“No tenemos identidad nacional”, “la independencia no fue heroica”, “que lo único que nos identifica es que somos lo peor del mundo (haraganes, mentirosos, mediocres)”, blablá. Cada 15 de septiembre se repiten las mismas reflexiones sin resultados ni propuestas sobre la nación guatemalteca, sobre la guatemalidad.
Que los mexicanos o los salvadoreños o los gringos o los franceses o los brasileños sí tengan identidad nacional no es por magia o bendición o por muestra de nuestro destino de fracaso manifiesto, es porque sus Estados fueron exitosos en ese propósito. Y lo lograron con prueba y error hasta que lo consiguieron.
Esas identidades nacionales tienen su base en imaginarios, en imaginar al otro. Benedict Anderson resumió qué es la nación: una comunidad imaginada, pues nunca, aunque vivamos en Luxemburgo (500 mil hab.) podríamos conocer a todos nuestros connacionales. Para organizarnos la vida y “facilitarnos” las relaciones interpersonales, nos hacemos una imagen del resto de nacionales.
Así, los argentinos, en especial los porteños, se imaginan que son lo mejor que se puso en el mundo y mejores que europeos y gringos. Los franceses se imaginan que son los portadores de la cultura y los derechos del hombre en el mundo. Los mexicanos que son la raza cósmica, mejores que el resto del mundo. Los salvadoreños que trabajadores, los nicaragüenses que poetas, los gringos que buenas personas y salvadores del planeta.
Y no, no es así. Ni los argentinos ni los mexicanos son los mejores, ni los franceses los más cultos que los alemanes ni los salvadoreños más trabajadores que el resto del mundo ni todos los gringos son buenas personas, pero todos ellos creen que lo son. Entonces cuando miran a otro nacional creen ver a un culto o a un cósmico o a un buenagente.
Nosotros en cambio, como nuestro Estado (o quienes han estado en el poder, miopes en el 80% de la historia) no ha construido una nación, una identidad nacional de la que se sientan parte indígenas, mestizos, blancos y negros –como sí sucede en México, Brasil, Colombia o EEUU- y por lo tanto tenemos sólo imágenes negativas del resto de guatemaltecos. Así, la mayoría que se topa con otro guatemalteco piensa que es un haragán, mediocre, corrupto, envidioso, racista… Y no, no es así. No es que los guatemaltecos sean lo peor del mundo, pero nos lo creemos.
Muchos Estados en el mundo están ahora en proceso de construir su identidad –la mitad de países no logró una sola identidad nacional en estos 200 años desde la Revolución Francesa- porque la nación (esa alma abstracta sobre el país, como dijo Renan en 1872) es lo que da legitimidad al Estado. Y esa pasa por la escuela y los medios de comunicación. Podemos quitar los obstáculos y empezar a construirla o esperar que nuestros hijos y nietos sigan quejándose cada 15 de septiembre.
El primer obstáculo es el racismo. Tenemos que derrumbarlo. El segundo paso es reconocernos diferentes (multiculturales) y semejantes (interculturales). El tercero es leer la historia, saber de todos esos héroes, de esos trabajadores, de esas estrellas que ha dado esta tierra. Y cuarto, tener autoestima y empezar a ver el vaso medio lleno y trabajar para llenarlo. Después de todo, la otra alternativa es seguir diciendo, cruzados de brazos, que el país “va cada vez peor” (lo cual es mentira) por culpa del otro, del “inmensamente diferente” a pesar de que tiene dos ojos, una nariz, una familia, sueños, ganas de trabajar y ante el resto de 5 mil 999 millones 987 personas del mundo es un simple oriundo de Guatemala.
martinpellecer@gmail.com
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1 comentario:
Martin, con todo respeto te saludo muy cordialmente.
No creo que como país vayamos peor, lo que deberíamos hacer es trabajar como nación, pero juntos, no porque éste me caiga mal mejor trabajo con otro, es una cuestión de trabajo en equipo, como hermanos guatemaltecos que somos.
De porqué El Salvador, Mexico, Estados Unidos tienen otro estilo de vida, es porque trabajan de la mano y se ayudan unos con otros. En todas partes del mundo o del pais hay gente buena y también no tan buena. Pero a veces no tenemos muy claro el rumbo que lleva Guatemala.
Todos los guatemaltecos somos hermanos pero no nos queremos como tal...en nuestro país existe mucha envidia, resentimientos, etc., y esas cositas son las que no hacen que unamos esfuerzos porque cuando alguien está de acuerdo el otro está en desacuerdo.
Como ejemplo en los US la gente latina en general tiene muy mala fama, pero eso es porque si una persona queda mal piensan que todos somos igual y eso no es así. Bueno, pero estamos en Guate y debemos hacer algo para construir un país mejor, no se trata de lo que haga el gobierno sino lo que hagamos los ciudadanos.
Psdt. Cuando alguna persona valiente inicie un buen proyecto para mejorar el pais con todos los guatemaltecos, allí me avisan por favor.
Muy atentamente,
RosaFigueroa
rosamariafiguerr@gmail.com
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