Política: decidir
La política, sucia, odiada, asaltada… es indispensable. Y es un arte, el arte de tomar decisiones. En nuestro enredo de país –como ha sucedido en el enredo de mundo desarrollado- muchas soluciones pasan por la política, por decisiones políticas.
La paternidad irresponsable no va a terminar nunca, pero por una decisión de los diputados –la ley sobre ADN-, ahora cada mujer puede reclamar que sus hijos tengan legalmente un padre. Una decisión que construye una defensa de las guatemaltecas con una ley de vanguardia latinoamericana.
Los niveles de muertes violentas por armas de fuego no van a bajar de la noche a la mañana, pero (como se hizo en Bogotá o Medellín) los diputados pueden decidir no escuchar a los que hacen negocio con las balas, que alegan a llantos “su derecho a defenderse de los maleantes” (aunque las veces que se dispara por enojo o accidente supera en 42 veces las que se dispara en legítima defensa), y decidir aprobar una ley para restringir la circulación de balas y armas en el país. Así sí baja la violencia.
La mitad (no todos) de los azucareros que no pagan los salarios justos y las prestaciones a sus trabajadores podrían decidir hacerlo y además, no contaminar al medio ambiente. El país podría promocionar entonces azúcar justa, a mejor precio, más atractiva para consumidores europeos y estadounidenses que no sólo quieren pagar por calidad, sino también por productos que no tienen sabor a daño ambiental ni a explotación. Pueden preguntarle a Macintosh o a Starbucks o a empresas del todo el mundo que se someten al equivalente de ISO, pero medioambiental y laboral. Y si no lo deciden así, el Estado podría decidir cumplir la ley y obligarlos.
La Arzúalcaldía capitalina podría decidir dejar de gastar millones en pintar la ciudad de verde perico (el de Arzú en campaña) e invertir ese dinero en comprar parques o bibliotecas. No sé qué reacción tendrían los unionistas dentro de cuatro años si, por ejemplo, el Patriota gana las elecciones municipales y decide pintar banquetas, buses, chalecos de limpiabasuras, andamios, todos los rótulos de la municipalidad, pasarelas y hasta semáforos de color anaranjado. Es un insulto a los ciudadanos de esta “metrópoli”.
Radios de vanguardia musical o algunos programas en televisión podrían tomar decisiones para modernizar el debate político nacional y evitar que los programas “de opinión y debate” sean sólo de paleo-liberales y ultra conservadores.
O si queremos liderar a Centroamérica podemos decidir financiar más de sus instituciones, como la Corte Centroamericana de Justicia, y dejarnos de una vez por todas de ese discurso de quiero pero no hago, quiero sacar 100 de nota pero no quiero estudiar.
El Gobierno podría decidir colocar a técnicos como Slowing en Segeplan y dejar de comprar diputados con obras clientelares, aunque sea para causas que beneficien al país, como Petrocaribe, empresa petrolera estatal-privada o una reforma fiscal. El fin no justifica los medios. Y así, podríamos aprovecharnos del interés chino por invertir en refinerías latinoamericanas (ya lo hará en Ecuador y Venezuela) y abrir relaciones diplomáticas a cambio de esto y de que se incluya el acceso preferencial de los productos de empresarios y cooperativas guatemaltecas en ese mercado.
En fin, decisiones que pueden enderezar esta nave en la que estamos metidos todos.
martinpellecer@gmail.com
martes, 29 de julio de 2008
martes, 22 de julio de 2008
40. El once de Colom (2) (su gabinete)
En enero, comparé el equipo del presiden-te Colom con el futbol, para predecir su juego. El desempeño ha sido disparejo y mediocre —no catastrófico—, aunque, como escribí, en Guatemala un empate sabe a derrota.
El escenario no era fácil. Crisis petrolera y de alimentos, ningún margen de tiempo empresarial y de opiniones, ataques sistemáticos a la gobernabilidad y Estado mínimo en país ingobernable. Pero no es excusa.
