostrado, con pruebas documentales oficiales, que empresas que no tienen que ver con maquilas o con importación de materia prima y exportación de manufacturas, y es utilizado por empresas como Embotelladora la Mariposa, Kellog’s, Kern’s o Zacapa Centenario (ver Prensa Libre, 11/12/06) para evitar “legalmente” pagar impuestos.

O podríamos, como país, adherirnos a la iniciativa de Naciones Unidas, del peruano Hernando de Soto y Madeline Albright, de incentivar el traslado, a la legalidad, de la economía informal o ciudadanos que no pagan impuestos por estar en tierras sin propiedad legal.

Creo que debemos afrontar el miedo a hablar de impuestos en Guatemala. El problema fiscal es transversal en el país, y si queremos construir un Estado digno de ese nombre —porque no tributan todos aquellos entre los que más tienen, o muchos de los que pueden, hacen como que son pobres (como los carteles de economía informal), lo que hace a la estructura injusta—.

El problema petrolero no es solo fiscal. Otras aristas son las de buscar sustitutos a petróleo, como biocombustibles o ahorros. Y el presidente Colom podría aprovechar su visita a Brasil para pedir que, a cambio de apoyos políticos, nos reconozcan como quinto productor mundial de azúcar y seamos parte de la iniciativa continental de fomento de biocombustibles entre Brasil y EE. UU. No sé si recuerdan, pero quedamos fuera porque El Salvador ganó el lugar centroamericano, al aportar soldados a la guerra de Irak.

La oferta de Petrocaribe, de petróleo chavista a mejores precios, debe analizarse y comparar, con precios en otros países, cuánto bajarían nuestros precios y a qué costo.

Y esto no va a dejar de suceder. O sea, nunca volveremos a los precios de petróleo de antes del 2003, o al menos no en la próxima década. Así que es mejor pensar en utilizar otras energías, no solo más limpias, sino con precios más estables.

El problema del petróleo puede parecer o ser uno sin solución, pero no nos queda más alternativa que ser ingeniosos y movernos.

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