Tras un mes de haber vuelto al país de ma- nera definitiva, los sentimientos son encontrados.
Por una parte, se sienten de una manera fortísima las consecuencias políticas del caso Rosenberg y la tensión por la inseguridad ciudadana —por más que el gobierno de Álvaro Colom se empeñe en obviar ambos—. Por otra parte, la ciudadanía y los jóvenes tienen a la ciudad y al país mucho más vivos, y eso se agradece.
El asesinato de Rodrigo Rosenberg logró espabilar a jóvenes clasemedieros, poner reflectores sobre la elección de las cortes para empezar a limpiar al Organismo Judicial y dinamitó el diálogo político nacional entre el gobierno de la UNE y las derechas (políticas, empresariales y mediáticas); así como dinamitó gran parte de su prestigio en el extranjero. Las encuestas que muestran una aprobación gubernamental del 50 por ciento en el interior ciegan al Gobierno ante ese parteaguas en su administración y nos llevan a una polarización para el 2011.
Esa explosión y sus consecuencias son más preocupantes porque postergan el diálogo político para las reformas estructurales que necesitamos como país, para salir de la jungla antipolítica y anticiudadana en la que estamos.
El gobierno “transformador” de la UNE no logró la reforma fiscal; no tiene la más mínima intención ni idea para hacer una reforma electoral que salve a los partidos de los caciques, los financistas privados y los narcos; no tienen idea de cómo llevar a cabo una reforma al servicio civil o la creación de un ministerio de desarrollo rural; no mantuvieron las políticas de transparencia; no han reformado el sistema económico ni financiero, caminan espoleados por la Cicig para la reforma del sistema judicial y sus logros mayores, como la gratuidad en Educación y Salud, no han sido respaldados con más recursos o más eficiencia o ingenio. Y a su política más importante, la de transferencias condicionadas, la han colocado en el centro de los debates populistas en vez de transparentarlas y convertirlas en un asunto de Estado.
Ahora tienen una oportunidad de oro para “reformar” las cortes y colocar unas decentes con su medio centenar de votos parlamentarios.
A mitad de período, le hace falta una oxigenación al gobierno de Colom. Mantener las cosas que ha hecho bien y cambiar las que ha hecho mal; no puede acometer ninguna de las reformas con los mismos cuadros y la misma tónica. Mantener gente como Roberto Alejos (presidente legislativo) y quitar a gente como Gustavo Alejos (secretario privado, acusado por Rosenberg).
¿Cuáles son sus mayores fracasos? Seguridad y transparencia. ¿Sus logros? Gratuidad y reforma judicial, espoleado por la Cicig y la sociedad civil. ¿Oportunidades? Cortes limpias y reiniciar un diálogo político.
PS. Ojalá que siga adelante la campaña contra la homofobia. Qué pena que mientras el mundo civilizado acepta a sus hijos que deciden orientaciones sexuales distintas y los insta a ser felices, acá todavía algún columnista los consideren una plaga. Hace falta más educación, autoestima, tolerancia y mundo.
martinpellecer@gmail.com
martes, 22 de septiembre de 2009
viernes, 18 de septiembre de 2009
99. Istmania
PS. Gracias CICIG, MP, PNC, Ejército por devolvernos el orgullo para buscar justicia.
Istmania
Este 15 de septiembre podría ayudar a nuestra maltrecha autoestima nacional con moivos reales para sentirnos orgullosos, pero puede servir para rescatar el sueño de Juan José Arévalo de la creación de Istmania, la República Federal de Centroamérica, empezando por la unión de los Estados de Guatemala y El Salvador.
En septiembre de 1946, los presidentes de Guatemala y El Salvador firmaron el tratado para la creación de la Federación. Estos son los puntos que escribió Arévalo en su obra Despacho Presidencial: Cada país mantendría su autonomía y su Congreso, pero se creará un Senado Federal con igual número de representantes por Estado. Los presidentes de cada Estado se mantienen como Jefes de Estado y se les prohíbe presentarse en diez años tras su mandato a la Presidencia de la Federación. En 2010 podríamos diseñar las capacidades de ese Senado.
