lunes, 7 de septiembre de 2009

98. Sobre el hambre en Guatemala

98. Wachik’aj

En este país todos tenemos responsabilidad por esa vergüenza.

Hambre

Este año nos volvimos a sacudir, como en tiempos del FRG-portillismo, con la cachetada del hambre en el Oriente del país. De poco sirvieron las críticas que encontraron entonces la responsabilidad total del gobierno de entonces, y de poco sirvieron también los esfuerzos durante la administración anterior de Berger; el problema es estructural, aunque la responsabilidad primera por no revertirlo recaiga sobre el gobierno de Colom.

Vamos a la primera responsabilidad. El gobierno “de los pobres” ha sido nefasto para administrar el Ministerio de Agricultura. Ha colocado a ministros corruptos (Robles) o chambones que no pueden ejecutar, ha desaprovechado cualquier ofrecimiento de colaboración con empresarios dinámicos, se le ha ido todo en corrupción y mediocridad. Sí, el Presidente tiene razón en que hay radicales a los que les encanta echar pan para su matate, pero es como si Obama se pusiera a poner excusas de que nunca ha habido una reforma en la Salud de su país para cruzarse de brazos. La mayoría lo puso en el asiento presidencial no para que diga que los problemas siempre han estado allí sino para que asuma responsabilidades y haga cambios.

Olivier de Shutter, relator de Naciones Unidas para el derecho a la Alimentación, dijo tras observar la situación del país que está alarmado, que los programas asistenciales de esta administración están bien, pero que no son sostenibles. Eso parecemos tenerlos todo claro, menos en el Gobierno de la UNE.

Ahora vamos a otras responsabilidades. De Shutter instó al país a elevar su carga tributaria (10 por ciento). The Economist, el semanario más prestigioso del mundo, tituló un artículo sobre Guatemala y el hambre “Vergüenza Nacional” porque el país no es pobre sino desigual. A pesar de esto volteamos la primera mirada a la cooperación internacional para que nos ayude dándonos comida para los extremadamente pobres.

¿Por qué no volteamos esa mirada hacia nosotros mismos? Dar víveres está muy bien; es muy solidario y nos ayuda en nuestras conciencias. ¿Pero por qué no mejor decidimos pagar los impuestos que nos corresponden –no ya aumentar la carga tontamente imposibilitada por la fracasada reforma fiscal del gobierno de Álvaro Colom-?

¿Por qué no dejamos de evadir IVA, de pedirle al contador que diga que ganamos menos para pagar menos impuestos, de hacer acuerdos con el vendedor por medio de abogados para evitar pagar impuestos… tantas marufias para pasarle la bola de la responsabilidad a otro –el Gobierno- pero dejarlo descalzo para que no pueda patearla bien?

Sí, que el Estado no funciona y es mediocre y corrupto. ¿Por qué no damos entonces a nuestros mejores hijos y profesionales para que sean parte de un servicio civil decente, bien remunerado y motivado?

¿Por qué no asumimos cada uno nuestra responsabilidad y empezamos a hacer algo?

PS. Las Comisiones de Postulación tienen, como nunca antes, los ojos puestos encima. Los ojos de sus financistas –con dinero del crimen organizado o de grandes empresarios- y ahora la fiscalización de la sociedad civil, interesada en cortes más limpias. No pueden dejar pasar por alto las denuncias y el veto a 10 abogados corruptos que hizo el Movimiento pro Justicia.

martinpellecer@gmail.com

1 comentario:

maruluarca dijo...

Lo que dices es verdad. Al tributar correctamente, no sería necesario aumentar impuestos y el Estado tendría zapatos para patear. Pero es un círculo vicioso: si los políticos siguen aspirando a sus puestos nada más que para salir de pobres, ¿quien quiere tributar sólo para enriquecerlos? Hay que romper el círculo y obviamente alguien tendrá que ceder primero, pero sin garantías de uno u otro bando, ¿quién es el primero en dar un paso al frente? Cada vez escucho a más personas de clase media, pequeños y medianos empresarios (no sólo los evasores de siempre) escépticos ante gobiernos que no hacen más que robar y que ya ni se esfuerzan en maquillar sus períodos con mínimos retornos a la población. Es preocupante, pero por muy feo que suene, hasta lo comprendo.
Saludos para ti.