lunes, 29 de diciembre de 2008

63. Barbarie israelí en Gaza versión 2008

Protestar en palabras sinceras que no sean soeces ni desesperadas por la masacre que Israel empezó hace tres días en Palestina (Gaza) no es fácil. Más aún después de las bombas en la Universidad, en un hospital y campos de refugiados, además de los objetivos militares. 300 muertos en 3 días y mientras usted lee estas líneas es probable que haya empezado una invasión terrestre y una tercera Intifada.

El conflicto es imposible de simplificar. A ver. Tras el Holocausto contra los judíos por parte de los nazis y la indiferencia del resto de europeos, Occidente se sintió tan mal que apoyó una idea de algunos judíos de dar los territorios palestinos a los judíos para hacer un Estado. “Así los occidentales se librarían de tener judíos en sus países”. Y no lo digo yo, lo predijo Edwin Montago, judío secretario de Estado inglés en 1917.

En una comparación estúpida, es como si los latinoamericanos católicos decidieran sacar a los evangélicos de sus países y darles un territorio para que tuvieran un Estado y así se pudieran deshacer de ellos. Así, en una votación en la ONU se decidió que habría un Estado de Israel en territorios palestinos, pueblo que fue de 1917 hasta 1947 colonia británica. Lo justo sería que israelíes y palestinos tengan cada uno un Estado. Los árabes se opusieron y empezaron a luchar contra Israel, que prácticamente “limpió” de palestinos a esas tierras. Y “limpiar” ahí no es metáfora. Además ocuparon territorios más allá de las fronteras de 1967. Desde hace 60 años los dos bandos han creído que con ojo por ojo lograrían la paz… ahora ambos están ciegos, pero más aún Israel, el fuerte, respaldado por EEUU.

En los territorios palestinos, donde no hay Estado, los palestinos no tienen ciudadanía y son realmente tratados como porquería en el mundo, hay dos fuerzas político-militares. Al Fatah, moderada, y Hamás, radical islamista. EEUU presionó a Hamás para que compitiera en elecciones contra Fatah para el “gobierno” de la “Autoridad” “Nacional” Palestina. Aceptaron y perdieron siempre, hasta 2005, cuando ganaron democráticamente. Israel y Occidente los bloquearon desde el primer día y los radicalizaron aún más.

Israel se dio cuenta que a pesar de los bombardeos selectivos no podría detener los cohetes artesanales –poco efectivos- que les tira Hamás y ambos acordaron una dizque tregua de 6 meses. En ese tiempo Israel preparó meticulosamente este largo y denso ataque (lo dice el periódico The Guardian) para “ahogar a Hamás”. Es un ataque electoral porque el ministro de Defensa y la canciller judíos son candidatos “presidenciales” en febrero contra el extremista de la oposición y ninguno quiere aparecer como suave. Además, quieren enviarle un mensaje a Obama, que toma posesión el 20 con esta prueba de fuego. Israel también logra distraer la atención del mundo contra Irán, su verdadera amenaza. Y por una invasión que no les hará salir victoriosos. Hace falta ser... indescriptibles.

Si alguno cree que el motivo de Israel asegurar la paz, que me explique en qué minúsculo cerebro cabe la idea que con bombas lograrán que los palestinos los quieran. Llevan 60 años y no aprenden que las invasiones y ocupaciones no garantizan su seguridad.

El mundo (¿tenemos canciller?) y en especial Occidente puede presionar a los árabes para que no financien a Hamás y lo obliguen a negociar la paz. Y podría también empezar a sancionar comercialmente a Israel hasta que muestre que le interesa una paz justa, que no sea a bombazos. Sí, una paz, por más tonta que suene un día como hoy.

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martes, 23 de diciembre de 2008

62. Ciudadanos salvadores

Después de leer los periódicos durante todos los días del año, una de las preguntas que uno se hace es “¿cómo no se derrumba este país que se llama Guatemala?”. Si acá pasa lo peor que puede suceder en el mundo, y cuando no es así, nos lo imaginamos. La respuesta que adivino, sobre por qué no se cae nuestro país, es por los guatemaltecos ciudadanos.

Leía hace una semana un artículo de una filósofa, Amelia Valcárcel, que me recordó que lo más valioso de la sociedad “son personas de las que nada hace sospechar que guarden dentro de sí enormes cantidades de valor. Y la sorpresa estalla cuando el foco de luz se fija en alguna de esas calladas personas. Han estado fuera de la vista pública y es como si, de repente, exhibieran un poder o un tesoro imprevistos”.

Las personas que después de una desgracia inmerecida sacan fuerzas del alma para sobreponerse y exigir justicia o sobreponerse y seguir su trabajo todos los días. El que se levanta temprano para llegar puntual al trabajo, la que da el vuelto cabal, el que no negocia facturas, el que le da el ejemplo a su hijo con actos y no con palabras. La que es consecuente con lo que piensa. El que confía en el extraño y en el diferente. Los funcionarios que atienden al siguiente ciudadano aunque pase la hora de cierre, los policías y los soldados que arriesgan su vida contra el crimen organizado por salarios bajísimos a cambio de cumplir con la ciudadanía.

Ahí están ciudadanos como Rolando y Beatriz, activistas de derechos humanos como María Elena, médicos anónimos como Christopher y la lista es interminable. Y eso que conozco sólo a pocos guatemaltecos por su nombre.

Ahí están los empresarios y los empleados que hacen que este país haya seguido creciendo a pesar de la crisis, los maestros que intentan formar ciudadanos a pesar de la adversidad y las garrapatas, los migrantes que este año mandaron 6 por ciento más de remesas a pesar de la crisis, los jóvenes que tienen ideas brillantes y sueñan con cambiar el país (todos esos que me escribieron un correo para compartir sueños).

Valcárcel escribía otra frase que me sirve también para responder a la pregunta inicial de por qué, pese a haber sido un año duro este 2008, el país, y el Estado, no se caen como todo el mundo fuera de Guatemala vaticinaría. “La democracia necesita para su buen funcionamiento, además de una buena y saneada caja común, de un monto de sustancia moral bastante grande. Hay conciudadanos que aumentan de forma constante y reservada la decencia común. Son la gente decente y, más que eso, modélica. Gente de la que merece la pena ser conciudadano. Lo suyo no es suerte, pero es una suerte para todos los demás ser sus compañeros en la vida moral y civil”.

Ahí están los ciudadanos como Gustavo y su resistencia al hostigamiento del monopolio (Baldizón, quien ocasionó la crítica, podría hablar con su amigo González, o la Primera Dama pensar recordar cómo les hizo daño en campaña y así mantengamos a flote el único derecho político que podemos ejercitar a pleno: la libertad de expresión). Hay otros ciudadanos que reclaman la decencia como Rony López, Nineth, Juan Alberto, Oliverio, Tulio García, tantos ciudadanos que intentan liderar este país carente de líderes y rebosante de antilíderes.

Así que bueno, creí que estas fiestas eran momento oportuno para agradecer a todos los ciudadanos anónimos que trabajan por nuestro país y por los famosos que reclaman decencia. Gracias por hacer que la Navidad tenga un sentido.

martinpellecer@gmail.com

martes, 16 de diciembre de 2008

61. CACIF antimoderno

La semana pasada, por primera vez en la historia, fueron las cooperativas, y no el CACIF, quienes decidieron dos representantes de los empresarios ante la Junta Monetaria. El CACIF alega “una violación al Estado de Derecho” por la forma en que se eligió, pero no me la creo.

La organización que debería ser la vanguardia nacional para encaminar al país al progreso (como sucede en Chile, Argentina, México, Brasil) tiene en su seno un balance de poder en el que el ala reaccionaria del CACIF se impone siempre al ala más progresista.

La oposición clásica es a cualquier intento de hacer una modernización fiscal en el país –somos el que tiene menor porcentaje de impuestos en la región (12%) cuando el promedio latinoamericano es 23-. Somos el país más desigual de América (0.5% recibe el 20% del ingreso nacional) y los impuestos son la forma democrática de buscar que todos los ciudadanos tengamos igualdad de oportunidades para trabajar en revertir esas desigualdades, que son el germen de la violencia. Si queremos escuelas que produzcan ciudadanos competitivos, hospitales decentes y policías menos corruptos (mejor pagados) tenemos que pagar más impuestos (y combatir el contrabando). Si lo entendieron todos los países en ruta al desarrollo, ¿por qué nos cuesta tanto?

El CACIF fue el único que se opuso a los tribunales agrarios que contemplaba la ley del catastro en 2006 porque dizque hablaba algo de “expropiar tierras ociosas”. En Guatemala, el 2% tiene el 75% de las tierras productivas. Una parte de ellos no por productividad sino por herencias de las expropiaciones del siglo XIX. Y así nunca vamos a lograr un país capitalista. Además, no habla de reforma agraria, sino de resolver el tribunales y no a balazos las invasiones/ocupaciones de fincas.

O se consideraban dueños de los partidos. Perdieron el PAN, la Gana y ahora hacen el CREO. Los salvadoreños y toda América Latina sí han logrado partidos institucionales de derecha.

Ahora dicen que sólo ellos son empresarios y no los cooperativistas. Olvidan que los cooperativistas habían propuesto un candidato de cada uno y ellos lo rechazaron. Además, con la elección de un experto como Lizardo Sosa, no me parece que vayan a ser unos administradores irresponsables de ese asiento en la Junta Monetaria. Y sí son empresarios.

Creo que es más sintomático que coyuntural las muestras de premodernizad del CACIF, que debería obligarlos a recapacitar que son empresarios y no patrones. (Otro ejemplo es cuando la Cámara de Comercio salió del CACIF en 2005 porque no les dejaron la presidencia rotativa de la entidad porque no tenían suficiente caché.)

Lo peor de todo es que es falta de voluntad o desequilibrio de poder interno a favor de los retrógrados. A mí me dio vergüenza ajena cuando vino Chirac a decírselos en el 2004. “Por sus propios intereses, dejen de aferrarse al egoísmo, los privilegios y la estupidez”. Ustedes serán de los mayores beneficiados de un país con más empresarios y más consumidores, pues venderán más sus productos, habrá menos pobreza y menos violencia. Y éste país será más habitable.

PS1. Algunos lectores me preguntaron a quién me refería con el “achichincle Montenegro de Baldizón que recibía millones en ONGs”. Era al señor “representante” de los adultos mayores en el país.
PS2. Quiero solidarizarme con Gustavo Berganza, víctima de una campaña desde eso que dice llamarse Televisión nacional.
PS3.
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martes, 9 de diciembre de 2008

60. Baldizón

Baldizón 3 – UNE 1. Esta semana, el diputado sentenció el partido con un gol tan previsible que sólo podría habérselo marcado a un partido tan cleto como la UNE. “Se va del país ahora y lo expulsarán del partido por querer democratizarlo y competir por la Secretaría General”. Pobre demócrata. Bah. Vamos a hacer un balance del encuentro.

El presidente Colom se tuvo que olvidar de su “logro” de haber construido un partido institucional, con ideología. De risa. Su partido no produjo un solo político en 8 años de vida. Es como si un club de futbol no produjera un solo jugador de las categorías inferiores. La única que, quizás, produjo, fue Sandra Colom, que se supone que no puede jugar por ser la esposa del director técnico.

El otro, al que había puesto de volante central, creador de juego, fue alguien mediocre, mentiroso y corrupto: Meyer. Expulsado en los primeros diez minutos. Y tuvo que contratar a jugadores “extranjeros al partido”. Fuentes Knight en Finanzas, Meany en Energía. En el Congreso, puso de capitán de bloque a un defensa bravo y algo vulgar, Taracena, pero que le sacó la tarea un año.

De delantero central le cedió el puesto a uno astuto y un tanto sucio para jugar. Baldizón. Éste mete codazos, zancadillas, se pone en fuera de lugar, engaña al defensa, y reclama al árbitro. O en otras palabras, reparte mucho dinero en clientelismo en la Comisión de Finanzas, le vende su alma a Ángel González bajándole impuestos (como si él necesitara ese dinero más que el Estado), le da dinero a ONGs de su achichincle Montenegro, se roba un terreno municipal en el lago Petén Itzá y luego dice que quienes lo denunciaron ante el Ministerio de Ambiente lo amenazaron de muerte. Pero bueno, mete goles.