La delantera va. El canciller Rodas dio un rumbo latinoamericanista a la política exterior, y respetó las carreras diplomáticas, aunque la asistencia a los inmigrantes sigue siendo pobrísima, faltan resultados concretos en Centroamérica, no hizo nada con Belice, y Brasil prefirió incluir a las Guyanas que a nosotros en la Unasur.
Juan Alberto Fuentes —Finanzas— propone una reforma fiscal sensata. Ahora, deberá mostrar colmillo político en el Congreso, y podría intentar aumentar su influencia en el Gobierno con alguien técnico y afín, para tomar el relevo en la politizada e ineficiente Segeplan.
La media cancha está “más o menos”. La apuesta por De Colom fue el primer flanco de desgaste, y lo seguirá siendo. Lo peor que podría hacer es mencionarla como “delfín”, y continuar marginando al vicepresidente Espada que, por su inexperiencia política, no encuentra espacio, ni siquiera haciendo cambios en Salud, que es un cero a la izquierda. De Colom debe mostrar con resultados por qué la escogió el presidente, y no solo dar declaraciones a la defensiva. ¿Habrá unos cinco operadores políticos?
El más activo en el Gabinete es Meany —Energía—, quien ha hecho cosas interesantes, como Petrocaribe o proponer hidroeléctricas, pero otras erradas, como repartir fondos petroleros en municipios de Petén o proponer energía con carbón —contaminante—. Sorpresa positiva.
En Educación, la administración Ana de Molina-sindicatos no me hace recordar nada positivo. Esperaba más colmillo político en ella, para evitar ser cooptada por cangrejo-Joviel.
La defensa es un flan. Los laterales, que deberían oxigenar al Gobierno, no existen. La “inversión social” del Gobierno es clientelismo puro e ineficiencia, y apesta a corrupción —Agricultura, Secretaría Ejecutiva, Comunicaciones—. Economía no tuvo ministro como cien días. Vergüenza. Y cambio de decisiones sin consecuencias. 700 mil pobres más. Abona a la percepción de que el Gobierno no tiene rumbo.
La UNE en el Congreso no deja de meter goles en contra, y Colom repite la fórmula del gobierno anterior: obras clientelares a cambio de votos. Qué decepción. Lo rescatable, la Ley contra el Femicidio, y pueden lograr la de transparencia.
La portería —la seguridad— va mal, pero Jiménez —Gobernación— está trabajando. La influencia de Quintanilla ha sido nefasta para el Gobierno, su imagen internacional y el Estado. Lo “socialdemócrata” no se ha notado en la dizque “reforma profunda” sobre el papel del Ejército que prometió, —¿o será darle tareas geniales como repartir comida(!!!)?—. Los resultados no se perciben en seguridad —aunque al menos incautan droga— y su performance en San Juan recuerda tiempos dictatoriales de derecha.
Bien por el trabajo de Ferraté —Ambiente—; nulo el de Cultura. El director técnico —Colom— no puede desesperarse y criticar como lo hizo con EFE. Aunque tuviera razón en algo de lo que dijo, con esas maneras solo perjudicará a su gobierno y al país. Le quedan tres años. Partes de su Gobierno tienen rumbo; otras no. Igual, aún es demasiado temprano para enojarse.
P.S. Libertarios, les recomiendo el artículo se Stiglitz del domingo, en elPeriódico.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20080720/domingo/62089
www.martinguatemala.blogspot.com
El escenario no era fácil. Crisis petrolera y de alimentos, ningún margen de tiempo empresarial y de opiniones, ataques sistemáticos a la gobernabilidad y Estado mínimo en país ingobernable. Pero no es excusa.
La delantera va. El canciller Rodas dio un rumbo latinoamericanista a la política exterior, y respetó las carreras diplomáticas, aunque la asistencia a los inmigrantes sigue siendo pobrísima, faltan resultados concretos en Centroamérica, no hizo nada con Belice, y Brasil prefirió incluir a las Guyanas que a nosotros en la Unasur.
