martes, 30 de septiembre de 2008

50. Descaros

Busco y no encuentro una explicación de cómo hay guatemaltecos que pueden defender mentiras del tamaño del Tajumulco y después de eso posar sonrientes ante las cámaras para felicitarse por haber cumplido con “los principios”. Creo que deberíamos construirles un monumento para que los futuros ciudadanos recuerden los extremos a los que no hay que llegar nunca.

Por ejemplo, los alcaldes de Occidente que alegan que les están violando su soberanía municipal al obligarles a pasar los registros civiles al Registro Nacional de las Personas (Renap). Además, les quitarán ingresos. Además, las poblaciones están enfurecidas por semejante atropello y no saben si podrán controlar a sus bases (aló, jueves negro?) o que una institución (la ANAM, Asociación Nacional de Municipalidades) convocará a manifestaciones. ¿En qué parte del mundo se ha visto que una institución estatal convoque a manifestaciones?

Además, por lo menos que las demandas fueran legítimas, justas. No sé qué les hace falta para ver que la cédula de vecindad es un documento tan poco fiable, tan falsificable, tan comprable… debería darle vergüenza a esos alcaldes defender un monumento a la corrupción. ¿Cuántos actos delictivos no se cometen en este país al amparo de esas cédulas, cuántas licencias de armas y asesinatos, cuántos fraudes electorales municipales o distritales, cuánto lavado de dinero, cuántas adopciones ilegales no se hicieron así?

Al menos el Congreso sí se plantó esta vez ante esos intereses mezquinos, sabiendo que arriesgan a socios electorales. Bien por los diputados. Y ahora, pareciera que la zancadilla se las mete el propio gobierno que convocará a un “diálogo”. Ojalá que sólo sea para explicarles, con dibujitos y todo a los alcaldes que no puede continuarse con esas cédulas y que tendremos un Documento Único de Identidad decente a partir de 2009.

Y dicen que defienden el principio de descentralización. Si defienden así este pedacito de corrupción, cómo no defenderán las tajadas que ganan de las obras municipales, del clientelismo, de su pedacito de autoridad. De verdad que son campeones, pero lo que pasa es que no son fiscalizados.

Pero bueno, no son los únicos descarados. La crisis financiera mundial es la muestra del fracaso de los postulados económicos de cero-regulaciones para las corporaciones financieras y cero-intervención estatal en ese mercado (del modelo neoliberal impulsado desde los 80 por Reagan y Tatcher y seguido a pie juntillas por muchos latinoamericanos). Y ahora, por medio del dinero de contribuyentes estadounidenses y europeos, se rescatará el desastre provocado por los especuladores y avaros –que además tienen súper sueldazos y fueron beneficiados con recortes de impuestos por la administración republicana de Bush-.

A pesar de que para todo el planeta es evidente la lección de esta crisis –que los Estados no pueden dejar sin controles a los mercados-, los neoliberales guatemaltecos, tan campantes ellos, dicen que no, que es culpa del mercantilismo y de la intervención estatal. Por favor. No pueden ser tan fanáticos. Y son los “adelantados” en Guatemala.

PD. Todo el mundo disfruta de despedazar al Congreso como institución (en vez de a los diputados que lo merecen) y nunca nadie aplaude cuando hacen algo bueno. Quiero felicitar a los 107 diputados que aprobaron una decente Ley de Acceso a la Información. Ahora les quedaría de maravilla una ley ultra restrictiva de Armas y Municiones, una tibia reforma fiscal (la del ISO) y un presupuesto 2009 que no sea tan clientelista como el anterior. Adelante.

martinpellecer@gmail.com

martes, 23 de septiembre de 2008

49. Nación imaginaria

“No tenemos identidad nacional”, “la independencia no fue heroica”, “que lo único que nos identifica es que somos lo peor del mundo (haraganes, mentirosos, mediocres)”, blablá. Cada 15 de septiembre se repiten las mismas reflexiones sin resultados ni propuestas sobre la nación guatemalteca, sobre la guatemalidad.

Que los mexicanos o los salvadoreños o los gringos o los franceses o los brasileños sí tengan identidad nacional no es por magia o bendición o por muestra de nuestro destino de fracaso manifiesto, es porque sus Estados fueron exitosos en ese propósito. Y lo lograron con prueba y error hasta que lo consiguieron.

Esas identidades nacionales tienen su base en imaginarios, en imaginar al otro. Benedict Anderson resumió qué es la nación: una comunidad imaginada, pues nunca, aunque vivamos en Luxemburgo (500 mil hab.) podríamos conocer a todos nuestros connacionales. Para organizarnos la vida y “facilitarnos” las relaciones interpersonales, nos hacemos una imagen del resto de nacionales.