El público, o sea, los ciudadanos y los medios, parecían tan embobados con los goles de ese número 9 que miraban hacia otra parte en los reprise que mostraban las zancadillas o las metidas de mano. Al final de cuentas, el tipo es simpático, ágil y astuto. Uno de los pocos que lo notó y lo dijo fue el defensa bravo, el Taracena, pero dice tantas vulgaridades, que pierde seriedad.

Los últimos días de Baldizón son de película, o de show. Volvió a repartir dinero a millones en la Comisión de Finanzas y cuando lo señalamos todos, entonces intentó quitar a todas las ONG. Cuando empezaron a señalar que había comprado al partido Bien, entonces dijo que sería candidato a Secretario General de la UNE. Cualquier defensa podría haber detenido una jugada tan evidente. Pero al Presidente y su esposa le temblaron las canías de pensar que podían perder la UNE, “el partido institucional y con ideología”.

Ahora se queja la pareja que se le fue el “clósh” a Baldizón. Pero ¿quién fue el que lo puso de delantero sabiendo que debajo de la camisa de la UNE tenía otra camisa, que ahora sabemos que se llama “Libertad Democrática”? ¡Ellos! Por la mediocridad de los de la UNE!

Ahora Baldizón tiene su propio uniforme y equipo. Comprado, como lo han hecho tantos (Unionistas, Gana) y será un legítimo candidato a la Presidencia en 2011. Pero señor Baldizón, los guatemaltecos estamos cansados de delanteros centrales que juegan sucio, que meten zancadillas sin que las vea el árbitro con tal de meter goles. Si quiere jugar, hágalo, pero limpio. Los goles costará más meterlos, pero sabrán mejor. Además, ahora que es candidato declarado, recuérdese que tendrá todos los reflectores sobre sus movimientos.

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lunes, 1 de diciembre de 2008

59. Los retos del periodismo en Guatemala

Miguel González, uno de mis maestros de periodismo (mis aulas fueron la redacción de este periódico y tantos periodistas) me dijo una vez que al escribir cada nota me recordara de todos los periodistas guatemaltecos que fueron desaparecidos y asesinados durante el conflicto armado interno por escribir. Que mi libertad de expresión había costado muchas vidas y los periodistas jóvenes teníamos en las manos una estafeta que pesa mucho.

Los periodistas somos siempre los villanos o los buenos de la película, tenemos una responsabilidad muy grande como para ser actores secundarios; más aún en Guatemala o Centroamérica en nuestras frágiles democracias.

Esta semana del día del periodista, el discurso de Mónica González, una señora periodista chilena, especializada en investigación y cuya tenacidad y pasión no pueden opacar las canas me recordó los ideales y los retos del periodismo (la presentación está en elpais.com).

Nos enfrentamos al narcotráfico y al crimen organizado. Muchos valientes compañeros y compañeras mías han arriesgado sus vidas al publicar incluso nombres de capos. ¿Para qué? Ministerio de Gobernación, Ministerio Público y jueces de adorno. Nos enfrentamos a los poderes fácticos, que en los departamentos se cobran la vida de valientísimos corresponsales indefensos porque hasta allá no llega el Estado.

Nos enfrentamos al Estado y al “Estado paralelo”, de todos esos ex funcionarios del Gobierno o el Ejército que están ligados al crimen organizado y siguen saqueando al país y viviendo tranquilos con carros de lujo y viajes a Miami.

Nos enfrentamos a esos políticos que no entienden que son servidores públicos y se pierden en la corrupción (desde robar vueltos hasta dar contratos a empresas de amigos) o en la mediocridad como 60 (mínimo) diputados que no levantaron la mano ni propusieron una ley en el año.

De momento, en Guatemala y Centroamérica, esos son los “monstruos” a los que nos enfrentamos en público, pero no basta. Para construir una democracia que no sea paticoja tenemos que fiscalizar al resto de la sociedad: a la parte del sector privado que no paga impuestos o salarios justos o a los dizque empresarios que sólo lavan dinero. Hay que fiscalizar a tantas ONGs o iglesias que reciben diezmos de corruptos o narcos. Hay que fiscalizar a la ciudadanía, para que entendamos que esto de democracia significa tener derechos y sobretodo, obligaciones.

Pero más importante que todo eso, los periodistas tenemos que fiscalizarnos a nosotros mismos. Combatir nuestras mediocridades, nuestro conformismo de decir “no, no investigo porque acá no me publican nada”. Luchar contra la tentación de creer que la política es sólo farándula, pelear contra la idea de que hacer periodismo económico es hacer infomerciales. Nuestra idea que sólo lo malo es noticia. Tenemos que evitar conformarnos con creer que hacer periodismo es hacer oposición superficial o que es una profesión para salir a las cinco de la tarde. O creer que somos infiscalizables o que no se nos puede criticar.

Porque si seguimos haciendo eso y nos olvidamos del periodismo valiente y comprometido que hemos sido y somos en tantas otras ocasiones, acabaremos por convertir a esta frágil democracia en un teatro de buenos contra malos, de ciudadanos vacíos de información para defenderse por ellos mismos de los atropellos de los poderosos. Acabaremos por condenar al país a una jungla en la que menos importa al final del día somos los guatemaltecos y el futuro. Tremendo desafío que tenemos este día del periodista.

martinpellecer@gmail.com

lunes, 24 de noviembre de 2008

58. Victoria pírrica del Gobierno por la aprobación del presupuesto

“Traigamos a un montón de campesinos con fondos públicos y compremos a los diputados que tienen precio. Así seguro logramos un presupuesto “para los pobres” y les damos la quinta paliza al Partido Patriota y la primera al CACIF para que vean quién es el que manda”.

Conversación en la Casa Presidencial a principios de noviembre. Y no, no hace falta poner micrófonos para saberla.

¿Cuál es la diferencia entre esa estrategia “de izquierdas” respecto de la estrategia del gobierno de Berger “de derechas” con el Pacur, señor Presidente? ¿Cuál es la diferencia con la corrupción del FRG?

Sí, logró aprobar un presupuesto de Q49 mil millones, con Q200 millones en corrupción para ONGs de Mr. Baldizón y compañía, con Q1 mil millones más en el Ministerio de Comunicaciones para comprar diputados, con más presupuesto para la capital que para el Altiplano paupérrimo. ¿No fue usted, presidente Colom, el que prometió en campaña y en el discurso de toma de posesión trabajar para los que vivían en las montañas alejadas de la Ciudad de Guatemala?

Sí, el presupuesto le da al Gobierno un margen de maniobra para gobernar este país ingobernable y tiene aumentos significativos en Educación, Salud y Seguridad, pero no se engañe. No es una derrota al Partido Patriota o al CACIF. Es una derrota para el Estado. Es una derrota para su ministro de Finanzas Juan Alberto Fuentes, quien aseguraba que la manifestación no era organizada y al que usted le respondió que la manifestación era “una demostración de fuerza”. Es una derrota para su ministro que pide más presupuesto para fortalecer al Estado mientras sus diputados reparten el dinero entre ONGs y constructoras. ¿Se dio cuenta que le hacen más caso a las ofertas clientelares de los diputados de la Comisión de Finanzas que a las instrucciones presidenciales?

Es una derrota para su partido UNE, que está al mismo nivel de clientelismo del FRG, Gana, PAN, UCN o la terna infernal UCN-DC-MAS.

Pero más que una derrota más a los politiqueros, el Presupuesto de los Colom es una derrota para los ciudadanos que defendemos que el Presupuesto de la Nación es la herramienta contra la desigualdad y para cumplir la obligación del Estado de asegurar que todos los guatemaltecos puedan ejercer su ciudadanía (con educación, salud, vivienda, desarrollo).

Esta semana todos vimos con mucha tristeza la deriva que toma Nicaragua. La deriva conducida por el sandinismo corrupto y clientelar, que ilegalizó a casi todos los partidos para competir sólo contra los radicales corruptos de derechas del partido de Alemán y la opción vacía y excluyente de Montealegre. Una bipolaridad entre dizque izquierdas clientelares y derecha excluyente y vacía de contenido.

Tras ver la manifestación de la UNE y la repartición de la Comisión de Finanzas por un lado, y a una diputada con megáfono en el pleno y una patronal intransigente por el otro, me recordé el trabajo colosal que tenemos por delante los ciudadanos centrados para evitar caer en ese abismo bipolar que no nos llevará a ninguna parte.

Esta semana fue una derrota para todos. Para el Gobierno de Colom y la UNE, para el Congreso, para el CACIF, para los ciudadanos, para la oposición que hizo mucha bulla y metió pocos goles. Pero bueno, es hora de trabajar para revertirlo. La Presidencia podría empezar a hacerlo con dos vetos: a la descarada ley de Fonpetrol y a la que impide publicidad en TVMaya. Nosotros, fiscalizando. Igual todavía es muy temprano para enojarse.

martinpellecer@gmail.com

martes, 18 de noviembre de 2008

57. Ética como solución a la crisis financiera

El argumento no puede ser más lógico: “no me suban impuestos para que yo pueda dar más trabajo”; “en época de crisis, hay que ser austero, empezando por el Estado corrupto”. Brillante. Si lo sustento además con un discurso estructurado que cuenta la mitad de la historia y adoctrino con él a la mayor parte de la élite económica (CACIF) y de la élite académica (Universidad Marroquín) éstas van a incidir en la opinión de las clases media y alta y “el país va a despegar económicamente”.

Pero no “hubo despegue” y son ciegos antes las evidencias. Ni el momento actual en el que esas ideas económicas llevadas a la práctica por Bush y buena parte del mundo durante 28 años lograron meter al planeta en su peor crisis financiera. En todo el mundo, países industrializados y países en desarrollo, esta crisis está siendo una oportunidad para replantear el rol del Estado: tiene que ayudar al mercado para ayudar a la ciudadanía.

Los empresarios y los ciudadanos de todo el mundo piden ayuda para esto al Estado. No, en la isla que se llama Guatemala, la patronal llama a boicotear un presupuesto estatal “más grande” (recordemos que Guatemala tiene el presupuesto más pequeño en relación con la economía de toda América Latina, recordémoslo).

Una frase resume esas ideas: “la codicia (y el egoísmo) son buenos, porque hacen que se busque la ganancia, lo que redundará en el desarrollo de la sociedad. Eso de ser solidarios, de usar al Estado para ayudar a los más desfavorecidos, eso de criticar la desigualdad, es cosa de marxistas o tontos bienintencionados”.

Hoy, la evidencia muestra lo que una vez dijo Franklin D. Roosevelt tras la depresión de 1929: “Siempre hemos sabido que el interés egoísta e irresponsable era malo desde el punto de vista moral; ahora sabemos que es malo desde el punto de vista económico”. No podría tener más vigencia hoy. El último premio Nobel de Economía, Paul Krugman, recuerda cómo ayudar a los más necesitados, aumentando las prestaciones de salud y desempleo (o haciendo transferencias condicionadas de manera transparente), es lo que se debe hacer desde una perspectiva ética y es una forma mucho más eficaz de estímulo económico que rebajar impuestos.

Brasil y 12 países de América Latina son un ejemplo de cómo esas transferencias condicionadas a las madres dinamizaron la parte más deprimida de sus economías. Tuvieron mucho mejores resultados que los incentivos fiscales centroamericanos. Señora De Colom, usted no puede darse el lujo de arruinar este programa por “no darle el gusto” a la oposición de que la fiscalice.

Banrural es otro ejemplo de cómo el Estado, junto al sector privado, pueden dar crédito a agentes “poco rentables”, como las mujeres rurales, y darles herramientas a sus sueños de poner un negocio. El sector privado por sí sólo, con intereses del 18 por ciento y sus ganancias de 15 por ciento al año, no las considera sujeto de crédito.

Sí, da cólera ver que hay funcionarios que roban, pero no confundamos ser críticos con un Gobierno mediocre con destruir al frágil Estado de Guatemala. Se nos olvida que el Estado es el único al que la ciudadanía fiscaliza (es nuestra responsabilidad). Pero si fiscalizáramos también al sector privado, al sector de ONGs, a la economía informal, veríamos que la corrupción es un cáncer en toda la sociedad, no sólo en el Estado.

Así que, más que por manifestaciones a favor, o campañas radiales en contra, diputados, es su turno de ser ciudadanos.

martinpellecer@gmail.com

lunes, 10 de noviembre de 2008

56. Inexplicable pesimismo y premodernidad de la patronal

Para cambiar sociedades hay una cosa más importante que la realidad, los imaginarios, esas imágenes de la realidad con las que organizamos nuestra vida. Hay imaginarios optimistas e imaginarios pesimistas. Hay imaginarios “realistas” e imaginarios “exagerados”.