Juan Alberto Fuentes —Finanzas— propone una reforma fiscal sensata. Ahora, deberá mostrar colmillo político en el Congreso, y podría intentar aumentar su influencia en el Gobierno con alguien técnico y afín, para tomar el relevo en la politizada e ineficiente Segeplan.
La media cancha está “más o menos”. La apuesta por De Colom fue el primer flanco de desgaste, y lo seguirá siendo. Lo peor que podría hacer es mencionarla como “delfín”, y continuar marginando al vicepresidente Espada que, por su inexperiencia política, no encuentra espacio, ni siquiera haciendo cambios en Salud, que es un cero a la izquierda. De Colom debe mostrar con resultados por qué la escogió el presidente, y no solo dar declaraciones a la defensiva. ¿Habrá unos cinco operadores políticos?
El más activo en el Gabinete es Meany —Energía—, quien ha hecho cosas interesantes, como Petrocaribe o proponer hidroeléctricas, pero otras erradas, como repartir fondos petroleros en municipios de Petén o proponer energía con carbón —contaminante—. Sorpresa positiva.
En Educación, la administración Ana de Molina-sindicatos no me hace recordar nada positivo. Esperaba más colmillo político en ella, para evitar ser cooptada por cangrejo-Joviel.
La defensa es un flan. Los laterales, que deberían oxigenar al Gobierno, no existen. La “inversión social” del Gobierno es clientelismo puro e ineficiencia, y apesta a corrupción —Agricultura, Secretaría Ejecutiva, Comunicaciones—. Economía no tuvo ministro como cien días. Vergüenza. Y cambio de decisiones sin consecuencias. 700 mil pobres más. Abona a la percepción de que el Gobierno no tiene rumbo.
La UNE en el Congreso no deja de meter goles en contra, y Colom repite la fórmula del gobierno anterior: obras clientelares a cambio de votos. Qué decepción. Lo rescatable, la Ley contra el Femicidio, y pueden lograr la de transparencia.
La portería —la seguridad— va mal, pero Jiménez —Gobernación— está trabajando. La influencia de Quintanilla ha sido nefasta para el Gobierno, su imagen internacional y el Estado. Lo “socialdemócrata” no se ha notado en la dizque “reforma profunda” sobre el papel del Ejército que prometió, —¿o será darle tareas geniales como repartir comida(!!!)?—. Los resultados no se perciben en seguridad —aunque al menos incautan droga— y su performance en San Juan recuerda tiempos dictatoriales de derecha.
Bien por el trabajo de Ferraté —Ambiente—; nulo el de Cultura. El director técnico —Colom— no puede desesperarse y criticar como lo hizo con EFE. Aunque tuviera razón en algo de lo que dijo, con esas maneras solo perjudicará a su gobierno y al país. Le quedan tres años. Partes de su Gobierno tienen rumbo; otras no. Igual, aún es demasiado temprano para enojarse.
P.S. Libertarios, les recomiendo el artículo se Stiglitz del domingo, en elPeriódico.
http://www.elperiodico.com.gt/es/20080720/domingo/62089
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martes, 15 de julio de 2008
39. Petrocaribe
“A pesar de lo desconfiados que puedan ser los gobiernos sobre las políticas de Chávez, la iniciativa de Petrocaribe es un negocio demasiado bueno para dejarlo pasar”. La frase es de un artículo de anteayer del periódico inglés Financial Times, el más prestigioso en análisis económico mundial, sobre el acuerdo petrolero que el Congreso debatirá en agosto.
Nuestro batallón neoliberal ya tachó la iniciativa de apocalíptica y los diputados tienen las opciones de sacar provecho mediático o que el Gobierno de Colom los intente comprar con sobornos disfrazados de obras estilo Pacur o bien la opción decente de un debate fundamentado.
Guatemala gastó cinco por ciento de su producción nacional en pagar el petróleo que consumió, en 2007. El barril costaba US$80. Ahora cuesta casi el doble, en un precio especulativo, que llena las bolsas de magnates rusos que compran equipos de fútbol inglés o reyes árabes que compran mansiones en la costa española.
