martes, 22 de enero de 2008

Kosmou polites

http://www.prensalibre.com/pl/2008/enero/22/214739.html

Hace unos mil 500 años, Diógenes, un griego expulsado de su ciudad natal, fue el primero en proclamarse “ciudadano del mundo”, kosmou polites en su idioma, cosmopolita en la actualidad.

Kwame Anthony Appiah es un filósofo británico-ghanés y escribió hace un par de semanas el rescate al sueño de Diógenes. “Su ideal era ser ciudadano del mundo y era un sueño en su época; hoy no sólo es posible, sino necesario. No se trata de crear un único gobierno mundial, sino de vivir juntos como una tribu global”.

A pesar de ser parte de un istmo que une continentes, en Guatemala pareciéramos vivir en una isla, en Centroamérica en cinco islas, en América Latina en 19 islas casi incomunicadas. Se nos olvida que somos parte del mundo, que tenemos que respondernos, responder al mundo y a la humanidad. Y la primera piedra para construir los puentes que nos unan al mundo es intentar comprenderlo, y para intentar comprenderlo es necesario leerlo y conversarlo. Afuera quizás encontraremos que es posible llegar al desarrollo, a la democracia plena y a una vida más feliz.

Podríamos empezar con el fenómeno de Barack Hussein Obama, una de las dos personas con más posibilidades de llegar a la Presidencia de Estados Unidos el año próximo. Negro, hijo de un keniano musulmán y una blanca de Kansas, nacido en Hawái, vivió un tiempo en Indonesia, graduado de Harvard, el único senador negro en la actualidad, brillante, con una mujer que le pide comprar insecticida antes de volver a casa porque ella tiene que trabajar, de 46 años; pareciera suficiente para ser considerado exótico. Obama es un poco más que eso.

Hay una frase que resume su visión del mundo. “Deberíamos unir a EE. UU. y al mundo contra los desafíos comunes del siglo XXI: terrorismo y armas nucleares, el calentamiento global y la pobreza, el genocidio y la enfermedad”. Establecer el genocidio y la enfermedad como prioridades ya ha dado vuelta a la juventud y la sociedad estadounidenses, y puede dársela al mundo. Es un John F. Kennedy de nuestros tiempos y, a pesar de haber perdido las primarias en Nevada, obtuvo más representantes para la convención demócrata que los Clinton, y sus posibilidades de ganar están intactas; tiene carisma, las ganas y el mismo dinero que Hillary.

Ese es el lado esperanzador, que puede haber un cambio de timón en la Casa Blanca después de un… deleznable Bush que consiguió mandar al medioevo a un país (Irak), cuadruplicar los precios del petróleo con su guerra para buscar crudo gratis para las compañías de sus amigos, y una economía a punto de una recesión con efectos grandísimos en Guatemala y el resto del planeta.

La parte desesperanzadora queda en Israel y Palestina. No puedo entender a los israelíes. Fueron masacrados en masa hace 70 años y se dicen democráticos y civilizados, pero ahora no dejan pasar ni electricidad, ni medicinas ni alimentos a toda Gaza, con las muertes para civiles inocentes que eso implica. Y son civiles la mayoría del millón y medio de palestinos que malviven hacinados en el espacio más densamente poblado del planeta. Y todo por no reconocer la victoria electoral de los extremistas de Hamás, que había pedido una tregua de lanzar cohetes a cambio de que Israel deje de invadir. Hablan de querer la paz, pero siguen invadiendo Palestina con asentamientos ilegales. Y desestabilizan toda la región. Son inmorales, al igual los terroristas suicidas, pero la diferencia es que Israel es el que tiene el poder. No les importa el mundo ni lo que pensemos de sus atrocidades. Deberíamos congelar relaciones diplomáticas y unirnos al boicot de sus productos, para ver si así se comprometen con la paz y dejan de creer que más guerra acabará con el odio —que logran que sea justificable con sus acciones— que les tienen muchos palestinos.

Ya todos olvidamos que Afganistán y su gobierno militar están al borde del abismo contra los talibanes de Al Qaeda, que fueron invitados por el presidente afgano a formar parte del gobierno.

Más cerca de nosotros, finalmente Chávez logró convencer a la guerrilla colombiana de liberar a dos rehenes, de los 45 cautivos. Después de “tan noble gesto humanitario” (deberían recibir el premio Nobel de la Paz), pidió que los consideren grupo político. Bueno, cuando liberen a todos los secuestrados y Bogotá lo acepte, entonces sí.

Y Guatemala no está en la Luna. Podemos aportar a los procesos de paz en África, o a la mediación en Colombia, o a la presión a Israel para proteger a los palestinos y, sobre todo, podemos comprendernos mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rodeados de basura viven los que sufren el síndrome de Diógenes. Supongo que alrededor de la Franja se padece mucho esta enfermedad política.
Madrileña

Anónimo dijo...

En realidad me preocupa mucho el mundo en el que vivimos. Hay muchas injusticias y las principales son cometidas por estados unidos....si no recordemos lo sucedido en guatemala con lo de la UFC. Guatemala es lo mejor!!