El mundo entero –desde las izquierdas latinoamericanas radicales, los europeos de centro, republicanos sensatos, árabes, rusos, y muchísimos estadounidenses blancos, jóvenes, negros, latinos-, el mundo entero celebró la llegada de Obama a la Presidencia de EEUU hace una semana. Su elección como jefe del Estado más poderoso del mundo, con la historia de Obama, sus ideas, su serenidad, abre una puerta para cambios profundos en el mundo. Todos lo celebraron. Menos unos, los líderes y formadores de opinión guatemaltecos. Para estos cegatones, daba lo mismo McCain u Obama. Da lo mismo Obama que Bush. Obama tiene una tarea dificilísima delante, pero es el político con más capacidad para superarla. Se trata de optimismo realista.

Tenemos graves problemas. Es el legado de dictaduras conservadoras 30 años y democracia débil al gusto de parte de la élite empresarial conservadora otros 20 años. A los que soñaban con un país mejor y más justo en los 70’s y 80’s los mataron. La mayoría de los que quedaron, fueron un fracaso político. La ciudadanía está dormida. Y la mayoría de los líderes que quedan o que llegaron, políticos, dirigentes campesinos, empresariales, los que pueden opinar en los periódicos, escribir editoriales, columnas… vayan a un psicólogo por favor. Esos pesimismo y ceguera son patológicos.

Dejen de contarnos el mundo tan pesimista y catastrófico. Tan conservador e ideologizado. Reflexionen. Es que realmente le hacen daño al país deprimiendo a la ciudadanía y a los jóvenes. Reflexionen si oponerse a todo o negar todo o enterrar todo antes de que empiece sirve de algo.

En uno de los debates más graves para el Estado de Guatemala, el CACIF ya “vetó” la tibia, débil, reforma de algunos impuestos. Llevan 50 años con ese discurso y miren lo raquítico del Estado. Y miren lo desigual del país. Miren lo inseguro que es. Necesitamos que exista Estado (sólido). Necesitamos dinero para las escuelas y los hospitales. Para unas transferencias condicionadas (más transparentes) que rompan el círculo de la pobreza, como en 12 países latinoamericanos.¿No se dan cuenta?

Les voy a compartir un análisis sobre América Latina de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OECD), de los países más ricos del mundo. “La recaudación, el gasto público y la gestión de la deuda pueden servir para reducir la pobreza y la desigualdad. Un sistema fiscal transparente, con sistemas tributarios progresivos (que el que gana más pague más) y servicios públicos de calidad es sinónimo de que el contrato social entre Estado y ciudadanos funciona, y refuerza la legitimidad de la democracia. Este potencial de la política fiscal como motor del desarrollo no se está aprovechando plenamente en América Latina”.

“Que estamos en crisis mundial y no hay que subir impuestos”, dicen algunos empresarios (no todos). Pues, oh noticia, esa crisis golpea más a los que menos tienen. A los que no tienen para medicinas o para darles de comer a sus hijos si no llega a tiempo el almuerzo escolar.

Hay que modernizar definitivamente la política nacional y transparentarla. Pero parte de la cúpula empresarial se está quedando rezagada en la historia. Ojalá algún día se den cuenta o les dejemos de hacer caso el resto de ciudadanos.

martinpellecer@gmail.com

lunes, 3 de noviembre de 2008

55. Nuevo bactún (bye Reagan, hi Obama)

Los mayas dividían al tiempo en la historia en bactunes (ciclos similares a la división del mundo en siglos o épocas, que separan malos tiempos de buenos tiempos). Hoy inicia (si las encuestas no se equivocan) un bactún nuevo en la política mundial con la elección de Barack Hussein Obama como presidente de EEUU.

Hace 28 años, Ronald Reagan apabulló a Carter en las elecciones y empezó con su presidencia un bactún de fe ciega en el mercado libre a ultranza y a bombazos. De crecimiento económico que confiaba que bajando impuestos a los más ricos, estos invertirán más, habrá más empleo y más prosperidad. Ciertamente hubo años de crecimiento durante la época de Reagan, pero ciertamente la desigualdad aumentó en el mundo. Y es una ecuación infalible: a más desigualdad, más violencia (¿les recuerda algo de Guatemala o Brasil o Suráfrica?).

Así que la teoría del derrame (de que dando “libertad” a los más pudientes, los beneficios se derramarían a toda la sociedad) nunca funcionó. Eso sí, sirvió para violar derechos laborales, ridiculizar las ideas de justicia social, dañar el medio ambiente… todo para ser “más productivos y más competitivos”.

Este anticomunista, actor de cine, logró convertir en legítima una visión del mundo que no le avergonzaba predicar el egoísmo o financiar terroristas nicaragüenses si combatían izquierdas o terroristas islamistas en Afganistán (Bin Laden) si combatían a los rusos. Desarrolló una política de reducción de impuestos (se invirtió menos en salud, educación) pero sí invirtió en el ejército, con lo que desfinanció presupuestos. Como los súbditos siempre son más radicales que sus próceres, ahí tienen ustedes a Bush o a Palin, o a los neoliberales guatemaltecos, que hoy parecen marxistas-leninistas después de la caída de la Unión Soviética, o sea, anacrónicos.

Pero bueno, ese bactún que tanto daño ha hecho al mundo, y a nuestro país, puede llegar a su fin hegemónico hoy, cuando EEUU elija a Obama. Este senador negro de 47 años nos ha ilusionado al mundo entero con una visión totalmente distinta. Una apuesta por la serenidad, por la ética, por la justicia social, por la palabra en vez de los puños (diplomacia directa en vez de guerra). Una apuesta frontal contra el racismo y contra el Estado al servicio de los más poderosos.

Obama propone un mundo de ciudadanos, en el que no haya más fe ciega en el mercado libre para las multinacionales y los especuladores, sino un equilibrio entre las responsabilidades del Estado (salud, educación, vivienda, oportunidades para los desfavorecidos) y el mercado (pero que beneficie a los muchos empresarios éticos, trabajadores, que no violan los derechos de sus trabajadores ni el medio ambiente ni corrompen políticos).

En tiempos que Occidente, y probablemente América Latina en menor medida, entran en una recesión económica, no hay mejor noticia para nosotros, los ciudadanos del mundo, que una presidencia fresca de alguien tan brillante y ético como Obama.

Con Obama el mundo tiene hoy una oportunidad de poner en el centro del debate la justicia social, la paz, la prosperidad. Y, conociendo sus propuestas para regularizar migrantes o cambiar la agenda latinoamericana (que no sea sólo comercio y lucha antidroga), es de ignorantes pesimistas decir que eso no significará un cambio para los guatemaltecos. Es, en el papel y en la palabra y su experiencia, uno de los hombres más capacitados para dirigir la oficina más poderosa del planeta y para inspirar, con toda la esperanza del universo, un cambio de bactún.

lunes, 27 de octubre de 2008

54. Tras un año de escribir columnas

Hace 54 semanas, poco más de un año, empecé a escribir esta columna (Wachik’aj, que quiere decir Soñar algo en kiché). Ha pasado mucho en un año.

Hace un año nos debatíamos entre la peste y el cólera para la segunda vuelta electoral. Al final ganó la peste y el Gobierno de Álvaro Colom está resultando ser menos serio y más mediocre de lo que parecía, pero también buena parte de la derecha empresarial y algunos medios de comunicación se encargaron de enterrar cualquier esperanza o cualquier margen de acción administrativa en menos de una quincena.

Ha sido un año de predicar optimismo en un país en el que sólo es noticioso lo malo que hacen unos 5 mil guatemaltecos, y no el trabajo diario de millones de guatemaltecos responsables, que luchan por un futuro mejor para ellos y sus hijos. Y esta imagen reflejada en las páginas es reproducidas en las conversaciones (ciertamente también en las bolsas casi vacías de la mitad de guatemaltecos) y hace que creamos que vamos rumbo al precipicio.

No he tenido en mi vida de adulto joven un trabajo súper optimista (analizar la política guatemalteca e investigar corrupción dura) y he podido oler lo podrido que está el poder en este país (La última gracia fue saber que balearon la sede de la AEU en Petén, la AEU que fue una de las fuentes para la investigación de Prensa Libre sobre el robo de parte del lago Petén Itzá por “empresarios” y del diputado Baldizón, que debería ser el más interesado en protegerlos).

Pero bueno, a pesar de tanta vaina y tantos gritos pesimistas que auguran apocalipsis (una mentira repetida mil veces se vuelve verdad), estoy seguro de que en Guatemala del año 2008 se puede ser optimista. Como me decía un empresario (un gran empresario agroexportador cuya familia empezó desde un lustrador de zapatos), en Guatemala hay tanto por hacer, tanto por mejorar, tantas vidas por cambiar, tanto, que Guatemala es ciertamente el país de las oportunidades. Quisiera yo que parte de la élite económica (y algunos vecinos editoriales míos) dejaran de quejarse por cualquier reforma en este país o por tener un poquitito menos.

Este año he intentado trasmitir que el problema de todo no son los políticos –aunque son ciertamente unos mediocres en su mayoría-, sino que el problema lo tenemos los ciudadanos, especialmente los líderes, los que tienen más capacidades económicas y académicas para incidir y predicar con el ejemplo, la clase media.

He intentado recordarnos que no estamos jodidos porque “una tormenta mala” o “el demonio” se apoderó del país, sino por un montón de decisiones erradas en los últimos 50 años, por un montón de injusticias, de explotaciones laborales, de racismo, de abandono de la educación y la salud y la justicia social. He intentado recordar a la generación en el poder (económico, político, de ONGs, religioso, militar) que no están dando el giro de timón que necesitamos.

He intentado recordar que Guatemala no es una isla, o no debe serla, y que el mundo nos exige responsabilidades.

Pero lo mejor de esta experiencia de un año han sido los centenares de correos que he recibido de ustedes, lectores. Ha sido una de las experiencias más fascinantes de mi vida por eso. Por las críticas durísimas cuando no he sustentado algo o me he dejado llevar por lo apasionado que estoy por Guatemala. O los aplausos y abrazos por compartir visiones. Aunque no haya podido responder todos los correos, gracias. Y finalmente, a los que les toca padecer lo que escribo conmigo. Gracias por creer en mí.

lunes, 20 de octubre de 2008

53. Nuestro 20 de octubre (sobre el aniversario de la Revolución)

El 20 de octubre de hace más de 60 años para un guatemalteco de 25. Educación y salud gratis, respetar derechos de los trabajadores, mejorar la distribución de la tierra, construir una nación en la que cupiéramos indígenas y mestizos, combinar capitalismo con bienestar social, construir ciudadanos, modernizar el país.

Educación pública gratuita sólo para el 13% de los adolescentes, la menor tasa de inversión en salud en América Latina, nunca respetar los derechos de los trabajadores para ser más ser más competitivos, mantener que el 2% de la población tenga el 75% de la tierra cultivable pero respetar la propiedad privada, ser un país racista pero no hacer problema de eso, aborrecer todo lo social o estatal que pueda tener la economía, mantener dos tipos de ciudadanía, modernizar lentamente y a distintas velocidades el país.

¿Preferir el primer párrafo de las ideas de la Revolución en Guatemala es ser un marxista trasnochado censurable? ¿Y preferir el segundo párrafo de la Contrarrevolución y la democracia conservadora es ser moral y decente? A mí hay algo que no me cuadra.

Todos los países que van más encaminados que Guatemala el desarrollo, o a una mayor velocidad mejor dicho, pasaron por revoluciones o reformas consistentes de estructuras injustas. Prefiero las reformas profundas que las revoluciones radicales, y la Revolución del 20 de octubre era más bien una reforma profunda y consistente. “Es que nos iba a llevar a ser otra Cuba”, vocifera la derecha. “O tal vez otra Costa Rica”, me gusta responder y recordarle que los pasos de reforma eran casi iguales.

Desde 1954 hasta 1996 estaba prácticamente prohibido recordar con nostalgia a la Revolución del 20 de octubre. Mi generación es la primera en cuatro décadas que lo puede hacer. Y está totalmente ignorante y pobre de sueños o de pensar que puede ayudar a los que no pueden solos. Qué decir de reformar el sistema en Guatemala. A lo más que llegamos es al cliché de “hay que encarcelar a los políticos”. Como si el poder real de decisión estuviera en este país en la política y no en la economía. Aunque los políticos son responsables de que esto se mantenga al permitir ser corrompidos. Son muy responsables.