La opción conservadora es quedarnos a la mano de dios o del mercado. Que la clase media se convierta en media baja, la clase media baja en pobre (van 700 mil pobres más); los pobres en pobres extremos –y busquen migrar a EEUU vía México y los traten como animales-; y que los pobres extremos (¡uno de cada cinco guatemaltecos!) se muera de hambre.
Petrocaribe no nos va a sacar de pobres, pero sí puede ser una herramienta para enfrentar la crisis. En vez de dedicar Q400 millones al mes para llenar los bolsillos de los petroleros, como ciudadano prefiero que el país use la mayor parte de esos recursos para hacer transferencias a mujeres pobres a cambio de que manden a sus hijos a la escuela y de paso puedan reactivar la economía de sus comunidades; o para fomentar la producción de alimentos o para invertir como país en una alianza público-privada en fuentes de energía (hidroeléctricas, solares o de viento y no esa farsa del carbón).
Sí, es una deuda, a 25 años, a 1 por ciento de interés anual. Los bancos internacionales nos lo dan a 5 por ciento de interés y con condiciones políticas expresas. El Estado de Guatemala tiene que ayudar a los más pobres que no pueden competir en el mercado, y si la ciudadanía se resiste a pagar impuestos, pues a endeudarnos. La deuda nacional equivale al 22 por ciento de la producción de cada año, es de las más bajas y responsables en América Latina (que no nos asusten con el petate del muerto).
Qué Chávez es un populista payaso, sí. Que se van a enojar los gringos, no. Antes de ir a tocar la puerta venezolana Guatemala intentó ser parte de la iniciativa de EEUU y Brasil sobre biocombustibles y EEUU prefirió a El Salvador para el proyecto piloto, a pesar de que Guatemala es el quinto productor mundial de azúcar. México nos mintió ofreciendo una refinería. Creo que ya estamos grandecitos como país para buscar acuerdos con rojos o azules sin pelearnos con el otro o que nos digan qué hacer.
Que el dinero se puede prestar a corrupción, sí. Que para fiscalizar ese dinero están los diputados, estamos los periodistas y los ciudadanos, también. Y el Congreso decide el destino de ese dinero. El programa de remesas a madres para la escuela (unionista, patriota, uneísta) debe ser el estandarte de la inversión estatal, no gubernamental. Sería un craso error del presidente Colom continuar con clientelismo puro dando recursos de Petrocaribe a la corruptela de las municipalidades.
Petrocaribe puede ser la puerta para hacer una empresa mixta entre el Estado y la iniciativa privada que en el futuro sirva para asegurarnos las fuentes de energía (refinerías, páneles solares, viento, agua) para crecer económicamente. No desaprovechemos esta oportunidad con debates de circo.
martinpellecer@gmail.com
Nuestro batallón neoliberal ya tachó la iniciativa de apocalíptica y los diputados tienen las opciones de sacar provecho mediático o que el Gobierno de Colom los intente comprar con sobornos disfrazados de obras estilo Pacur o bien la opción decente de un debate fundamentado.
Guatemala gastó cinco por ciento de su producción nacional en pagar el petróleo que consumió, en 2007. El barril costaba US$80. Ahora cuesta casi el doble, en un precio especulativo, que llena las bolsas de magnates rusos que compran equipos de fútbol inglés o reyes árabes que compran mansiones en la costa española.
La opción conservadora es quedarnos a la mano de dios o del mercado. Que la clase media se convierta en media baja, la clase media baja en pobre (van 700 mil pobres más); los pobres en pobres extremos –y busquen migrar a EEUU vía México y los traten como animales-; y que los pobres extremos (¡uno de cada cinco guatemaltecos!) se muera de hambre.
Petrocaribe no nos va a sacar de pobres, pero sí puede ser una herramienta para enfrentar la crisis. En vez de dedicar Q400 millones al mes para llenar los bolsillos de los petroleros, como ciudadano prefiero que el país use la mayor parte de esos recursos para hacer transferencias a mujeres pobres a cambio de que manden a sus hijos a la escuela y de paso puedan reactivar la economía de sus comunidades; o para fomentar la producción de alimentos o para invertir como país en una alianza público-privada en fuentes de energía (hidroeléctricas, solares o de viento y no esa farsa del carbón).