Las primeras acciones son convocar a Asambleas Nacional Constituyentes –que ahora podría hacerse en una reforma constitucional por referendum, esa sí y no las babosadas de ProReforma- para legitimar a la República Federal. Mientras tanto, se ordena a los cuerpos diplomáticos y consulares de El Salvador y Guatemala actuar en conjunto para en un futuro próximo fusionar las embajadas.
Para materializar la Unión, el Tratado reza que se establecerán comisiones para unificar los ejércitos, los ministerios de Finanzas, las policías, los ministerios de Educación, las monedas, la legislación penal y así progresivamente los dos Estados. Se eliminan las fronteras y las aduanas y se crea el pasaporte centroamericano. Un arancel común y una nacionalidad común. Y un órgano asesor para la transición de los Estados separados a los Estados federados. Y cuando Honduras, Nicaragua, Costa Rica, (y ahora Panamá, República Dominicana y Belice) se quieran unir, pues bienvenidos.
El proyecto puede parecer utópico, pero el puente para llegar a esa tierra que se llama Istmania se llama voluntad política y visión. Un mercado de casi 20 millones de personas, una ciudadanía de casi 20 millones de personas, un ejemplo de civilización, la unión de energías para los desafíos comunes de pobreza, inseguridad, narcotráfico, democracia plena… una materialización del sueño centroamericano de 188 años.
Las condiciones son iguales que hace 63 años cuando Arévalo y la Revolución tomaron esa decisión. Claro, da más para soñar el gobierno que realmente es de centroizquierda y popular de El Salvador que nuestro gobierno de dizque izquierda, pero al menos en el discurso tienen la integración política. El gobierno de Berger al menos aceleró la integración comercial –bloqueada por los empresarios salvadoreños-, ahora los gobiernos "más progres" deberían avanzar en la parte política. El canciller Rodas tiene un año más para heredarnos a los centroamericanos una plataforma para la integración. Inshalá nos alcancen las energías.
PS. Qué orgullo saber que guatemaltecos nos inventamos una CICIG, la hacemos funcionar y la comunidad internacional (esa Santa Inquisición) nos apoye. Y hemos logrado juntos que 247 investigadores guatemaltecos de CICIG, MP, PNC y ejército y 13 extranjeros hayan capturado con pruebas científicas después de 4 meses a los principales sospechosos del asesinato material de Rodrigo Rosenberg. ¡Adelante!
martinpellecer@gmail.com
Istmania
Este 15 de septiembre podría ayudar a nuestra maltrecha autoestima nacional con moivos reales para sentirnos orgullosos, pero puede servir para rescatar el sueño de Juan José Arévalo de la creación de Istmania, la República Federal de Centroamérica, empezando por la unión de los Estados de Guatemala y El Salvador.
En septiembre de 1946, los presidentes de Guatemala y El Salvador firmaron el tratado para la creación de la Federación. Estos son los puntos que escribió Arévalo en su obra Despacho Presidencial: Cada país mantendría su autonomía y su Congreso, pero se creará un Senado Federal con igual número de representantes por Estado. Los presidentes de cada Estado se mantienen como Jefes de Estado y se les prohíbe presentarse en diez años tras su mandato a la Presidencia de la Federación. En 2010 podríamos diseñar las capacidades de ese Senado.
Las primeras acciones son convocar a Asambleas Nacional Constituyentes –que ahora podría hacerse en una reforma constitucional por referendum, esa sí y no las babosadas de ProReforma- para legitimar a la República Federal. Mientras tanto, se ordena a los cuerpos diplomáticos y consulares de El Salvador y Guatemala actuar en conjunto para en un futuro próximo fusionar las embajadas.