Después de haber estado 15 semanas en el país uno casi se contagia del pesimismo. Sobretodo al escuchar a los cincuentones y su visión del país, esos que nos repitieron como loros que la Revolución era demasiado buena para este país, que este país no está preparado para ser un país justo, de todos, que estamos condenados a ser una isla y tenemos que buscar el desarrollo por caminos más brutos, como los del segundo párrafo.

En 1978, muchos jóvenes veinteañeros intentaron sacar a patadas a sus cincuentones por dejarles un país que les daba vergüenza. Intentaron lo mismo en Francia, EEUU, México, Praga, América del Sur. En algunos lares lo lograron y ahora son países más justos y en desarrollo. Acá los cincuentones mataron a todos los jóvenes que protestaron, como Oliverio Castañeda y 50 mil desaparecidos en una matanza que empezó un día como ayer hace 30 años.

El esfuerzo de esos jóvenes al menos logró que hoy podamos veinteañeros como yo –muy pocos todavía- reflexionar sobre esa revolución de Nuestro 20 de octubre. La historia nos va a pedir cuentas dentro de 30 años si repetimos como loros que esas ideas son demasiado vanguardistas o anacrónicas para este país o si más bien son mera decencia.

martinpellecer@gmail.com

martes, 14 de octubre de 2008

52. Mantequilla (sobre el pesimismo)

Uno de nuestros mayores obstáculos como país es el pesimismo. Que si un juez dicta una sentencia de asco todo el sistema judicial no funciona. Que si se encarece el petróleo y las materias primas, la economía se quiebra, que si se abarata el petróleo y las materias primas, las exportaciones se quiebran, todo siempre es lo peor que puede pasar.

Me resisto a creer que en las instancias de apelación no habrá un juez digno que mande al ex presidente Portillo a prisión preventiva por el riesgo de fuga (cuatro años escondiéndose en México hasta que terminaba el interminable “debido proceso” para su extradición lo hace evidente). Y el fraude al Estado es imposible de esconder bajo la alfombra. Si los jueces tuvieron amnesia y lo olvidaron, los invito a recordarlo en el magistral artículo que escribió Claudia Méndez en elPeriódico (http://www.elperiodico.com.gt/es/20081012/domingo/74899/) sobre la declaración del corruptazo Llort en contra de Portillo en EEUU. Es impresionante cómo los estadounidenses no colaboran en la justicia guatemalteca. Ojalá esté equivocado.

Si en Costa Rica, si en Nicaragua, si en Ecuador, si en tantos países similares al nuestro, con sistemas de justicia tan lentos y precarios como el nuestro, han llegado a condenarse a ex gobernantes corruptos, ¿por qué nosotros no? Es una cuestión de decisiones de personas. Pareciera como si nuestro destino manifiesto fuera deslizarnos, como sobre mantequilla ligeramente inclinada, hacia el despeñadero. Es casi contagioso el pesimismo en nuestro país. Es chic, es una patología en el imaginario.

Otro de los canales de esa mantequilla es la economía. Yo no sé si es realmente tan pesimista la situación o es sólo de la vocería del empresariado. Es que cuando subieron los precios del petróleo (de manera especulativa, realmente una vaina), la situación pintaba oscurísima. Subió también el precio del hierro, por ejemplo, y se complicaba de manera apocalíptica el panorama. El precio del café estaba alto o del azúcar, pero ahí nadie hablaba de lo bueno, sólo de lo malo. Ahora bajan los precios de todo a niveles del año pasado y sólo nos enfocamos en lo malo que es que baje el precio del café. ¿No les parece algo cínico?

Que hay recesión en EEUU y las remesas no crecerán tanto… bueno, en vez de crecer 17 por ciento este año, crecerán 6, que no está mal. EEUU es un socio comercial clave (40 por ciento de nuestras compra-ventas) pero Centroamérica, Europa y Asia han ido creciendo en los últimos cinco años a un ritmo respetable. Podríamos abrir relaciones con China continental y dinamizar las inversiones y el comercio, y pedir desde ya nuestro ingreso en el UNASUR y así multiplicar nuestro comercio con Suramérica. Podríamos también, más que poner banderas centroamericanas en todas las instituciones públicas, dar pasos concretos para darle poder al Parlacen y caminar hacia una moneda única centroamericana, que sí fortalecería nuestras economías.

Los diputados de la Comisión de Finanzas podrían también desmarcarse del cliché de “decir no” y dejar de decirle que sí a todo lo que les dice parte de la cúpula empresarial (como la Cámara del Agro) que después los vilipendia. Podrían entonces aprobar el impuesto del ISO para financiar al Estado y el presupuesto. Son representantes de todos los ciudadanos en esas curules. Es impresionante cómo la Gana o la Bancada Guatemala que apoyaron el IETAAP ahora se opongan. Qué inconsistencia.

En fin, lo que falta es una vuelta de tuerca. Empezar a ver el vaso medio lleno porque no tenemos más destino manifiesto que ser felices.
martinpellecer@gmail.com

lunes, 6 de octubre de 2008

51. Guerra contra el narcotráfico

Guerra narco

Ahora pareciera una ecuación que si aumentamos 5 mil soldados, vamos a poder enfrentarnos al narcotráfico, y pareciera indiscutible que el narco se asentó en el país por la reducción del Ejército durante el gobierno Berger-Stein. “Y no ver eso es cuestión de fanatismo ideológico”. Estoy en desacuerdo.
El narcotráfico que se empezó a instalar en el país desde los años noventa tuvo como cómplices a muchos militares dentro y fuera del Ejército –así como a muchos políticos y muchos empresarios-. Si no, no habría sido tan exitoso. El Gobierno portillista-eferregista les abrió las puertas de par en par y el de la Gana no hizo mucho para combatirlo; pasaron 10 meses sin un solo kilo de coca incautado.

El presidente Colom ha repetido una mentira desde la campaña (que dicha mil veces se convierte en verdad), que es que el gobierno anterior le dejó las puertas abiertas al narcotráfico “al quitar bases militares y reducir el Ejército”. Pero con o sin Ejército más amplio, el narcotráfico ya campeaba como quería por el país. ¡Incluso tenían una pista de aterrizaje para narcos en la base militar de Zacapa hace tres años!
Hay militares que ya deben haber sido cooptados por el narcotráfico. Una guerra militar contra el narcotráfico es muy arriesgada, porque puede terminar corrompiendo a todo el Ejército, por pequeño o grande que sea. México y Colombia se han enfrentado al narcotráfico con Estados más sólidos y más grandes. Colombia ha ido ganando esa “guerra”. México no parece ganarla. Los Estados mexicano y colombiano tienen además un detalle que a nosotros nos falta: tienen una nación (una identidad nacional) que los legitima; nosotros todavía no.

Mientras EEUU siga con su hipocresía de demandar cocaína desde sus ciudadanos pero prohibirla con sus leyes, tenemos que hacer la guerra al narcotráfico en Guatemala y Mesoamérica. Y es impostergable la guerra contra ese mal que corrompe más aún a nuestra sociedad y dinamita nuestras instituciones democráticas.
La guerra tiene que ser nacional y tiene que incluir al Ejército, a la Policía, al Estado y a la sociedad, porque a todos nos jode el narcotráfico. Pero las prioridades deben de ser distintas. No podemos empezar una guerra a la loca con un Estado en trapos de cucaracha. Esto va a convertirse en más matazinga y sin resultados.

El primer paso, en cambio, debe ser el combate al enriquecimiento ilícito, al financiamiento de los narcos. Y con esto no me refiero a ver que los políticos no se roben dinero público, es a fiscalizar el lavado de dinero privado, que es como se disfrazan los narcos y otros corruptos. Esa ley es indispensable. El segundo paso es empezar a quitarles las armas (otra ley y su aplicación) y el tercero es perseguir a los capos en coordinación con EEUU, Colombia y México.

Un cuarto paso, clave, es sacar a los narcos de la política y por eso es urgente transparentar el financiamiento electoral, para que dejen de poner a alcaldes y diputados títeres. Un quinto, es una reforma fiscal y una del servicio civil para empezar a modernizar a nuestro Estado. Después, cómo no, podemos llamar a nuestro Ejército para que defienda la soberanía de Guatemala. ¿No les parece más prudente?

PD. El sector privado organizado asegura que han sido despedidos 200 mil trabajadores y no se contratará a nadie en 2009. Nadie duda que estamos pasando tiempos difíciles, pero pueden ser un poco exagerados. ¿Qué tal si le muestran al Ministerio de Trabajo las 200 mil indemnizaciones que pagaron?

martinpellecer@gmail.com

martes, 30 de septiembre de 2008

50. Descaros

Busco y no encuentro una explicación de cómo hay guatemaltecos que pueden defender mentiras del tamaño del Tajumulco y después de eso posar sonrientes ante las cámaras para felicitarse por haber cumplido con “los principios”. Creo que deberíamos construirles un monumento para que los futuros ciudadanos recuerden los extremos a los que no hay que llegar nunca.

Por ejemplo, los alcaldes de Occidente que alegan que les están violando su soberanía municipal al obligarles a pasar los registros civiles al Registro Nacional de las Personas (Renap). Además, les quitarán ingresos. Además, las poblaciones están enfurecidas por semejante atropello y no saben si podrán controlar a sus bases (aló, jueves negro?) o que una institución (la ANAM, Asociación Nacional de Municipalidades) convocará a manifestaciones. ¿En qué parte del mundo se ha visto que una institución estatal convoque a manifestaciones?

Además, por lo menos que las demandas fueran legítimas, justas. No sé qué les hace falta para ver que la cédula de vecindad es un documento tan poco fiable, tan falsificable, tan comprable… debería darle vergüenza a esos alcaldes defender un monumento a la corrupción. ¿Cuántos actos delictivos no se cometen en este país al amparo de esas cédulas, cuántas licencias de armas y asesinatos, cuántos fraudes electorales municipales o distritales, cuánto lavado de dinero, cuántas adopciones ilegales no se hicieron así?

Al menos el Congreso sí se plantó esta vez ante esos intereses mezquinos, sabiendo que arriesgan a socios electorales. Bien por los diputados. Y ahora, pareciera que la zancadilla se las mete el propio gobierno que convocará a un “diálogo”. Ojalá que sólo sea para explicarles, con dibujitos y todo a los alcaldes que no puede continuarse con esas cédulas y que tendremos un Documento Único de Identidad decente a partir de 2009.

Y dicen que defienden el principio de descentralización. Si defienden así este pedacito de corrupción, cómo no defenderán las tajadas que ganan de las obras municipales, del clientelismo, de su pedacito de autoridad. De verdad que son campeones, pero lo que pasa es que no son fiscalizados.

Pero bueno, no son los únicos descarados. La crisis financiera mundial es la muestra del fracaso de los postulados económicos de cero-regulaciones para las corporaciones financieras y cero-intervención estatal en ese mercado (del modelo neoliberal impulsado desde los 80 por Reagan y Tatcher y seguido a pie juntillas por muchos latinoamericanos). Y ahora, por medio del dinero de contribuyentes estadounidenses y europeos, se rescatará el desastre provocado por los especuladores y avaros –que además tienen súper sueldazos y fueron beneficiados con recortes de impuestos por la administración republicana de Bush-.

A pesar de que para todo el planeta es evidente la lección de esta crisis –que los Estados no pueden dejar sin controles a los mercados-, los neoliberales guatemaltecos, tan campantes ellos, dicen que no, que es culpa del mercantilismo y de la intervención estatal. Por favor. No pueden ser tan fanáticos. Y son los “adelantados” en Guatemala.

PD. Todo el mundo disfruta de despedazar al Congreso como institución (en vez de a los diputados que lo merecen) y nunca nadie aplaude cuando hacen algo bueno. Quiero felicitar a los 107 diputados que aprobaron una decente Ley de Acceso a la Información. Ahora les quedaría de maravilla una ley ultra restrictiva de Armas y Municiones, una tibia reforma fiscal (la del ISO) y un presupuesto 2009 que no sea tan clientelista como el anterior. Adelante.

martinpellecer@gmail.com

martes, 23 de septiembre de 2008

49. Nación imaginaria

“No tenemos identidad nacional”, “la independencia no fue heroica”, “que lo único que nos identifica es que somos lo peor del mundo (haraganes, mentirosos, mediocres)”, blablá. Cada 15 de septiembre se repiten las mismas reflexiones sin resultados ni propuestas sobre la nación guatemalteca, sobre la guatemalidad.