Así, los argentinos, en especial los porteños, se imaginan que son lo mejor que se puso en el mundo y mejores que europeos y gringos. Los franceses se imaginan que son los portadores de la cultura y los derechos del hombre en el mundo. Los mexicanos que son la raza cósmica, mejores que el resto del mundo. Los salvadoreños que trabajadores, los nicaragüenses que poetas, los gringos que buenas personas y salvadores del planeta.

Y no, no es así. Ni los argentinos ni los mexicanos son los mejores, ni los franceses los más cultos que los alemanes ni los salvadoreños más trabajadores que el resto del mundo ni todos los gringos son buenas personas, pero todos ellos creen que lo son. Entonces cuando miran a otro nacional creen ver a un culto o a un cósmico o a un buenagente.

Nosotros en cambio, como nuestro Estado (o quienes han estado en el poder, miopes en el 80% de la historia) no ha construido una nación, una identidad nacional de la que se sientan parte indígenas, mestizos, blancos y negros –como sí sucede en México, Brasil, Colombia o EEUU- y por lo tanto tenemos sólo imágenes negativas del resto de guatemaltecos. Así, la mayoría que se topa con otro guatemalteco piensa que es un haragán, mediocre, corrupto, envidioso, racista… Y no, no es así. No es que los guatemaltecos sean lo peor del mundo, pero nos lo creemos.

Muchos Estados en el mundo están ahora en proceso de construir su identidad –la mitad de países no logró una sola identidad nacional en estos 200 años desde la Revolución Francesa- porque la nación (esa alma abstracta sobre el país, como dijo Renan en 1872) es lo que da legitimidad al Estado. Y esa pasa por la escuela y los medios de comunicación. Podemos quitar los obstáculos y empezar a construirla o esperar que nuestros hijos y nietos sigan quejándose cada 15 de septiembre.

El primer obstáculo es el racismo. Tenemos que derrumbarlo. El segundo paso es reconocernos diferentes (multiculturales) y semejantes (interculturales). El tercero es leer la historia, saber de todos esos héroes, de esos trabajadores, de esas estrellas que ha dado esta tierra. Y cuarto, tener autoestima y empezar a ver el vaso medio lleno y trabajar para llenarlo. Después de todo, la otra alternativa es seguir diciendo, cruzados de brazos, que el país “va cada vez peor” (lo cual es mentira) por culpa del otro, del “inmensamente diferente” a pesar de que tiene dos ojos, una nariz, una familia, sueños, ganas de trabajar y ante el resto de 5 mil 999 millones 987 personas del mundo es un simple oriundo de Guatemala.

martinpellecer@gmail.com

lunes, 15 de septiembre de 2008

48. Obama vs. Palin

Qué si gana Obama o ganan McCain/Palin es lo mismo porque los gringos son una vaina. No. No es lo mismo para EEUU, ni para el mundo, ni para Guatemala y los guatemaltecos allá. Y no es la administración Bush represente a todos los estadounidenses o que todos sean iguales. La mayoría de gringos no entiende cómo su Estado ha ayudado a agravar muchos problemas del mundo, así como muchos acá no tomamos en cuenta que EEUU ha ayudado a defender muchos temas importantes en la historia.

A ver, el ticket republicano: McCain ha sido uno de los republicanos más centrados y racionales, pero en la campaña se ha radicalizado muchísimo, a lo Bush. Y Sarah Palin, su vicepresidenciable, es realmente de miedo. Los conservadores guatemaltecos la defienden diciendo que la critican por su edad o por ser mamá y por ser conservadora. No, no es ése el problema. La señora, de 44 años es gobernadora de Alaska hace dos años, ex alcaldesa de una ciudad de 10 mil habitantes y no tenía pasaporte hasta el año pasado porque nunca había salido de su país. No sólo es una ignorante del mundo sino una cavernaria ideológica.

Estudiante mediocre, Miss Alaska, madre de 5 hijos y defensora de que no se dé educación sexual en las escuelas (su hija de 17 años está embarazada), cree que debería enseñarse que no somos una evolución del mono sino que un buen día Dios nos puso aquí en la Tierra; está en contra de los derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo y de los derechos de los homosexuales. Cree que la guerra en Irak es “porque Dios lo quiere” y para vengar los ataques del 11 de septiembre.