Para materializar la Unión, el Tratado reza que se establecerán comisiones para unificar los ejércitos, los ministerios de Finanzas, las policías, los ministerios de Educación, las monedas, la legislación penal y así progresivamente los dos Estados. Se eliminan las fronteras y las aduanas y se crea el pasaporte centroamericano. Un arancel común y una nacionalidad común. Y un órgano asesor para la transición de los Estados separados a los Estados federados. Y cuando Honduras, Nicaragua, Costa Rica, (y ahora Panamá, República Dominicana y Belice) se quieran unir, pues bienvenidos.
El proyecto puede parecer utópico, pero el puente para llegar a esa tierra que se llama Istmania se llama voluntad política y visión. Un mercado de casi 20 millones de personas, una ciudadanía de casi 20 millones de personas, un ejemplo de civilización, la unión de energías para los desafíos comunes de pobreza, inseguridad, narcotráfico, democracia plena… una materialización del sueño centroamericano de 188 años.
Las condiciones son iguales que hace 63 años cuando Arévalo y la Revolución tomaron esa decisión. Claro, da más para soñar el gobierno que realmente es de centroizquierda y popular de El Salvador que nuestro gobierno de dizque izquierda, pero al menos en el discurso tienen la integración política. El gobierno de Berger al menos aceleró la integración comercial –bloqueada por los empresarios salvadoreños-, ahora los gobiernos "más progres" deberían avanzar en la parte política. El canciller Rodas tiene un año más para heredarnos a los centroamericanos una plataforma para la integración. Inshalá nos alcancen las energías.
PS. Qué orgullo saber que guatemaltecos nos inventamos una CICIG, la hacemos funcionar y la comunidad internacional (esa Santa Inquisición) nos apoye. Y hemos logrado juntos que 247 investigadores guatemaltecos de CICIG, MP, PNC y ejército y 13 extranjeros hayan capturado con pruebas científicas después de 4 meses a los principales sospechosos del asesinato material de Rodrigo Rosenberg. ¡Adelante!
martinpellecer@gmail.com
Etiquetas:
asesinos materiales,
Centroamérica,
cicig,
El Salvador,
Guatemala,
integración centroamericana
lunes, 7 de septiembre de 2009
98. Sobre el hambre en Guatemala
98. Wachik’aj
En este país todos tenemos responsabilidad por esa vergüenza.
Hambre
Este año nos volvimos a sacudir, como en tiempos del FRG-portillismo, con la cachetada del hambre en el Oriente del país. De poco sirvieron las críticas que encontraron entonces la responsabilidad total del gobierno de entonces, y de poco sirvieron también los esfuerzos durante la administración anterior de Berger; el problema es estructural, aunque la responsabilidad primera por no revertirlo recaiga sobre el gobierno de Colom.
Vamos a la primera responsabilidad. El gobierno “de los pobres” ha sido nefasto para administrar el Ministerio de Agricultura. Ha colocado a ministros corruptos (Robles) o chambones que no pueden ejecutar, ha desaprovechado cualquier ofrecimiento de colaboración con empresarios dinámicos, se le ha ido todo en corrupción y mediocridad. Sí, el Presidente tiene razón en que hay radicales a los que les encanta echar pan para su matate, pero es como si Obama se pusiera a poner excusas de que nunca ha habido una reforma en la Salud de su país para cruzarse de brazos. La mayoría lo puso en el asiento presidencial no para que diga que los problemas siempre han estado allí sino para que asuma responsabilidades y haga cambios.
Olivier de Shutter, relator de Naciones Unidas para el derecho a la Alimentación, dijo tras observar la situación del país que está alarmado, que los programas asistenciales de esta administración están bien, pero que no son sostenibles. Eso parecemos tenerlos todo claro, menos en el Gobierno de la UNE.
Ahora vamos a otras responsabilidades. De Shutter instó al país a elevar su carga tributaria (10 por ciento). The Economist, el semanario más prestigioso del mundo, tituló un artículo sobre Guatemala y el hambre “Vergüenza Nacional” porque el país no es pobre sino desigual. A pesar de esto volteamos la primera mirada a la cooperación internacional para que nos ayude dándonos comida para los extremadamente pobres.