Que los mexicanos o los salvadoreños o los gringos o los franceses o los brasileños sí tengan identidad nacional no es por magia o bendición o por muestra de nuestro destino de fracaso manifiesto, es porque sus Estados fueron exitosos en ese propósito. Y lo lograron con prueba y error hasta que lo consiguieron.

Esas identidades nacionales tienen su base en imaginarios, en imaginar al otro. Benedict Anderson resumió qué es la nación: una comunidad imaginada, pues nunca, aunque vivamos en Luxemburgo (500 mil hab.) podríamos conocer a todos nuestros connacionales. Para organizarnos la vida y “facilitarnos” las relaciones interpersonales, nos hacemos una imagen del resto de nacionales.

Así, los argentinos, en especial los porteños, se imaginan que son lo mejor que se puso en el mundo y mejores que europeos y gringos. Los franceses se imaginan que son los portadores de la cultura y los derechos del hombre en el mundo. Los mexicanos que son la raza cósmica, mejores que el resto del mundo. Los salvadoreños que trabajadores, los nicaragüenses que poetas, los gringos que buenas personas y salvadores del planeta.

Y no, no es así. Ni los argentinos ni los mexicanos son los mejores, ni los franceses los más cultos que los alemanes ni los salvadoreños más trabajadores que el resto del mundo ni todos los gringos son buenas personas, pero todos ellos creen que lo son. Entonces cuando miran a otro nacional creen ver a un culto o a un cósmico o a un buenagente.

Nosotros en cambio, como nuestro Estado (o quienes han estado en el poder, miopes en el 80% de la historia) no ha construido una nación, una identidad nacional de la que se sientan parte indígenas, mestizos, blancos y negros –como sí sucede en México, Brasil, Colombia o EEUU- y por lo tanto tenemos sólo imágenes negativas del resto de guatemaltecos. Así, la mayoría que se topa con otro guatemalteco piensa que es un haragán, mediocre, corrupto, envidioso, racista… Y no, no es así. No es que los guatemaltecos sean lo peor del mundo, pero nos lo creemos.

Muchos Estados en el mundo están ahora en proceso de construir su identidad –la mitad de países no logró una sola identidad nacional en estos 200 años desde la Revolución Francesa- porque la nación (esa alma abstracta sobre el país, como dijo Renan en 1872) es lo que da legitimidad al Estado. Y esa pasa por la escuela y los medios de comunicación. Podemos quitar los obstáculos y empezar a construirla o esperar que nuestros hijos y nietos sigan quejándose cada 15 de septiembre.

El primer obstáculo es el racismo. Tenemos que derrumbarlo. El segundo paso es reconocernos diferentes (multiculturales) y semejantes (interculturales). El tercero es leer la historia, saber de todos esos héroes, de esos trabajadores, de esas estrellas que ha dado esta tierra. Y cuarto, tener autoestima y empezar a ver el vaso medio lleno y trabajar para llenarlo. Después de todo, la otra alternativa es seguir diciendo, cruzados de brazos, que el país “va cada vez peor” (lo cual es mentira) por culpa del otro, del “inmensamente diferente” a pesar de que tiene dos ojos, una nariz, una familia, sueños, ganas de trabajar y ante el resto de 5 mil 999 millones 987 personas del mundo es un simple oriundo de Guatemala.

martinpellecer@gmail.com

lunes, 15 de septiembre de 2008

48. Obama vs. Palin

Qué si gana Obama o ganan McCain/Palin es lo mismo porque los gringos son una vaina. No. No es lo mismo para EEUU, ni para el mundo, ni para Guatemala y los guatemaltecos allá. Y no es la administración Bush represente a todos los estadounidenses o que todos sean iguales. La mayoría de gringos no entiende cómo su Estado ha ayudado a agravar muchos problemas del mundo, así como muchos acá no tomamos en cuenta que EEUU ha ayudado a defender muchos temas importantes en la historia.

A ver, el ticket republicano: McCain ha sido uno de los republicanos más centrados y racionales, pero en la campaña se ha radicalizado muchísimo, a lo Bush. Y Sarah Palin, su vicepresidenciable, es realmente de miedo. Los conservadores guatemaltecos la defienden diciendo que la critican por su edad o por ser mamá y por ser conservadora. No, no es ése el problema. La señora, de 44 años es gobernadora de Alaska hace dos años, ex alcaldesa de una ciudad de 10 mil habitantes y no tenía pasaporte hasta el año pasado porque nunca había salido de su país. No sólo es una ignorante del mundo sino una cavernaria ideológica.

Estudiante mediocre, Miss Alaska, madre de 5 hijos y defensora de que no se dé educación sexual en las escuelas (su hija de 17 años está embarazada), cree que debería enseñarse que no somos una evolución del mono sino que un buen día Dios nos puso aquí en la Tierra; está en contra de los derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo y de los derechos de los homosexuales. Cree que la guerra en Irak es “porque Dios lo quiere” y para vengar los ataques del 11 de septiembre.

Como buena radical, es de doble moral. Habla contra la corrupción pero cobró dietas por 300 noches como si estuviera de viaje y en realidad estaba durmiendo en su casa. Cobró dietas para su hijo, para que fuera a competir en una carrera de trineos de perros. Se describe a sí misma como un “pitbull con pintalabios”. Es racista, es intolerante y podría llegar a convertirse en presidenta de EEUU si McCain, de 72 años, llega a fallecer. Para los que pensamos en que no habría nunca nada peor que Bush, les presento a Sarah Palin.

En la otra mano está Obama, quien escogió a Joe Biden para vicepresidente demócrata. Biden es senador desde hace 26 años, experto en política exterior. Obama representa lo que muchos admiramos de los valores de EEUU. Hijo de keniano y una mujer de Kansas, fue criado por ella y sus abuelos y desde lo más bajo trabajó para superarse y llegó a graduarse de Columbia y Harvard, trabajó en los barrios pobres de Chicago y tiene una visión muy completa del mundo y cuáles son los verdaderos problemas y las soluciones.

Sabe que sin combatir la pobreza, el racismo, el genocidio y el cambio climático no habrá seguridad y paz; sabe que las multinacionales y los multimillonarios son los que tienen que pagar más impuestos y que el Estado tiene que tener un papel rector para compensar las debilidades del mercado. Sabe que las guerras son un último recurso y cree en el poder de la diplomacia.

Obama, de 47 años, ha ofrecido legalizar a los migrantes indocumentados, quiere tener una relación de amistad y respeto con América Latina, promoviendo la democracia y la justicia social como prioridades y no sólo el libre comercio y la lucha contra el narcotráfico; incluso quitará el embargo a Cuba. Es un ciudadano del mundo. Es una persona sincera –que no es poca cosa- y se ha ganado lo que tiene a pulso, con esfuerzo. Representa a los estadounidenses idealistas, a esos que muchos admiramos. Las encuestas muestran un empate. Así que este cuatro de noviembre, los estadounidenses tendrán en sus manos una buena parte del futuro del mundo. Y el mundo se merece a Obama.

martinpellecer@gmail.com

martes, 9 de septiembre de 2008

47. Entrelíneas (sobre la salida de Quintanilla)

Entrelíneas

El despido de Quintanilla por el espionaje en Casa Presidencial es un rompecabezas para la ciudadanía, un rompecabezas que el presidente Colom y su nuevo círculo íntimo sabe a la perfección cómo se arma.

No creo que esto sea un show para desviar la atención de otros temas de agenda nacional sino lo veo más como un corolario para los cambios del grupo de Quintanilla del poder. Los movimientos en Gobernación y Defensa después de la muerte del ministro Gómez eran obviamente una preparación para ir aflojando los tornillos de la silla del primer zar de seguridad de Colom y quitársela de un rompión, como sucedió.

Todos los que tenemos que ver con la política –desde su fiscalización y su análisis hasta los que la financian y dirigen- sabemos que los teléfonos son walkies-talkies, y que nos espían hasta los correos electrónicos y chats. Y nos los espían desde militares en activo y militares retirados que trabajan para políticos nacionales y locales hasta empresas y diplomáticos. Los que hemos estado en Casa Presidencial sabemos que había salas “limpias de micrófonos” en las que sí se podían hablar temas fuertes y otras en las que no.

O sea que el espionaje puede ser más bien la punta de iceberg de lo que se ha encontrado contra Quintanilla, ahora prófugo de la justicia, o una excusa que necesitaba Colom para animarse a despedirlo sin mancharlo tanto (qué pena).

Me llamó la atención el miedo del presidente. Primero, llamar a la Guardia Presidencial del Ejército a tomar el control de la Casa Presidencial; luego, soltar el medio improperio de “hijo de la gran” –como cualquier hijo de vecino y no un jefe de Estado, por más frágil que sea el Estado de Guatemala-; y luego, ordenara que no despegara ningún helicóptero presidencial. ¿Por qué? ¿Teme que Quintanilla tuviera algo que ver con el accidente fatal del ministro Gómez Presidente?

Soy alérgico a los fatalismos y a que esto muestra que “cada día estamos peor” y que el gobierno está “cada día más” débil. No. Prefiero pensar que es un corolario para el cambio de ruta en la conducción de los asuntos de seguridad del gobierno de Colom y el fortalecimiento de otras fuerzas dentro del Gobierno, que, en teoría, son más transparentes o al menos del status quo, y que cuentan con el aval de la embajada de EEUU.

Eso sí, hay asuntos que fueron eclipsados por este escándalo que no deben salir del debate. Uno es la captura de Manolo Castillo, por el asesinato de los salvadoreños. Eso es un paso adelante. Dos, el atentado contra Yuri Melini, de CALAS, que es un paso atrás grave. Y tres, el aumento de tropa del Ejército a 21 mil efectivos para “combatir al narcotráfico y cuidar las fronteras”. El Ejército era más grande en tiempos del ex presidente Portillo o en tiempos de la guerra y no impidió que se instalara en el país el narcotráfico o que nos robaran madera traficantes mexicanos en Petén o que se traficaran personas. Cuando una vez le recordamos esto en una entrevista al entonces candidato Colom, él no supo qué responder.

El Gobierno está dando un giro adecuado en este semestre en Gobernación, Defensa, Segeplan, SAAS. ¿Qué les cuesta terminar de hacerlo bien y extenderlo a la SCEP, Comunicaciones y Fondos Sociales, hasta ahora corruptos y clientelares?

PS. Como dosis de optimismo, les recomiendo un artículo de la Ministra de Defensa española. Socialista, catalana, de 37 años, embarazada al asumir el cargo, pacífica, demócrata, impresionante. Ojalá algún día sea así en Guatemala.
elpais.com/articulo/portada/MADRE/MINISTRA/elpepusoceps/20080907elpepspor_5/Tes

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jueves, 4 de septiembre de 2008

46. Soñar algo en el teatro

“Cuando yo vendía preservativos allá en la línea (del tren, en donde trabajan prostitutas), yo decía que iba a ser artista y cantante, y me decían que estaba loca. Pero ya ven, el sueño se convirtió en realidad y estuve de gira en Málaga, Barcelona, Madrid, Panajachel, Quetzaltenango, Antigua y acá estoy. A mis 70 años, esto es sólo el comienzo. No sé cómo será el futuro”.

Marina Palencia, una de las protagonistas del galardonado film guatemalteco-español Las estrellas de la línea, introducía así una de sus canciones en el concierto que dio el sábado por la noche en el Teatro de Cámara para la presentación de su disco.

La historia de Marina es triste, muy triste. No se crió con sus papás, la embarazaron a los 14 y la familia del papá del hijo no se lo dejó ver. Se prostituyó unos años más tarde, alquilaba su cuerpo a muchos clientes durante todos los días en la línea del tren en la zona 1. Hace 31 años un amante le hizo perder un ojo de una manada. Vive en una covacha en un asentamiento en la zona 1.

Una de las letras de sus canciones con las que recuerda el pasado dice así: “Soy triste borracha que pasa la vida bebiendo y llorando ese ingrato amor. El mundo no entiende que una mujer buena se arrastra, de pronto, miseria de vida, escoria de amor. Me miro al espejo y quiero romperlo. Por siempre maldigo al hombre perverso que me hizo infeliz”.

Hace 33 años se juntó con el amor de su vida, Carlos Lozano. Él, que pasó por muchas cárceles en la Costa, prometió un día no volver a robar y se reencontró con Marina, quien hace 20 años prometió, por él, dejar la prostitución. “Nunca me hizo falta para mis frijoles. Él trabajaba de albañil y yo vendía tostadas, ropa, lo que fuera”, relató en una entrevista de Paola Hurtado en elPeriódico hace dos años. Carlos murió hace poco.