Sí, es una deuda, a 25 años, a 1 por ciento de interés anual. Los bancos internacionales nos lo dan a 5 por ciento de interés y con condiciones políticas expresas. El Estado de Guatemala tiene que ayudar a los más pobres que no pueden competir en el mercado, y si la ciudadanía se resiste a pagar impuestos, pues a endeudarnos. La deuda nacional equivale al 22 por ciento de la producción de cada año, es de las más bajas y responsables en América Latina (que no nos asusten con el petate del muerto).
Qué Chávez es un populista payaso, sí. Que se van a enojar los gringos, no. Antes de ir a tocar la puerta venezolana Guatemala intentó ser parte de la iniciativa de EEUU y Brasil sobre biocombustibles y EEUU prefirió a El Salvador para el proyecto piloto, a pesar de que Guatemala es el quinto productor mundial de azúcar. México nos mintió ofreciendo una refinería. Creo que ya estamos grandecitos como país para buscar acuerdos con rojos o azules sin pelearnos con el otro o que nos digan qué hacer.
Que el dinero se puede prestar a corrupción, sí. Que para fiscalizar ese dinero están los diputados, estamos los periodistas y los ciudadanos, también. Y el Congreso decide el destino de ese dinero. El programa de remesas a madres para la escuela (unionista, patriota, uneísta) debe ser el estandarte de la inversión estatal, no gubernamental. Sería un craso error del presidente Colom continuar con clientelismo puro dando recursos de Petrocaribe a la corruptela de las municipalidades.
Petrocaribe puede ser la puerta para hacer una empresa mixta entre el Estado y la iniciativa privada que en el futuro sirva para asegurarnos las fuentes de energía (refinerías, páneles solares, viento, agua) para crecer económicamente. No desaprovechemos esta oportunidad con debates de circo.
martinpellecer@gmail.com
domingo, 13 de julio de 2008
38. País enredado y desenredable
“Ningún hombre puede cruzar dos veces el mismo río. El río no es el mismo ni el hombre tampoco”. Volver después de diez meses de ausencia es en sí otro viaje y la frase de Heráclito es exacta para describir mi regreso al país. Lo encuentro enredado y desenredable.
Enredado por la profunda crisis económica que provocaron los precios del petróleo y la comida, la falta de coherencia del Gobierno, por el lodazal en el que metieron muchos diputados a todo el Congreso, la intransigencia de parte de la élite empresarial, la profunda crisis económica, la falta de liderazgo y de ideas, el pesimismo que tenemos naturalizado, la falta de solidaridad real, la falta de una cultura de sinceridad.
Y no es que sea imposible de solucionar o de desenredar. Es como si un gato hubiera jugado con una pelota de lana durante muchas décadas y los esfuerzos por desenredarlo fueran menores, que sumado a nuestro pesimismo naturalizado, nos hacen creer que el partido lo perdimos ya 7-0. No. Vamos ciertamente como 5-2 abajo, pero si ya logramos dos goles podemos lograr más y podemos esforzarnos por cuidar que no nos metan más goles la adversidad y quienes disfrutan apaleando el país creyendo que lo salvan (ojo neoliberales, militares, algunos activistas de derechos humanos, algunos colegas periodistas o los ciudadanos indiferentes).
Creo que mi mayor aprendizaje en estos diez meses fuera ha sido dejar de considerar que haya cosas que sean naturales. No es natural la desigualdad, no es natural la falta de sinceridad, no es natural que el centro histórico sea hermoso y abandonado, no es natural que no nos importe el otro y seamos egoístas, no es natural que estemos condenados a un servicio de transporte público asqueroso ni es natural el clientelismo político o creer que todos los políticos son corruptos o que todos los empresarios son bienhechores. No es natural el racismo. En vez de naturalezas, son construcciones, son imaginarios que hacemos para organizar nuestra forma de relacionarnos con el resto del mundo. Los imaginarios son indispensables, válidos y útiles, pero también moldeables.