Como buena radical, es de doble moral. Habla contra la corrupción pero cobró dietas por 300 noches como si estuviera de viaje y en realidad estaba durmiendo en su casa. Cobró dietas para su hijo, para que fuera a competir en una carrera de trineos de perros. Se describe a sí misma como un “pitbull con pintalabios”. Es racista, es intolerante y podría llegar a convertirse en presidenta de EEUU si McCain, de 72 años, llega a fallecer. Para los que pensamos en que no habría nunca nada peor que Bush, les presento a Sarah Palin.

En la otra mano está Obama, quien escogió a Joe Biden para vicepresidente demócrata. Biden es senador desde hace 26 años, experto en política exterior. Obama representa lo que muchos admiramos de los valores de EEUU. Hijo de keniano y una mujer de Kansas, fue criado por ella y sus abuelos y desde lo más bajo trabajó para superarse y llegó a graduarse de Columbia y Harvard, trabajó en los barrios pobres de Chicago y tiene una visión muy completa del mundo y cuáles son los verdaderos problemas y las soluciones.

Sabe que sin combatir la pobreza, el racismo, el genocidio y el cambio climático no habrá seguridad y paz; sabe que las multinacionales y los multimillonarios son los que tienen que pagar más impuestos y que el Estado tiene que tener un papel rector para compensar las debilidades del mercado. Sabe que las guerras son un último recurso y cree en el poder de la diplomacia.

Obama, de 47 años, ha ofrecido legalizar a los migrantes indocumentados, quiere tener una relación de amistad y respeto con América Latina, promoviendo la democracia y la justicia social como prioridades y no sólo el libre comercio y la lucha contra el narcotráfico; incluso quitará el embargo a Cuba. Es un ciudadano del mundo. Es una persona sincera –que no es poca cosa- y se ha ganado lo que tiene a pulso, con esfuerzo. Representa a los estadounidenses idealistas, a esos que muchos admiramos. Las encuestas muestran un empate. Así que este cuatro de noviembre, los estadounidenses tendrán en sus manos una buena parte del futuro del mundo. Y el mundo se merece a Obama.

martinpellecer@gmail.com

martes, 9 de septiembre de 2008

47. Entrelíneas (sobre la salida de Quintanilla)

Entrelíneas

El despido de Quintanilla por el espionaje en Casa Presidencial es un rompecabezas para la ciudadanía, un rompecabezas que el presidente Colom y su nuevo círculo íntimo sabe a la perfección cómo se arma.

No creo que esto sea un show para desviar la atención de otros temas de agenda nacional sino lo veo más como un corolario para los cambios del grupo de Quintanilla del poder. Los movimientos en Gobernación y Defensa después de la muerte del ministro Gómez eran obviamente una preparación para ir aflojando los tornillos de la silla del primer zar de seguridad de Colom y quitársela de un rompión, como sucedió.

Todos los que tenemos que ver con la política –desde su fiscalización y su análisis hasta los que la financian y dirigen- sabemos que los teléfonos son walkies-talkies, y que nos espían hasta los correos electrónicos y chats. Y nos los espían desde militares en activo y militares retirados que trabajan para políticos nacionales y locales hasta empresas y diplomáticos. Los que hemos estado en Casa Presidencial sabemos que había salas “limpias de micrófonos” en las que sí se podían hablar temas fuertes y otras en las que no.

O sea que el espionaje puede ser más bien la punta de iceberg de lo que se ha encontrado contra Quintanilla, ahora prófugo de la justicia, o una excusa que necesitaba Colom para animarse a despedirlo sin mancharlo tanto (qué pena).

Me llamó la atención el miedo del presidente. Primero, llamar a la Guardia Presidencial del Ejército a tomar el control de la Casa Presidencial; luego, soltar el medio improperio de “hijo de la gran” –como cualquier hijo de vecino y no un jefe de Estado, por más frágil que sea el Estado de Guatemala-; y luego, ordenara que no despegara ningún helicóptero presidencial. ¿Por qué? ¿Teme que Quintanilla tuviera algo que ver con el accidente fatal del ministro Gómez Presidente?

Soy alérgico a los fatalismos y a que esto muestra que “cada día estamos peor” y que el gobierno está “cada día más” débil. No. Prefiero pensar que es un corolario para el cambio de ruta en la conducción de los asuntos de seguridad del gobierno de Colom y el fortalecimiento de otras fuerzas dentro del Gobierno, que, en teoría, son más transparentes o al menos del status quo, y que cuentan con el aval de la embajada de EEUU.