¿Por qué no volteamos esa mirada hacia nosotros mismos? Dar víveres está muy bien; es muy solidario y nos ayuda en nuestras conciencias. ¿Pero por qué no mejor decidimos pagar los impuestos que nos corresponden –no ya aumentar la carga tontamente imposibilitada por la fracasada reforma fiscal del gobierno de Álvaro Colom-?
¿Por qué no dejamos de evadir IVA, de pedirle al contador que diga que ganamos menos para pagar menos impuestos, de hacer acuerdos con el vendedor por medio de abogados para evitar pagar impuestos… tantas marufias para pasarle la bola de la responsabilidad a otro –el Gobierno- pero dejarlo descalzo para que no pueda patearla bien?
Sí, que el Estado no funciona y es mediocre y corrupto. ¿Por qué no damos entonces a nuestros mejores hijos y profesionales para que sean parte de un servicio civil decente, bien remunerado y motivado?
¿Por qué no asumimos cada uno nuestra responsabilidad y empezamos a hacer algo?
PS. Las Comisiones de Postulación tienen, como nunca antes, los ojos puestos encima. Los ojos de sus financistas –con dinero del crimen organizado o de grandes empresarios- y ahora la fiscalización de la sociedad civil, interesada en cortes más limpias. No pueden dejar pasar por alto las denuncias y el veto a 10 abogados corruptos que hizo el Movimiento pro Justicia.
martinpellecer@gmail.com
En este país todos tenemos responsabilidad por esa vergüenza.
Hambre
Este año nos volvimos a sacudir, como en tiempos del FRG-portillismo, con la cachetada del hambre en el Oriente del país. De poco sirvieron las críticas que encontraron entonces la responsabilidad total del gobierno de entonces, y de poco sirvieron también los esfuerzos durante la administración anterior de Berger; el problema es estructural, aunque la responsabilidad primera por no revertirlo recaiga sobre el gobierno de Colom.
Vamos a la primera responsabilidad. El gobierno “de los pobres” ha sido nefasto para administrar el Ministerio de Agricultura. Ha colocado a ministros corruptos (Robles) o chambones que no pueden ejecutar, ha desaprovechado cualquier ofrecimiento de colaboración con empresarios dinámicos, se le ha ido todo en corrupción y mediocridad. Sí, el Presidente tiene razón en que hay radicales a los que les encanta echar pan para su matate, pero es como si Obama se pusiera a poner excusas de que nunca ha habido una reforma en la Salud de su país para cruzarse de brazos. La mayoría lo puso en el asiento presidencial no para que diga que los problemas siempre han estado allí sino para que asuma responsabilidades y haga cambios.
Olivier de Shutter, relator de Naciones Unidas para el derecho a la Alimentación, dijo tras observar la situación del país que está alarmado, que los programas asistenciales de esta administración están bien, pero que no son sostenibles. Eso parecemos tenerlos todo claro, menos en el Gobierno de la UNE.
Ahora vamos a otras responsabilidades. De Shutter instó al país a elevar su carga tributaria (10 por ciento). The Economist, el semanario más prestigioso del mundo, tituló un artículo sobre Guatemala y el hambre “Vergüenza Nacional” porque el país no es pobre sino desigual. A pesar de esto volteamos la primera mirada a la cooperación internacional para que nos ayude dándonos comida para los extremadamente pobres.
¿Por qué no volteamos esa mirada hacia nosotros mismos? Dar víveres está muy bien; es muy solidario y nos ayuda en nuestras conciencias. ¿Pero por qué no mejor decidimos pagar los impuestos que nos corresponden –no ya aumentar la carga tontamente imposibilitada por la fracasada reforma fiscal del gobierno de Álvaro Colom-?