Tampoco es natural, pero sí es lo recomendable, ver en las crisis oportunidades. Así como sucede ahora en el Ministerio de Gobernación. El lamentable accidente del valioso ministro Vinicio Gómez sirvió para que el presidente Colom colocara a un joven ministro Jiménez que empieza con el pie derecho haciendo cambios necesarios para avanzar en la institucionalización del Ministerio. El escándalo del jineteo de Q82 millones en el Congreso está dando paso a la aprobación de la histórica ley de acceso a la información por parte de los diputados.
La crisis petrolera que provocaron los especuladores que apuestan en las bolsas de valores del “civilizado” primer mundo al menos nos ha llevado a pensar en alternativas energéticas en un debate aplazado y toma forma con propuestas interesantes como la de Petrocaribe (sobre la que escribiré el próximo martes). Como ven, el enredo se puede desenredar.
Ser optimista no es fácil y se necesita de rituales de reconciliación con mi ciudad y mi nación que dejen campo para soñar y disfrutar la vida. El sábado por la mañana fui a ver la bienal de arte Paiz y pasé por el segundo piso del Centro Cultural Metropolitano. Escuchar y ver a niños y adolescentes ensayar con trompetas, saxofones, violines y chelos de manera gratuita es una experiencia sublime. ¿Se imaginan cuánto disminuiría la violencia y crecerían los sueños si hubiera otros quince centros culturales, gratuitos, públicos, en la Ciudad de Guatemala y otros cientos en todo el país?
martinpellecer@gmail.com
Enredado por la profunda crisis económica que provocaron los precios del petróleo y la comida, la falta de coherencia del Gobierno, por el lodazal en el que metieron muchos diputados a todo el Congreso, la intransigencia de parte de la élite empresarial, la profunda crisis económica, la falta de liderazgo y de ideas, el pesimismo que tenemos naturalizado, la falta de solidaridad real, la falta de una cultura de sinceridad.
Y no es que sea imposible de solucionar o de desenredar. Es como si un gato hubiera jugado con una pelota de lana durante muchas décadas y los esfuerzos por desenredarlo fueran menores, que sumado a nuestro pesimismo naturalizado, nos hacen creer que el partido lo perdimos ya 7-0. No. Vamos ciertamente como 5-2 abajo, pero si ya logramos dos goles podemos lograr más y podemos esforzarnos por cuidar que no nos metan más goles la adversidad y quienes disfrutan apaleando el país creyendo que lo salvan (ojo neoliberales, militares, algunos activistas de derechos humanos, algunos colegas periodistas o los ciudadanos indiferentes).
Creo que mi mayor aprendizaje en estos diez meses fuera ha sido dejar de considerar que haya cosas que sean naturales. No es natural la desigualdad, no es natural la falta de sinceridad, no es natural que el centro histórico sea hermoso y abandonado, no es natural que no nos importe el otro y seamos egoístas, no es natural que estemos condenados a un servicio de transporte público asqueroso ni es natural el clientelismo político o creer que todos los políticos son corruptos o que todos los empresarios son bienhechores. No es natural el racismo. En vez de naturalezas, son construcciones, son imaginarios que hacemos para organizar nuestra forma de relacionarnos con el resto del mundo. Los imaginarios son indispensables, válidos y útiles, pero también moldeables.
Tampoco es natural, pero sí es lo recomendable, ver en las crisis oportunidades. Así como sucede ahora en el Ministerio de Gobernación. El lamentable accidente del valioso ministro Vinicio Gómez sirvió para que el presidente Colom colocara a un joven ministro Jiménez que empieza con el pie derecho haciendo cambios necesarios para avanzar en la institucionalización del Ministerio. El escándalo del jineteo de Q82 millones en el Congreso está dando paso a la aprobación de la histórica ley de acceso a la información por parte de los diputados.