Eso sí, hay asuntos que fueron eclipsados por este escándalo que no deben salir del debate. Uno es la captura de Manolo Castillo, por el asesinato de los salvadoreños. Eso es un paso adelante. Dos, el atentado contra Yuri Melini, de CALAS, que es un paso atrás grave. Y tres, el aumento de tropa del Ejército a 21 mil efectivos para “combatir al narcotráfico y cuidar las fronteras”. El Ejército era más grande en tiempos del ex presidente Portillo o en tiempos de la guerra y no impidió que se instalara en el país el narcotráfico o que nos robaran madera traficantes mexicanos en Petén o que se traficaran personas. Cuando una vez le recordamos esto en una entrevista al entonces candidato Colom, él no supo qué responder.

El Gobierno está dando un giro adecuado en este semestre en Gobernación, Defensa, Segeplan, SAAS. ¿Qué les cuesta terminar de hacerlo bien y extenderlo a la SCEP, Comunicaciones y Fondos Sociales, hasta ahora corruptos y clientelares?

PS. Como dosis de optimismo, les recomiendo un artículo de la Ministra de Defensa española. Socialista, catalana, de 37 años, embarazada al asumir el cargo, pacífica, demócrata, impresionante. Ojalá algún día sea así en Guatemala.
elpais.com/articulo/portada/MADRE/MINISTRA/elpepusoceps/20080907elpepspor_5/Tes

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jueves, 4 de septiembre de 2008

46. Soñar algo en el teatro

“Cuando yo vendía preservativos allá en la línea (del tren, en donde trabajan prostitutas), yo decía que iba a ser artista y cantante, y me decían que estaba loca. Pero ya ven, el sueño se convirtió en realidad y estuve de gira en Málaga, Barcelona, Madrid, Panajachel, Quetzaltenango, Antigua y acá estoy. A mis 70 años, esto es sólo el comienzo. No sé cómo será el futuro”.

Marina Palencia, una de las protagonistas del galardonado film guatemalteco-español Las estrellas de la línea, introducía así una de sus canciones en el concierto que dio el sábado por la noche en el Teatro de Cámara para la presentación de su disco.

La historia de Marina es triste, muy triste. No se crió con sus papás, la embarazaron a los 14 y la familia del papá del hijo no se lo dejó ver. Se prostituyó unos años más tarde, alquilaba su cuerpo a muchos clientes durante todos los días en la línea del tren en la zona 1. Hace 31 años un amante le hizo perder un ojo de una manada. Vive en una covacha en un asentamiento en la zona 1.

Una de las letras de sus canciones con las que recuerda el pasado dice así: “Soy triste borracha que pasa la vida bebiendo y llorando ese ingrato amor. El mundo no entiende que una mujer buena se arrastra, de pronto, miseria de vida, escoria de amor. Me miro al espejo y quiero romperlo. Por siempre maldigo al hombre perverso que me hizo infeliz”.

Hace 33 años se juntó con el amor de su vida, Carlos Lozano. Él, que pasó por muchas cárceles en la Costa, prometió un día no volver a robar y se reencontró con Marina, quien hace 20 años prometió, por él, dejar la prostitución. “Nunca me hizo falta para mis frijoles. Él trabajaba de albañil y yo vendía tostadas, ropa, lo que fuera”, relató en una entrevista de Paola Hurtado en elPeriódico hace dos años. Carlos murió hace poco.

En el 2003, un español, director de cine, Chema Rodríguez, llegó a hacer una película sobre la vida de las prostitutas de la línea en la que las organizó en un equipo de fútbol que compitió en Futeca zona 14 y en muchas canchas de todo el país. Su historia sacó al tapete el conservadurismo guatemalteco, pero ganó premios en España, Alemania, Polonia, Estados Unidos y más. Y Marina pudo cumplir su sueño de ser actriz. El fin de semana cumplió otro: su primer disco. (Gracias Chema, Andrés Zepeda, Jesús Velasco, René Sosa por ayudarla a cumplir su sueño y al Gobierno por prestar el teatro; es probable que sea lo primero que recibió en su vida del Estado de Guatemala.)

El momento es imposible de describir con palabras. El teatro lleno a reventar, Marina con traje sastre, nuevo corte de cabello, sin anteojos oscuros para ocultar la falta de un ojo o sin apretar la sonrisa para ocultar la falta de dientes y la vida de la triste borracha sólo en el recuerdo y en una canción. Lloró de la emoción antes de empezar y luego cantó y se apropió del escenario con la soltura de una cantante internacional que presenta su disco. Cantó cinco boleros, con el alma y la alegría de una niña. Lloró, río, agradeció, como lo hicimos todos en el público. Se sintió mujer, persona, como nos sentimos todos en el público.

Fue mágico. Fue vida. Fue una revancha, una pequeña victoria cotidiana. Fue disfrutar de un sueño hecho realidad de una guatemalteca de 70 años que nunca se dio por vencida. Gracias.

martinpellecer@gmail.com