Colombia y México quieren hacer una troika para coordinar el combate al narcotráfico en la región y escogen a República Dominicana; Brasil quiere expandir su Unión de Naciones del Sur y prefiere a las Guyanas; EEUU hace una iniciativa de biocombustibles y prefiere a El Salvador.
Pareciéramos como las adolescentes que no se arreglan o no se sienten guapas y no las sacan a bailar en la fiesta; o a los adolescentes a quienes les dicen que no por el mismo motivo; o a los niños o niñas a los que escogen de último en los equipos de fut para la chamusca porque no se muestran seguros de sí mismos.
Así como las personas sufren depresión y falta de autoestima, las naciones también. Sí, van a venir a decir los neoliberales que sólo existen los individuos y no los grupos, pero la nación es una construcción que hacemos todos cuando nos sentimos parte de ella. Es una construcción política que hacen los Estados (o intentan sin lograrlo) para cohesionar a su población y legitimar su existencia.
Uno de los lamentos más comunes en Guatemala es “es que si tan sólo tuviéramos la identidad y el orgullo por nuestro país como los mexicanos o los salvadoreños…”. Y no es que ellos la tengan –como los franceses, estadounidenses, brasileños, chinos, colombianos y la mitad del mundo- porque es algo “cultural” o genético. Las naciones –aunque usan elementos culturales e históricos reales o inventados- son construcciones (no es algo natural en ningún país) y el Estado de Guatemala ha fallado en esta construcción, que excluía a la mitad de los ahora ciudadanos (los indígenas), como fallaron en Bolivia, Ecuador, Bélgica, España o Canadá para el mismo propósito.
Una parte clave para construir la nación es la historia y los héroes, que hacen sentir a los ciudadanos que son depositarios de una tradición. A diferencia de las naciones que sí lograron construir ese sentimiento, cuando un guatemalteco piensa en héroes nacionales, a duras penas se tiene una imagen (muy lejana y ajena) de Tecún Umán, Pedro de Alvarado, Atanasio Tzul, Justo Rufino Barrios y, algunos, a Arévalo y Árbenz.
No es que nos inventemos héroes en la historia, pero es necesario leer la historia. Saber que tuvimos próceres que eran una vanguardia latinoamericana y mundial como José Cecilio del Valle, o brillantes como los unionistas de los años 20, o jóvenes en los setenta con propuestas innovadoras, o quienes lograron firmar la paz y terminar la guerra. No siempre hemos estado “mal” o hemos sido patito feo en América Latina.
Hablaba con uno de los más agudos politólogos del país y coincidíamos con una de la razones por las que Colombia y México han podido soportar la guerra contra su Estado por parte del narcotráfico es un fuerte sentimiento de nación, que legitima la lucha estatal.
No es algo anacrónico construir naciones ahora. La mayor parte de países de Europa del Este lo hacen; Ecuador y Bolivia lo están haciendo. Y no es baladí. Guatemala podría empezar a hacerlo con una nación intercultural que nos una. Podría servir para combatir el racismo, cohesionarnos entre diferentes y que nuestros hijos y nietos puedan tenderse más la mano entre guatemaltecos, tengan más autoestima nacional y sean más felices y optimistas que nosotros.
PS. Quiero hacer un reconocimiento a los Bomberos Voluntarios desde acá. Hace un mes, en Antigua, mostraron su profesionalismo al atender a un turista que tenía problemas de presión alta sin discriminarlo por no ser nacional. Estuvieron impecables. Gracias por hacerlo sentir a uno orgulloso como guatemalteco.
martinpellecer@gmail.com
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1 comentario:
Que tal Martin. Como siempre esperando el martes para leerte y enriquecer mis conocimientos.
En Guatemala hace falta construir una ciudadania en donde realmente se amen unos con los otros o por lo menos que fueramos un poquito mas unidos y echarle la mano a otro que lo necesite. Pero que hacen muchos cuando alguien va para arriba? Tratan de bajarlo a como de lugar...
Otro caso, si una chica sale con un chico, ya dicen hasta lo que no es con solo el echo de haber salido con alguien, eso no deberia de ser asi pero asi es... querernos como hermanos seria formidable, cierto que en Mexico la gente se quiere entre ellos mismos, se ayudan, van superando.
En Estados Unidos lo que distingue a los Americanos es esa "fuerza de hermandad" que hay entre cada uno de ellos, si dejas algo afuera de tu casa no te lo roban, alli puede pasar una semana y permanece intacto, si te caes te levantan, te dan una mano, es un pais en donde todos se ayudan, existe solidaridad.
Por cierto en los USA hay un programa exclusivamente de El Salvador, en donde se dan a conocer los lugares turísticos, costumbres y todo lo bello de ese pais, el programa se llama "Orgullosamente Salvadoreño" y es transmitido todos los fines de semana por un canal local, esto es muy gratificante para ese pais, lastima que Guate no lo haga!! Es buena idea.
Psdt. Quiero aclarar que hay personas muy honestas, serviciales y amigables en Guatemala, pero lastimosamente lo que se ve de un pais no es lo bueno sino lo malo...
Muy atentamente,
Rosa Figueroa
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