En el 2003, un español, director de cine, Chema Rodríguez, llegó a hacer una película sobre la vida de las prostitutas de la línea en la que las organizó en un equipo de fútbol que compitió en Futeca zona 14 y en muchas canchas de todo el país. Su historia sacó al tapete el conservadurismo guatemalteco, pero ganó premios en España, Alemania, Polonia, Estados Unidos y más. Y Marina pudo cumplir su sueño de ser actriz. El fin de semana cumplió otro: su primer disco. (Gracias Chema, Andrés Zepeda, Jesús Velasco, René Sosa por ayudarla a cumplir su sueño y al Gobierno por prestar el teatro; es probable que sea lo primero que recibió en su vida del Estado de Guatemala.)

El momento es imposible de describir con palabras. El teatro lleno a reventar, Marina con traje sastre, nuevo corte de cabello, sin anteojos oscuros para ocultar la falta de un ojo o sin apretar la sonrisa para ocultar la falta de dientes y la vida de la triste borracha sólo en el recuerdo y en una canción. Lloró de la emoción antes de empezar y luego cantó y se apropió del escenario con la soltura de una cantante internacional que presenta su disco. Cantó cinco boleros, con el alma y la alegría de una niña. Lloró, río, agradeció, como lo hicimos todos en el público. Se sintió mujer, persona, como nos sentimos todos en el público.

Fue mágico. Fue vida. Fue una revancha, una pequeña victoria cotidiana. Fue disfrutar de un sueño hecho realidad de una guatemalteca de 70 años que nunca se dio por vencida. Gracias.

martinpellecer@gmail.com

martes, 26 de agosto de 2008

45. Zanahoria (sobre el linchamiento al Congreso)

“Todos son unos corruptos”, “nada camina”, “el peor momento en la historia en 14 años”, “depuremos al Congreso”, “préndanle gasolina”. Desde varios sectores parece orquestarse una campaña para hacer tronar el Organismo Legislativo y las consecuencias pueden ser graves para la democracia guatemalteca.

No voy a defender en esta columna a los diputados ¬–que en su gran mayoría son campeones en clientelismo político, en doblegarse ante intereses de financistas o de los poderes de facto de este país (legales e ilegales) y representantes de la mediocridad nacional-, pero quiero matizar algunas de las críticas irracionales, en especial desde sectores conservadores empresariales y en tribunas.

El Congreso en su conjunto es el reflejo del sistema político que hemos construido en 30 años, un reflejo de la poca capacidad como ciudadanos para construir partidos políticos independientes, institucionales y sin corrupción.

Dejemos por un lado las percepciones y miremos los hechos tangibles. El hecho de corrupción de los Q82 millones que apostó Meyer no es el peor escándalo en la historia reciente del Congreso. El programa Pacur, de Q600 millones para obras de diputados en las que escogían la obra, su precio y la empresa era muchísimo más grave. Cambiar una ley contra el crimen organizado reduciendo las penas a la mitad para los peores delitos fue mucho más grave. Alterar una ley recién aprobada cuando fue publicada en el diario ofiical fue peor. ¿Qué decir de diputados en el pleno acusados formalmente de narcotráfico o robo de gasolina? A su favor, los diputados aprobaron este semestre se aprobó el financiamiento para el Gobierno, la ley contra el feminicidio o la reforma sobre el ADN y la paternidad irresponsable; ha habido semestres en los que no se ha aprobado nada bueno.

Ciertamente no hay una agenda definida entre oposición y oficialismo, los diputados se mienten entre ellos, se meten zancadilla cuando pueden sacar leyes para recuperar dignidad, pero a los de la campaña anti-congreso se les olvida una ley muy simple: Ningún burro camina sólo a garrotazos. Es necesario también darle zanahorias.

Que hay que depurar el Congreso. Me opongo como ciudadano. Ahora aceptemos nuestra responsabilidad como votantes. Se renovó a más de la mitad de diputados en noviembre y ahora queremos echarlos a todos. Y si nos aburrimos de los próximos en 2 años, ¿a echarlos de nuevo? El siguiente paso va a ser deshacernos de lo poco que tenemos de Estado, para alegría neoliberal y de algunos megaempresarios y pena de los extremadamente pobres o los que no tienen para pagar una escuela o policía privada.

Los quince diputados que mueven el Congreso saben que sobre sus hombros está la responsabilidad. Pueden decidir una agenda de 5 leyes para septiembre. Por el bien del país, del Congreso. Acá van sugerencias: Ley de Acceso a la Información decente, Ley de Armas restrictiva, Petrocaribe y Modernización fiscal para combatir la evasión. Además, una ley que hicieron en México para fomentar el turismo interno y para que quienes trabajan en las ciudades puedan ver a su familia: hacer que todos los feriados se corran para caer en día lunes y así siempre haya un puente, que puede estimular la productividad y la economía.

Y, a los ciudadanos, no nos dejemos cegar por el ruido, porque después de que pase el linchamiento y nos despertemos, el dinosaurio va a seguir ahí.

martinpellecer@gmail.com

martes, 19 de agosto de 2008

44. Corruptos (EEGSA)

“No estoy de acuerdo con ese impuesto, entonces no lo pago”. Qué de a non. La Empresa Eléctrica (EEGSA) –de la gigante Iberdrola, TPS Ultramar y Electricidad de Portugal- se resiste a cobrar una nueva tarifa, más baja, como le ordenó la Comisión Nacional de Energía. Y además hace campaña internacional contra el Estado de Guatemala.

Esos millones que dejará de recibir el fisco para escuelas, hospitales o carreteras por el capricho de la EEGSA son tan importantes como los Q82 millones que se robaron de las arcas públicas el empresario Raúl Girón y el equipo del diputado Eduardo Meyer (UNE). Sin embargo, en las sobremesas de los guatemaltecos, estos dos robos son tratados de manera distinta. Una es corrupción de políticos y otra presión del sector privado.

Los neoliberales están convocando para unas manifestaciones “por la libertad” en contra de la tibia reforma fiscal que impulsa el Gobierno. “No más impuestos, no más corrupción”, es el lema. ¿Protestarán por la corrupción de los empresarios o las multinacionales como ésta?

Da cólera ver cómo politiqueros manchan a la política (que es instrumento para cambiar las vidas de los más necesitados), o la institución legislativa; pero me parece increíble cómo salen siempre en caballo blanco otros corruptos o corruptores, parte del sector privado, como ahora la EEGSA de Iberdrola o aquel finquero de café que no pagó Q80 millones al fisco y está muy campante con su dignidad de ciudadano no hay autorización legal para publicar el nombre de los defraudadores.

La EEGSA es una compañía muy rentable, que compó una empresa estatal en una privatización que la deja con el monopolio y no tiene que competir –como sí compiten, por ejemplo, las telefónicas (aunque también se presten al negocio del robo de celulares porque nunca desactivan los móviles denunciados)-, por lo que es lógico que si es un monopolio, el Estado la regule. Qué bien que políticos, técnicos y medios se unan para obligarla a facturar. Y tiene que pagar los impuestos que ha dejado de pagar estos días.

En Guatemala el debate fiscal es como una culebra que se come la cola. “Si roba o si me los sube, no pago impuestos”, reza la máxima populista, que ahora se da el lujo de hacer hasta una multinacional de renombre.

Creo que estamos limitados en el debate. Si bien nadie quiere pagar impuestos sabiendo que se van a robar una parte, tampoco es justo que unos paguen y otros evadan. Casi todos estamos conscientes que es con impuestos que tiene que financiarse un sistema de justicia, escuelas para todos, salud para todos, infraestructura, vivienda para los más necesitados y protección del medio ambiente.

Así que por qué no ponemos peras con peras y manzanas con manzanas. En una canasta, la fiscalización, al sector público y al sector privado; para que nadie se robe fondos públicos y para que nadie deje de pagar impuestos. Y en otra canasta discutimos una reforma fiscal, en la que paguemos todos, pero paguen más los que tienen más.

PS. Desde acá quiero solidarizarme con Amílcar Pop, de la Asociación de Abogados Mayas, por el atentado que sufrió en momentos en los que defiende los intereses de los ciudadanos de San Juan Sacatepéquez en el conflicto con la cementera.
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martes, 12 de agosto de 2008

43. Nuestras favelas

Policías que corren al mediodía, con armas desenfundadas, tras un extorsionador; niños, mujeres y ancianos que lo ven natural; disparos, algún herido en forma accidental; ausencia total del Estado y de la dignidad. No es una escena de la película Tropa de Élite, en los asentamientos (las favelas) de Río de Janeiro, es Ciudad Guatemala, año 2008, en una descripción de Mirja Valdez, en elPeriódico (chapeau).

Las casas están hacinadas: una sola cama para la madre trabajadora, el padre (cuando hay) y cuatro hijos. Una escuela para cinco mil niños; las maras acechan; el narcotráfico coquetea; pega duro la inflación, y migrar parece la alternativa.

Del otro lado de la ciudad, la clase media trabajamos, derrochamos, disfrutamos; no pedimos facturas o damos el mínimo esfuerzo a cambio de que no se metan con nosotros; no confrontamos las injusticias o el racismo; compramos radios robados en el mercado La Presidenta, mercadería contrabandeada en la Sexta; nos quejamos del Gobierno, de la inseguridad o de que toque más impuestos “para regalar el pisto en ese programa que dizque traerá más niños a las escuelas”. Es el programa que ha dado más resultados en América Latina, para mantener la escolaridad y revivir las economías.

Ciertamente, los barrancos o la periferia de la ciudad quedan “tan lejos” del resto, casi como Gaza de Israel. Nos recordamos cuando de pronto hay asaltos, cuando no se puede caminar de noche, cuando es un martirio ir en bus, cuando le echamos tres candados a la puerta y nos encomendamos para que no nos pase nada.

Exigimos al gobierno de Colom que baje la inseguridad, pero no le exigimos que invierta en nuestras favelas, con escuelas, salud y empleos, pues ahí sí que no llega la mano del mercado. Tampoco le exigimos a la Municipalidad arzuista que sea ella la que invierta allí, en vez de arreglar arriates en la parte linda de la ciudad. ¿Y la ciudadanía? Cuántas vidas no cambiarían si los barrios de clase media “apadrinaran” a niños de nuestras favelas, para que vayan a la escuela y tengan un futuro. Me da vergüenza esperar de brazos cruzados a que se consigan padrinos europeos o gringos.

De verdad que somos miopes. Medellín sí apostó por invertir en sus favelas. Redujeron los asesinatos a 300 en ocho meses —¡10 por ciento de lo que tenemos acá!—. Lo logró el alcalde Fajardo en tres años, con bibliotecas, parques, cultura, educación e inversión social. Lula anunció este año una inversión millonaria en las favelas de Río. “Con salud, educación y trabajo le vamos a arrebatar esos niños a las mafias”, dijo Lula en ese momento. ¿Nosotros, guatemaltecos, vamos a regalarle esos millones de niños a la desesperanza, el narcotráfico y las maras?

La parte de trabajo puede ser incentivada con la legalización de terrenos, como propone el peruano Hernando de Soto, para que los vecinos sean propietarios y puedan pedir créditos.

La egoísta clase alta no da para soñar con cambiar el país, pero ¿qué hay de los seis millones de guatemaltecos de la clase media? ¿Cuándo vamos a darnos cuenta de que no basta con asegurar nuestro futuro económicamente? Para tener vidas saludables, seguras y plenas tenemos que hacer mucho más para ayudar a los siete millones de pobres que trabajan o quisieran trabajar para no ser pobres.

O bien podemos seguir trabajando, disfrutando de los centros comerciales y el cable en la tele, comprando carro nuevo cuando se puede o apretarnos el cincho mientras otros quisieran tener cincho que apretarse, y no se nos olvide, podemos echarle para toda la vida tres candados a la puerta.

martinpellecer@gmail.com

martes, 5 de agosto de 2008

42. Nación deprimida

Colombia y México quieren hacer una troika para coordinar el combate al narcotráfico en la región y escogen a República Dominicana; Brasil quiere expandir su Unión de Naciones del Sur y prefiere a las Guyanas; EEUU hace una iniciativa de biocombustibles y prefiere a El Salvador.

Pareciéramos como las adolescentes que no se arreglan o no se sienten guapas y no las sacan a bailar en la fiesta; o a los adolescentes a quienes les dicen que no por el mismo motivo; o a los niños o niñas a los que escogen de último en los equipos de fut para la chamusca porque no se muestran seguros de sí mismos.