La crisis petrolera que provocaron los especuladores que apuestan en las bolsas de valores del “civilizado” primer mundo al menos nos ha llevado a pensar en alternativas energéticas en un debate aplazado y toma forma con propuestas interesantes como la de Petrocaribe (sobre la que escribiré el próximo martes). Como ven, el enredo se puede desenredar.
Ser optimista no es fácil y se necesita de rituales de reconciliación con mi ciudad y mi nación que dejen campo para soñar y disfrutar la vida. El sábado por la mañana fui a ver la bienal de arte Paiz y pasé por el segundo piso del Centro Cultural Metropolitano. Escuchar y ver a niños y adolescentes ensayar con trompetas, saxofones, violines y chelos de manera gratuita es una experiencia sublime. ¿Se imaginan cuánto disminuiría la violencia y crecerían los sueños si hubiera otros quince centros culturales, gratuitos, públicos, en la Ciudad de Guatemala y otros cientos en todo el país?
martinpellecer@gmail.com
martes, 1 de julio de 2008
37. Unión Europea xenófoba
La Unión Europea dice ser el estandarte mundial de la defensa de “sus valores”, como los derechos humanos. Ciertamente, ayudó al país a lograr la paz o proteger a guatemaltecos que luchan por los derechos humanos. Era una voz autorizada en materia, era.
El mes pasado aprobó “la Directiva de Retorno/Expulsión de ilegales”. Cualquiera sin visa recibirá una carta en la que se pide que se largue o se le perseguirá, arrestará y expulsará porque es un delincuente. El artículo 12, inciso 3, dice que se le dará asistencia jurídica gratuita a quienes carezcan de recursos “en la medida en que dicha asistencia sea necesaria para garantizar un acceso efectivo a la justicia”. ¿Para qué recibir asistencia que garantice justicia si la ley no deja lugar a interpretaciones justas y es un delito trabajar en Europa sin visa? Claro, España ahora dice que “le explicará a los latinoamericanos bien esta ley” porque criticarla responde a “ignorancia” o “populismo”. Bah.
Es sólo el primer paso. La presidencia semestral europea del francés Sarkozy tiene como primera prioridad combatir la inmigración “ilegal”. Allí se afinará el “contrato de integración” y la prohibición de la reunificación familiar a menos que se compruebe que tiene réditos económicos y los migrantes hablan el idioma local. Adieu a Francia y Europa de derechos del hombre, bonjour a la Europa xenófoba que quiere “limpiarse” de los ocho millones de “ilegales”; en realidad humanos bien legales pero “indocumentados”.
El cambio no sucedió de un día a otro. Es que la “crisis” económica tiene una salida fácil en los populismos de derecha que acusan de todos los males a los inmigrantes para ganar votos. Lo que se consideró un tumor hace años con la elección de neonazis en Austria o de 20 por ciento de franceses con el neonazi Le Pen o los italianos con el fascista Berlusconi parece haberse convertido en un cáncer. Ahora la centroderecha tomó esa bandera xenófoba para ganar votos y la izquierda no desentona. El problema es que ahora los xenófobos son la mayoría de los 500 millones de europeos y materializan el apartheid mundial: los occidentales en la parte linda del Norte y el resto que no sea rico o capacitado, fuera.
Esto a pesar que estudios oficiales de la UE reconocen que necesitan 100 millones de inmigrantes para sostener su sistema social, a pesar de que está demostrado que los migrantes aportan casi el triple de lo que reciben del sistema social, a pesar de que son el motor de la economía en infraestructura o servicios. A pesar de que tienen tantos derechos como los europeos que migraron durante siglos a todo el mundo, para trabajar o para asaltarlo (y no es metáfora).
Recién regreso de las Españas, tras una beca. La España en la que pasé la mayor parte del tiempo es una abierta a los inmigrantes, multicultural, cosmopolita, vibrante, que invita a quedarse. Otra España es racista con los extranjeros, los persigue y explota, que regresa cientos de latinoamericanos de los aeropuertos si no tienen 57 euros para gastar diarios (¡menos de lo que un turista europeo gasta acá!), que lo hace sentir a uno como intruso.