¿Por qué no dejamos de evadir IVA, de pedirle al contador que diga que ganamos menos para pagar menos impuestos, de hacer acuerdos con el vendedor por medio de abogados para evitar pagar impuestos… tantas marufias para pasarle la bola de la responsabilidad a otro –el Gobierno- pero dejarlo descalzo para que no pueda patearla bien?
Sí, que el Estado no funciona y es mediocre y corrupto. ¿Por qué no damos entonces a nuestros mejores hijos y profesionales para que sean parte de un servicio civil decente, bien remunerado y motivado?
¿Por qué no asumimos cada uno nuestra responsabilidad y empezamos a hacer algo?
PS. Las Comisiones de Postulación tienen, como nunca antes, los ojos puestos encima. Los ojos de sus financistas –con dinero del crimen organizado o de grandes empresarios- y ahora la fiscalización de la sociedad civil, interesada en cortes más limpias. No pueden dejar pasar por alto las denuncias y el veto a 10 abogados corruptos que hizo el Movimiento pro Justicia.
martinpellecer@gmail.com
martes, 1 de septiembre de 2009
97. México... (y disculpa pública a Manola Castillo)
97. Wachik’aj
… y disculpa a Manola Castillo.
México y…
Es público que admiro a ciudades como Bogotá y Medellín o países como Brasil por lo que hicieron en los últimos 15 años para cambiar. En cambio, he sido escéptico hacia el México desde el 2000 por la forma en que tratan a nuestros compatriotas en la vida real y en su imaginario de nación. Pero este último año han dado pasos importantísimos de los que podemos aprender.
El último ha sido la despenalización de la droga para el consumo personal (no meterán a la cárcel a quienes encuentren con dosis mínimas de drogas, sino los mandarán a clínicas de tratamiento). Allá y acá, se encarcela a jóvenes por dosis mínimas de droga es en muchas ocasiones porque algún policía quiere sobornar y no le pagan, y entonces “encuentra mariguana” en el carro o en los bolsillos. En Europa y Suramérica ya hay un cambio (y pronto en EEUU) para tratar a los consumidores no como delincuentes sino como adictos, y enfocar las energías en perseguir a los narcotraficantes.
Contrario a lo que vociferan muchos cínicos, es más probable reducir el consumo de un adicto metiéndolo a una clínica que metiéndolo a la cárcel. Además, al final los adictos en las cárceles terminan siempre siendo los que no pueden pagar mordidas.
Otro golazo mexicano ha sido la creación de una policía investigadora y de inteligencia élite formada por jóvenes egresados de las universidades (con apoyo de las universidades). Atrayéndolos con buenos sueldos, con prestaciones, recordándoles su responsabilidad con sanear el Estado (contrario a lo que predican en Guatemala dos universidades, que ponen como misión a los alumnos destruir el Estado por “ser la causa de todos los males” o por “ser de la oligarquía”).
Esto además del combate frontal a los cárteles (con más fuerza que inteligencia y estrategia, pero combate al fin), del que podemos aprender de sus errores.
Eso a nivel federal. En el DF, diez años de gobiernos progresistas han significado más inversión social, más inversión en infraestructura, más transparencia, más equidad para las mujeres (tienen derecho a decidir la interrupción un embarazo), apropiación de espacios públicos por parte de la ciudadanía. En fin… aunque tenemos que somatar la mesa en temas como el de migrantes, también podemos aprender mucho de nuestros hermanos mesoamericanos del Norte.
PS. Disculpa pública. El 3 de agosto de 2005, cuando cubría como reportero la cancillería, escribí una nota mostrando casos nepotismo en la administración de Jorge Briz. Entre ellas mencioné a Manola Castillo, ex compañera mía de licenciatura en Relaciones Internacionales, quien con 27 años era subdirectora general de cancillería.
En ese momento no me pareció bien que “por ser hija de otro ministro” la colocaran en ese puesto y no en uno más bajo como a otros compañeros míos que empezaban su carrera diplomática. Cuando pregunté en cancillería no me respondieron nada y la única apelación fue de un familiar mío, amigo de ese otro ministro, que me llamó diciendo que la quitara de la nota por ser mi amiga, a lo cual me negué.