Así como las personas sufren depresión y falta de autoestima, las naciones también. Sí, van a venir a decir los neoliberales que sólo existen los individuos y no los grupos, pero la nación es una construcción que hacemos todos cuando nos sentimos parte de ella. Es una construcción política que hacen los Estados (o intentan sin lograrlo) para cohesionar a su población y legitimar su existencia.

Uno de los lamentos más comunes en Guatemala es “es que si tan sólo tuviéramos la identidad y el orgullo por nuestro país como los mexicanos o los salvadoreños…”. Y no es que ellos la tengan –como los franceses, estadounidenses, brasileños, chinos, colombianos y la mitad del mundo- porque es algo “cultural” o genético. Las naciones –aunque usan elementos culturales e históricos reales o inventados- son construcciones (no es algo natural en ningún país) y el Estado de Guatemala ha fallado en esta construcción, que excluía a la mitad de los ahora ciudadanos (los indígenas), como fallaron en Bolivia, Ecuador, Bélgica, España o Canadá para el mismo propósito.

Una parte clave para construir la nación es la historia y los héroes, que hacen sentir a los ciudadanos que son depositarios de una tradición. A diferencia de las naciones que sí lograron construir ese sentimiento, cuando un guatemalteco piensa en héroes nacionales, a duras penas se tiene una imagen (muy lejana y ajena) de Tecún Umán, Pedro de Alvarado, Atanasio Tzul, Justo Rufino Barrios y, algunos, a Arévalo y Árbenz.

No es que nos inventemos héroes en la historia, pero es necesario leer la historia. Saber que tuvimos próceres que eran una vanguardia latinoamericana y mundial como José Cecilio del Valle, o brillantes como los unionistas de los años 20, o jóvenes en los setenta con propuestas innovadoras, o quienes lograron firmar la paz y terminar la guerra. No siempre hemos estado “mal” o hemos sido patito feo en América Latina.

Hablaba con uno de los más agudos politólogos del país y coincidíamos con una de la razones por las que Colombia y México han podido soportar la guerra contra su Estado por parte del narcotráfico es un fuerte sentimiento de nación, que legitima la lucha estatal.

No es algo anacrónico construir naciones ahora. La mayor parte de países de Europa del Este lo hacen; Ecuador y Bolivia lo están haciendo. Y no es baladí. Guatemala podría empezar a hacerlo con una nación intercultural que nos una. Podría servir para combatir el racismo, cohesionarnos entre diferentes y que nuestros hijos y nietos puedan tenderse más la mano entre guatemaltecos, tengan más autoestima nacional y sean más felices y optimistas que nosotros.

PS. Quiero hacer un reconocimiento a los Bomberos Voluntarios desde acá. Hace un mes, en Antigua, mostraron su profesionalismo al atender a un turista que tenía problemas de presión alta sin discriminarlo por no ser nacional. Estuvieron impecables. Gracias por hacerlo sentir a uno orgulloso como guatemalteco.
martinpellecer@gmail.com

martes, 29 de julio de 2008

41. Política: decidir

Política: decidir


La política, sucia, odiada, asaltada… es indispensable. Y es un arte, el arte de tomar decisiones. En nuestro enredo de país –como ha sucedido en el enredo de mundo desarrollado- muchas soluciones pasan por la política, por decisiones políticas.


La paternidad irresponsable no va a terminar nunca, pero por una decisión de los diputados –la ley sobre ADN-, ahora cada mujer puede reclamar que sus hijos tengan legalmente un padre. Una decisión que construye una defensa de las guatemaltecas con una ley de vanguardia latinoamericana.


Los niveles de muertes violentas por armas de fuego no van a bajar de la noche a la mañana, pero (como se hizo en Bogotá o Medellín) los diputados pueden decidir no escuchar a los que hacen negocio con las balas, que alegan a llantos “su derecho a defenderse de los maleantes” (aunque las veces que se dispara por enojo o accidente supera en 42 veces las que se dispara en legítima defensa), y decidir aprobar una ley para restringir la circulación de balas y armas en el país. Así sí baja la violencia.


La mitad (no todos) de los azucareros que no pagan los salarios justos y las prestaciones a sus trabajadores podrían decidir hacerlo y además, no contaminar al medio ambiente. El país podría promocionar entonces azúcar justa, a mejor precio, más atractiva para consumidores europeos y estadounidenses que no sólo quieren pagar por calidad, sino también por productos que no tienen sabor a daño ambiental ni a explotación. Pueden preguntarle a Macintosh o a Starbucks o a empresas del todo el mundo que se someten al equivalente de ISO, pero medioambiental y laboral. Y si no lo deciden así, el Estado podría decidir cumplir la ley y obligarlos.


La Arzúalcaldía capitalina podría decidir dejar de gastar millones en pintar la ciudad de verde perico (el de Arzú en campaña) e invertir ese dinero en comprar parques o bibliotecas. No sé qué reacción tendrían los unionistas dentro de cuatro años si, por ejemplo, el Patriota gana las elecciones municipales y decide pintar banquetas, buses, chalecos de limpiabasuras, andamios, todos los rótulos de la municipalidad, pasarelas y hasta semáforos de color anaranjado. Es un insulto a los ciudadanos de esta “metrópoli”.


Radios de vanguardia musical o algunos programas en televisión podrían tomar decisiones para modernizar el debate político nacional y evitar que los programas “de opinión y debate” sean sólo de paleo-liberales y ultra conservadores.


O si queremos liderar a Centroamérica podemos decidir financiar más de sus instituciones, como la Corte Centroamericana de Justicia, y dejarnos de una vez por todas de ese discurso de quiero pero no hago, quiero sacar 100 de nota pero no quiero estudiar.


El Gobierno podría decidir colocar a técnicos como Slowing en Segeplan y dejar de comprar diputados con obras clientelares, aunque sea para causas que beneficien al país, como Petrocaribe, empresa petrolera estatal-privada o una reforma fiscal. El fin no justifica los medios. Y así, podríamos aprovecharnos del interés chino por invertir en refinerías latinoamericanas (ya lo hará en Ecuador y Venezuela) y abrir relaciones diplomáticas a cambio de esto y de que se incluya el acceso preferencial de los productos de empresarios y cooperativas guatemaltecas en ese mercado.


En fin, decisiones que pueden enderezar esta nave en la que estamos metidos todos.


martinpellecer@gmail.com

martes, 22 de julio de 2008

40. El once de Colom (2) (su gabinete)

En enero, comparé el equipo del presiden-te Colom con el futbol, para predecir su juego. El desempeño ha sido disparejo y mediocre —no catastrófico—, aunque, como escribí, en Guatemala un empate sabe a derrota.

El escenario no era fácil. Crisis petrolera y de alimentos, ningún margen de tiempo empresarial y de opiniones, ataques sistemáticos a la gobernabilidad y Estado mínimo en país ingobernable. Pero no es excusa.

La delantera va. El canciller Rodas dio un rumbo latinoamericanista a la política exterior, y respetó las carreras diplomáticas, aunque la asistencia a los inmigrantes sigue siendo pobrísima, faltan resultados concretos en Centroamérica, no hizo nada con Belice, y Brasil prefirió incluir a las Guyanas que a nosotros en la Unasur.

Juan Alberto Fuentes —Finanzas— propone una reforma fiscal sensata. Ahora, deberá mostrar colmillo político en el Congreso, y podría intentar aumentar su influencia en el Gobierno con alguien técnico y afín, para tomar el relevo en la politizada e ineficiente Segeplan.

La media cancha está “más o menos”. La apuesta por De Colom fue el primer flanco de desgaste, y lo seguirá siendo. Lo peor que podría hacer es mencionarla como “delfín”, y continuar marginando al vicepresidente Espada que, por su inexperiencia política, no encuentra espacio, ni siquiera haciendo cambios en Salud, que es un cero a la izquierda. De Colom debe mostrar con resultados por qué la escogió el presidente, y no solo dar declaraciones a la defensiva. ¿Habrá unos cinco operadores políticos?

El más activo en el Gabinete es Meany —Energía—, quien ha hecho cosas interesantes, como Petrocaribe o proponer hidroeléctricas, pero otras erradas, como repartir fondos petroleros en municipios de Petén o proponer energía con carbón —contaminante—. Sorpresa positiva.

En Educación, la administración Ana de Molina-sindicatos no me hace recordar nada positivo. Esperaba más colmillo político en ella, para evitar ser cooptada por cangrejo-Joviel.

La defensa es un flan. Los laterales, que deberían oxigenar al Gobierno, no existen. La “inversión social” del Gobierno es clientelismo puro e ineficiencia, y apesta a corrupción —Agricultura, Secretaría Ejecutiva, Comunicaciones—. Economía no tuvo ministro como cien días. Vergüenza. Y cambio de decisiones sin consecuencias. 700 mil pobres más. Abona a la percepción de que el Gobierno no tiene rumbo.

La UNE en el Congreso no deja de meter goles en contra, y Colom repite la fórmula del gobierno anterior: obras clientelares a cambio de votos. Qué decepción. Lo rescatable, la Ley contra el Femicidio, y pueden lograr la de transparencia.

La portería —la seguridad— va mal, pero Jiménez —Gobernación— está trabajando. La influencia de Quintanilla ha sido nefasta para el Gobierno, su imagen internacional y el Estado. Lo “socialdemócrata” no se ha notado en la dizque “reforma profunda” sobre el papel del Ejército que prometió, —¿o será darle tareas geniales como repartir comida(!!!)?—. Los resultados no se perciben en seguridad —aunque al menos incautan droga— y su performance en San Juan recuerda tiempos dictatoriales de derecha.

Bien por el trabajo de Ferraté —Ambiente—; nulo el de Cultura. El director técnico —Colom— no puede desesperarse y criticar como lo hizo con EFE. Aunque tuviera razón en algo de lo que dijo, con esas maneras solo perjudicará a su gobierno y al país. Le quedan tres años. Partes de su Gobierno tienen rumbo; otras no. Igual, aún es demasiado temprano para enojarse.

P.S. Libertarios, les recomiendo el artículo se Stiglitz del domingo, en elPeriódico.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20080720/domingo/62089

www.martinguatemala.blogspot.com

martes, 15 de julio de 2008

39. Petrocaribe

“A pesar de lo desconfiados que puedan ser los gobiernos sobre las políticas de Chávez, la iniciativa de Petrocaribe es un negocio demasiado bueno para dejarlo pasar”. La frase es de un artículo de anteayer del periódico inglés Financial Times, el más prestigioso en análisis económico mundial, sobre el acuerdo petrolero que el Congreso debatirá en agosto.

Nuestro batallón neoliberal ya tachó la iniciativa de apocalíptica y los diputados tienen las opciones de sacar provecho mediático o que el Gobierno de Colom los intente comprar con sobornos disfrazados de obras estilo Pacur o bien la opción decente de un debate fundamentado.

Guatemala gastó cinco por ciento de su producción nacional en pagar el petróleo que consumió, en 2007. El barril costaba US$80. Ahora cuesta casi el doble, en un precio especulativo, que llena las bolsas de magnates rusos que compran equipos de fútbol inglés o reyes árabes que compran mansiones en la costa española.

La opción conservadora es quedarnos a la mano de dios o del mercado. Que la clase media se convierta en media baja, la clase media baja en pobre (van 700 mil pobres más); los pobres en pobres extremos –y busquen migrar a EEUU vía México y los traten como animales-; y que los pobres extremos (¡uno de cada cinco guatemaltecos!) se muera de hambre.

Petrocaribe no nos va a sacar de pobres, pero sí puede ser una herramienta para enfrentar la crisis. En vez de dedicar Q400 millones al mes para llenar los bolsillos de los petroleros, como ciudadano prefiero que el país use la mayor parte de esos recursos para hacer transferencias a mujeres pobres a cambio de que manden a sus hijos a la escuela y de paso puedan reactivar la economía de sus comunidades; o para fomentar la producción de alimentos o para invertir como país en una alianza público-privada en fuentes de energía (hidroeléctricas, solares o de viento y no esa farsa del carbón).

Sí, es una deuda, a 25 años, a 1 por ciento de interés anual. Los bancos internacionales nos lo dan a 5 por ciento de interés y con condiciones políticas expresas. El Estado de Guatemala tiene que ayudar a los más pobres que no pueden competir en el mercado, y si la ciudadanía se resiste a pagar impuestos, pues a endeudarnos. La deuda nacional equivale al 22 por ciento de la producción de cada año, es de las más bajas y responsables en América Latina (que no nos asusten con el petate del muerto).