Está bien la declaración continental de protesta que lideramos en la Organización de Estados Americanos (OEA). Ahora nos queda apoyarnos entre nosotros, latinoamericanos, para defender a nuestros connacionales en EEUU y en la UE. A los centroamericanos en México y andinos en Argentina. Podemos empezar por dar el ejemplo y tratar bien a los centroamericanos y ecuatorianos que pasan por Guatemala.
P.S. Un amable lector me recordó la semana pasada que Berger no protegió a su delfín, Eduardo González, cuando lo de Bancafé; tiene razón, lo corrijo.
martinpellecer@gmail.com
El mes pasado aprobó “la Directiva de Retorno/Expulsión de ilegales”. Cualquiera sin visa recibirá una carta en la que se pide que se largue o se le perseguirá, arrestará y expulsará porque es un delincuente. El artículo 12, inciso 3, dice que se le dará asistencia jurídica gratuita a quienes carezcan de recursos “en la medida en que dicha asistencia sea necesaria para garantizar un acceso efectivo a la justicia”. ¿Para qué recibir asistencia que garantice justicia si la ley no deja lugar a interpretaciones justas y es un delito trabajar en Europa sin visa? Claro, España ahora dice que “le explicará a los latinoamericanos bien esta ley” porque criticarla responde a “ignorancia” o “populismo”. Bah.
Es sólo el primer paso. La presidencia semestral europea del francés Sarkozy tiene como primera prioridad combatir la inmigración “ilegal”. Allí se afinará el “contrato de integración” y la prohibición de la reunificación familiar a menos que se compruebe que tiene réditos económicos y los migrantes hablan el idioma local. Adieu a Francia y Europa de derechos del hombre, bonjour a la Europa xenófoba que quiere “limpiarse” de los ocho millones de “ilegales”; en realidad humanos bien legales pero “indocumentados”.
El cambio no sucedió de un día a otro. Es que la “crisis” económica tiene una salida fácil en los populismos de derecha que acusan de todos los males a los inmigrantes para ganar votos. Lo que se consideró un tumor hace años con la elección de neonazis en Austria o de 20 por ciento de franceses con el neonazi Le Pen o los italianos con el fascista Berlusconi parece haberse convertido en un cáncer. Ahora la centroderecha tomó esa bandera xenófoba para ganar votos y la izquierda no desentona. El problema es que ahora los xenófobos son la mayoría de los 500 millones de europeos y materializan el apartheid mundial: los occidentales en la parte linda del Norte y el resto que no sea rico o capacitado, fuera.
Esto a pesar que estudios oficiales de la UE reconocen que necesitan 100 millones de inmigrantes para sostener su sistema social, a pesar de que está demostrado que los migrantes aportan casi el triple de lo que reciben del sistema social, a pesar de que son el motor de la economía en infraestructura o servicios. A pesar de que tienen tantos derechos como los europeos que migraron durante siglos a todo el mundo, para trabajar o para asaltarlo (y no es metáfora).
Recién regreso de las Españas, tras una beca. La España en la que pasé la mayor parte del tiempo es una abierta a los inmigrantes, multicultural, cosmopolita, vibrante, que invita a quedarse. Otra España es racista con los extranjeros, los persigue y explota, que regresa cientos de latinoamericanos de los aeropuertos si no tienen 57 euros para gastar diarios (¡menos de lo que un turista europeo gasta acá!), que lo hace sentir a uno como intruso.
Está bien la declaración continental de protesta que lideramos en la Organización de Estados Americanos (OEA). Ahora nos queda apoyarnos entre nosotros, latinoamericanos, para defender a nuestros connacionales en EEUU y en la UE. A los centroamericanos en México y andinos en Argentina. Podemos empezar por dar el ejemplo y tratar bien a los centroamericanos y ecuatorianos que pasan por Guatemala.
P.S. Un amable lector me recordó la semana pasada que Berger no protegió a su delfín, Eduardo González, cuando lo de Bancafé; tiene razón, lo corrijo.
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