Cuatro años después me entero por colegas de ella que el puesto de subdirectora no fue su primero en Cancillería sino fue un ascenso por su buen desempeño; además de tener las capacidades académicas. Por eso quiero ofrecerle disculpas públicas por haber puesto una mancha en su currículo. Lo siento mucho Manola.
martinpellecer@gmail.com
… y disculpa a Manola Castillo.
México y…
Es público que admiro a ciudades como Bogotá y Medellín o países como Brasil por lo que hicieron en los últimos 15 años para cambiar. En cambio, he sido escéptico hacia el México desde el 2000 por la forma en que tratan a nuestros compatriotas en la vida real y en su imaginario de nación. Pero este último año han dado pasos importantísimos de los que podemos aprender.
El último ha sido la despenalización de la droga para el consumo personal (no meterán a la cárcel a quienes encuentren con dosis mínimas de drogas, sino los mandarán a clínicas de tratamiento). Allá y acá, se encarcela a jóvenes por dosis mínimas de droga es en muchas ocasiones porque algún policía quiere sobornar y no le pagan, y entonces “encuentra mariguana” en el carro o en los bolsillos. En Europa y Suramérica ya hay un cambio (y pronto en EEUU) para tratar a los consumidores no como delincuentes sino como adictos, y enfocar las energías en perseguir a los narcotraficantes.
Contrario a lo que vociferan muchos cínicos, es más probable reducir el consumo de un adicto metiéndolo a una clínica que metiéndolo a la cárcel. Además, al final los adictos en las cárceles terminan siempre siendo los que no pueden pagar mordidas.
Otro golazo mexicano ha sido la creación de una policía investigadora y de inteligencia élite formada por jóvenes egresados de las universidades (con apoyo de las universidades). Atrayéndolos con buenos sueldos, con prestaciones, recordándoles su responsabilidad con sanear el Estado (contrario a lo que predican en Guatemala dos universidades, que ponen como misión a los alumnos destruir el Estado por “ser la causa de todos los males” o por “ser de la oligarquía”).
Esto además del combate frontal a los cárteles (con más fuerza que inteligencia y estrategia, pero combate al fin), del que podemos aprender de sus errores.
Eso a nivel federal. En el DF, diez años de gobiernos progresistas han significado más inversión social, más inversión en infraestructura, más transparencia, más equidad para las mujeres (tienen derecho a decidir la interrupción un embarazo), apropiación de espacios públicos por parte de la ciudadanía. En fin… aunque tenemos que somatar la mesa en temas como el de migrantes, también podemos aprender mucho de nuestros hermanos mesoamericanos del Norte.
PS. Disculpa pública. El 3 de agosto de 2005, cuando cubría como reportero la cancillería, escribí una nota mostrando casos nepotismo en la administración de Jorge Briz. Entre ellas mencioné a Manola Castillo, ex compañera mía de licenciatura en Relaciones Internacionales, quien con 27 años era subdirectora general de cancillería.
En ese momento no me pareció bien que “por ser hija de otro ministro” la colocaran en ese puesto y no en uno más bajo como a otros compañeros míos que empezaban su carrera diplomática. Cuando pregunté en cancillería no me respondieron nada y la única apelación fue de un familiar mío, amigo de ese otro ministro, que me llamó diciendo que la quitara de la nota por ser mi amiga, a lo cual me negué.
Cuatro años después me entero por colegas de ella que el puesto de subdirectora no fue su primero en Cancillería sino fue un ascenso por su buen desempeño; además de tener las capacidades académicas. Por eso quiero ofrecerle disculpas públicas por haber puesto una mancha en su currículo. Lo siento mucho Manola.
martinpellecer@gmail.com
Etiquetas:
despenalización,
Guatemala,
méxico,
narcotráfico,
universitarios
Suscribirse a:
Entradas (Atom)