Qué Chávez es un populista payaso, sí. Que se van a enojar los gringos, no. Antes de ir a tocar la puerta venezolana Guatemala intentó ser parte de la iniciativa de EEUU y Brasil sobre biocombustibles y EEUU prefirió a El Salvador para el proyecto piloto, a pesar de que Guatemala es el quinto productor mundial de azúcar. México nos mintió ofreciendo una refinería. Creo que ya estamos grandecitos como país para buscar acuerdos con rojos o azules sin pelearnos con el otro o que nos digan qué hacer.

Que el dinero se puede prestar a corrupción, sí. Que para fiscalizar ese dinero están los diputados, estamos los periodistas y los ciudadanos, también. Y el Congreso decide el destino de ese dinero. El programa de remesas a madres para la escuela (unionista, patriota, uneísta) debe ser el estandarte de la inversión estatal, no gubernamental. Sería un craso error del presidente Colom continuar con clientelismo puro dando recursos de Petrocaribe a la corruptela de las municipalidades.

Petrocaribe puede ser la puerta para hacer una empresa mixta entre el Estado y la iniciativa privada que en el futuro sirva para asegurarnos las fuentes de energía (refinerías, páneles solares, viento, agua) para crecer económicamente. No desaprovechemos esta oportunidad con debates de circo.

martinpellecer@gmail.com

domingo, 13 de julio de 2008

38. País enredado y desenredable

“Ningún hombre puede cruzar dos veces el mismo río. El río no es el mismo ni el hombre tampoco”. Volver después de diez meses de ausencia es en sí otro viaje y la frase de Heráclito es exacta para describir mi regreso al país. Lo encuentro enredado y desenredable.

Enredado por la profunda crisis económica que provocaron los precios del petróleo y la comida, la falta de coherencia del Gobierno, por el lodazal en el que metieron muchos diputados a todo el Congreso, la intransigencia de parte de la élite empresarial, la profunda crisis económica, la falta de liderazgo y de ideas, el pesimismo que tenemos naturalizado, la falta de solidaridad real, la falta de una cultura de sinceridad.

Y no es que sea imposible de solucionar o de desenredar. Es como si un gato hubiera jugado con una pelota de lana durante muchas décadas y los esfuerzos por desenredarlo fueran menores, que sumado a nuestro pesimismo naturalizado, nos hacen creer que el partido lo perdimos ya 7-0. No. Vamos ciertamente como 5-2 abajo, pero si ya logramos dos goles podemos lograr más y podemos esforzarnos por cuidar que no nos metan más goles la adversidad y quienes disfrutan apaleando el país creyendo que lo salvan (ojo neoliberales, militares, algunos activistas de derechos humanos, algunos colegas periodistas o los ciudadanos indiferentes).

Creo que mi mayor aprendizaje en estos diez meses fuera ha sido dejar de considerar que haya cosas que sean naturales. No es natural la desigualdad, no es natural la falta de sinceridad, no es natural que el centro histórico sea hermoso y abandonado, no es natural que no nos importe el otro y seamos egoístas, no es natural que estemos condenados a un servicio de transporte público asqueroso ni es natural el clientelismo político o creer que todos los políticos son corruptos o que todos los empresarios son bienhechores. No es natural el racismo. En vez de naturalezas, son construcciones, son imaginarios que hacemos para organizar nuestra forma de relacionarnos con el resto del mundo. Los imaginarios son indispensables, válidos y útiles, pero también moldeables.

Tampoco es natural, pero sí es lo recomendable, ver en las crisis oportunidades. Así como sucede ahora en el Ministerio de Gobernación. El lamentable accidente del valioso ministro Vinicio Gómez sirvió para que el presidente Colom colocara a un joven ministro Jiménez que empieza con el pie derecho haciendo cambios necesarios para avanzar en la institucionalización del Ministerio. El escándalo del jineteo de Q82 millones en el Congreso está dando paso a la aprobación de la histórica ley de acceso a la información por parte de los diputados.

La crisis petrolera que provocaron los especuladores que apuestan en las bolsas de valores del “civilizado” primer mundo al menos nos ha llevado a pensar en alternativas energéticas en un debate aplazado y toma forma con propuestas interesantes como la de Petrocaribe (sobre la que escribiré el próximo martes). Como ven, el enredo se puede desenredar.

Ser optimista no es fácil y se necesita de rituales de reconciliación con mi ciudad y mi nación que dejen campo para soñar y disfrutar la vida. El sábado por la mañana fui a ver la bienal de arte Paiz y pasé por el segundo piso del Centro Cultural Metropolitano. Escuchar y ver a niños y adolescentes ensayar con trompetas, saxofones, violines y chelos de manera gratuita es una experiencia sublime. ¿Se imaginan cuánto disminuiría la violencia y crecerían los sueños si hubiera otros quince centros culturales, gratuitos, públicos, en la Ciudad de Guatemala y otros cientos en todo el país?

martinpellecer@gmail.com

martes, 1 de julio de 2008

37. Unión Europea xenófoba

La Unión Europea dice ser el estandarte mundial de la defensa de “sus valores”, como los derechos humanos. Ciertamente, ayudó al país a lograr la paz o proteger a guatemaltecos que luchan por los derechos humanos. Era una voz autorizada en materia, era.

El mes pasado aprobó “la Directiva de Retorno/Expulsión de ilegales”. Cualquiera sin visa recibirá una carta en la que se pide que se largue o se le perseguirá, arrestará y expulsará porque es un delincuente. El artículo 12, inciso 3, dice que se le dará asistencia jurídica gratuita a quienes carezcan de recursos “en la medida en que dicha asistencia sea necesaria para garantizar un acceso efectivo a la justicia”. ¿Para qué recibir asistencia que garantice justicia si la ley no deja lugar a interpretaciones justas y es un delito trabajar en Europa sin visa? Claro, España ahora dice que “le explicará a los latinoamericanos bien esta ley” porque criticarla responde a “ignorancia” o “populismo”. Bah.

Es sólo el primer paso. La presidencia semestral europea del francés Sarkozy tiene como primera prioridad combatir la inmigración “ilegal”. Allí se afinará el “contrato de integración” y la prohibición de la reunificación familiar a menos que se compruebe que tiene réditos económicos y los migrantes hablan el idioma local. Adieu a Francia y Europa de derechos del hombre, bonjour a la Europa xenófoba que quiere “limpiarse” de los ocho millones de “ilegales”; en realidad humanos bien legales pero “indocumentados”.

El cambio no sucedió de un día a otro. Es que la “crisis” económica tiene una salida fácil en los populismos de derecha que acusan de todos los males a los inmigrantes para ganar votos. Lo que se consideró un tumor hace años con la elección de neonazis en Austria o de 20 por ciento de franceses con el neonazi Le Pen o los italianos con el fascista Berlusconi parece haberse convertido en un cáncer. Ahora la centroderecha tomó esa bandera xenófoba para ganar votos y la izquierda no desentona. El problema es que ahora los xenófobos son la mayoría de los 500 millones de europeos y materializan el apartheid mundial: los occidentales en la parte linda del Norte y el resto que no sea rico o capacitado, fuera.

Esto a pesar que estudios oficiales de la UE reconocen que necesitan 100 millones de inmigrantes para sostener su sistema social, a pesar de que está demostrado que los migrantes aportan casi el triple de lo que reciben del sistema social, a pesar de que son el motor de la economía en infraestructura o servicios. A pesar de que tienen tantos derechos como los europeos que migraron durante siglos a todo el mundo, para trabajar o para asaltarlo (y no es metáfora).

Recién regreso de las Españas, tras una beca. La España en la que pasé la mayor parte del tiempo es una abierta a los inmigrantes, multicultural, cosmopolita, vibrante, que invita a quedarse. Otra España es racista con los extranjeros, los persigue y explota, que regresa cientos de latinoamericanos de los aeropuertos si no tienen 57 euros para gastar diarios (¡menos de lo que un turista europeo gasta acá!), que lo hace sentir a uno como intruso.

Está bien la declaración continental de protesta que lideramos en la Organización de Estados Americanos (OEA). Ahora nos queda apoyarnos entre nosotros, latinoamericanos, para defender a nuestros connacionales en EEUU y en la UE. A los centroamericanos en México y andinos en Argentina. Podemos empezar por dar el ejemplo y tratar bien a los centroamericanos y ecuatorianos que pasan por Guatemala.

P.S. Un amable lector me recordó la semana pasada que Berger no protegió a su delfín, Eduardo González, cuando lo de Bancafé; tiene razón, lo corrijo.

martinpellecer@gmail.com

miércoles, 25 de junio de 2008

36.¿El peor escenario?

MUCHOS CIUDADANOS COMPARTIMOS ESE SENTIMIENTO de confirmación del pesimismo al ver a nuestros políticos –y, ojo, a nuestros empresarios- envueltos en otro escándalo de corrupción. La trama del jineteo con los Q82 millones del Congreso parece tener capítulo nuevo cada día, y a más información, menos certezas o más contradicciones. Pareciera que no se ha abierto el último telón.

A ver. El Partido Patriota (PP) y una parte de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) lograron obligar a Meyer a destapar el escándalo por buscar ganancias privadas con ahorros públicos (jineteo), algo tan naturalizado como inmoral. Ante la evidencia de la complicidad entre Meyer y su secretario privado Byron Sánchez, el presidente Colom prefirió sacrificar el apoyo a su amigo Guayo –cosa que no hicieron muchas veces Berger y Portillo. Lo que da caravuelta a todo es la aparición de Pérez Molina. Ahora ya nadie se recuerda que por única vez, o una de las poquísimas, un presidente del Congreso de la República se ve obligado a renunciar temporalmente o un expresidente legislativo (Rubén Darío) fue descubierto en jineteo justo ahora –¿para hacer olvidar lo de Meyer?-.

Para nadie es secreto que el presidente Colom fue el que dio la orden al superintendente Barquín de que publicara lo de Pérez Molina y lo denunciara a la Fiscalía un domingo a mediodía, supuestamente a pesar de la petición de cordura de Pérez Molina. ¿Por qué? ¿Venganza porque los del PP fueron los que presionaron más para defenestrar a Meyer, el amigo de Colom? ¿Sólo para debilitar políticamente a Pérez? ¿Por ética y al costo de dinamitar el camino para la reforma fiscal y de romper con su aliado más disciplinado en el Congreso?

¿Y por qué el PP hurgó para que renunciara Meyer en un caso que se les podía voltear? ¿Por qué Pérez Molina, con tantos financistas de todo tipo, necesitaba pedir dinero a MDF o a Raúl Girón, de una empresa que se capitalizó con lo que el Congreso les dio? ¿Por qué Pérez Molina dijo el domingo que el dinero se lo había prestado MDF y luego, al ser desmentido, dijo que había sido Girón? ¿Por qué el dinero sale de la cuenta en la que MDF tenía el dinero del Congreso? ¿Por qué Girón ahora dice que conoce y dizque asesora a políticos? ¿Por qué el abogado de MDF es amigo del subjefe de bancada del PP, Óscar Córdova? ¿Por qué lo primero que hace Pérez Molina es tratar de probar su inocencia ante la élite empresarial? Esto habla muy mal de su independencia y dice mucho de su preocupación.

¿Y por qué el PP y la UNE se acusan y se fiscalizan en un caso en el que ambos salen enlodados? Los dos quedan igual de mal –¿alguien se beneficia de esta pelea?-. ¿Será que son demasiado chambones o será no calcularon las consecuencias? Harold Caballeros reclama echar a los políticos (¿para que entre él?). Qué fácil. ¿Entonces también deberíamos echar a los empresarios que corrompen a los políticos? En vez de echarlos, que le hagan ganas y que limpien el chiquero que armaron.

Claro, ahora tendrán que echarse el Congreso al hombro Jorge Méndez y lo que queda de la Gana, Alfredo Villa teledirigiendo a su bancada Guatemala, Crespo y Zury Ríos con el eferregismo, los conservadores unionistas, Nineth y su minibancada, y el empuje del Gobierno. Todo esto sin que se malmaten Taracena y Baldetti o que todos cedan ante la élite empresarial, ante sus financistas legales o ilegales, o la corrupción. Bueno, tendrán que demostrar con leyes y probidad por qué éste no es uno de los peores escenarios imaginables hace seis meses.

martinpellecer@gmail.com