viernes, 13 de marzo de 2009

La mitificación de los gobiernos de ARENA en El Salvador

La mitificación de El Salvador de ARENA

Por Martín Rodríguez P.

Desde Ciudad de Guatemala siempre se ha tenido en una posición especial a El Salvador. Son trabajadores, con agallas para el fútbol, emprendedores, con capacidad de sorprenderse, “más cabales”. Cuando hemos traducido esto a la política –en especial desde la derecha proempresarial guatemalteca- El Salvador y su “continuidad” de gobiernos de ARENA en los últimos 20 años, lo coloca a años luz por delante nuestro.

Como buen gobierno de derecha, la infraestructura está muy bien y se pueden apreciar carreteras en mucho mejor estado que las nuestras; gerencialmente han sido mejores que nosotros y es más fácil y rápido abrir una empresa allá; construyeron una policía nacional civil menos corrupta que la nuestra –lo cual no es difícil-, pero paremos de contar.

Hay otra parte de El Salvador, El Salvador de a pie, que no es tan lindo como se pinta, o que no nos cuentan. En primer lugar, si hay dos países más violentos que Guatemala en el mundo –y eso sí es difícil-, son El Salvador y Honduras. Sí, a pesar de las campañas de “no den de comer a los ladrones” y más blablás. Sí, en El Salvador matan más personas que en Guatemala.

Un país en el que hay tantos asesinatos y no hay una paz social no puede ser un modelo exitoso. La violencia implica frustración, desesperación. El Salvador está literalmente privatizado y el que lo puede pagar bien, y el que no lo logra aunque trabaje lo más que pueda, lo intenta por medio de la violencia o se va.

Uno de cada tres salvadoreños viven en Estados Unidos. Sí, uno de cada tres, a diferencia de uno de cada diez guatemaltecos. Y durante los últimos 20 años, la migración ha continuado. La elección de los pies, que es cómo los ciudadanos rechazan a un gobierno migrando, no se ha detenido.

El Salvador de ARENA se rasga las vestiduras sobre integración centroamericana. Son “los centroamericanistas” de Centroamérica. Ajá. Como reportero de Prensa Libre tuve la oportunidad de cubrir unas siete Cumbres de Presidentes centroamericanos y una iberoamericana. Ahí pude ver cómo el presidente Saca –el peor de los presidentes areneros, un perifoneador de deportes con tanta idea de política e historia como muchos de nosotros de física cuántica- pude ver como el presidente Saca respondía antes de firmar cualquier cosa a sus homólogos centroamericanos, “espérenme, tengo que consultar” y llamaba a la oligarquía salvadoreña para preguntar. Sí, la oligarquía salvadoreña es mucho más moderna que una buena parte de la nuestra pero no a la hora del libre comercio que tanto predica para la integración centroamericana.

Guatemala, por medio de Gobierno y de empresarios, ha pujado para acelerar la integración económica y ha sido El Salvador, no Costa Rica, el que la ha bombardeado en el CA-4. Claro, no queda bien después de la foto señalar a “nuestro hermano el bien portado”. Acá la diplomacia todavía no es de la directa, del “smart power”.

A ARENA tampoco le importa destruir a Centroamérica, o mejor escrito, dejar muy mal parada a Centroamérica, con tal de quedar bien parado.

Por eso cuando se iba a elegir al Secretario General de la Organización de Estados Americanos y Guatemala tenía a un candidato con muchas posibilidades, apoyos en Suramérica y un currículo como pocos (Gert Rosenthal), El Salvador se obstinó con poner a su ex presidente Francisco Flores. Suramérica se rió de Centroamérica y al final compitieron el ex canciller mexicano y el chileno.

¿Qué me dicen del caso del asesinato de los diputados salvadoreños? A Saca poco le faltó para demandarnos en las cortes de Estados Unidos y fue a hablar pestes nuestras a Washington. Y todos cerraron la boca cuando policías de su país, diputados de su país y narcos de su país se vieron implicados. No le importa destruir al resto de Centroamérica con tal de quedar bien.

El gobierno de ARENA envió y mantiene soldados salvadoreños en Irak. En Irak. ¿Qué tenía que hacer un gobierno centroamericano apoyando la invasión más ilegal, ilegítima y dañina por hacerle caso a un presidente nefasto?

El gobierno de ARENA, con la dolarización de la economía y la venta de todos los bancos a capital estadounidense, se ha quedado sin margen de maniobra económicamente. Guatemala, en cambio, aprobó una de las leyes más vanguardistas de América Latina sobre libre negociación de divisas y los ciudadanos escogimos usar el quetzal todos los días y el dólar o el euro para transacciones más grandes.

Que los gobiernos de ARENA no son corruptos… tiene muchos bemoles. En todo caso, los gobiernos de ARENA no han sido ha sido fiscalizados. Los periódicos salvadoreños están totalmente plegados a ARENA. En Guatemala fiscalizamos al PAN, al FRG, al Pacur de la Gana, a la UNE. Esa es la diferencia. Si los periódicos salvadoreños dejaran a sus periodistas investigar… otro gallo cantaría.

Esta columna no es para hacer una comparación entre Guatemala y El Salvador, entre si les ha ido mejor a ellos que a nosotros. Seguramente no podría haber habido un gobierno peor que el eferregismo. El ánimo de esta columna es que nos quitemos esa “alarma” tan puritana de estar atentos “por si los comunistas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ganan este domingo 15 de marzo”.

Ni el FMLN está encabezado por un candidato presidencial comunista, Mauricio Funes es un periodista moderado, ni El Salvador de ARENA era la panacea. Era un gobierno que empujó hasta el extremo la ideología neocon que adoran los neoliberales guatemaltecos marroquinianos con un saldo de un país violentísimo en el que los beneficios de las reformas estructurales llegan desproporcionadamente más a los empresarios que a los ciudadanos de a pie.

Así que no hay de qué preocuparse. Ni el gobierno de ARENA nos representaba beneficios a los guatemaltecos de a pie –los empresarios seguirán comprando, los salvadoreños seguirán consumiendo y ojalá el nuevo gobierno sea un poco más consecuente con los discursos de integración- ni un posible gobierno del FMLN va a significar perjuicios. Esa idea de que habrá más migración salvadoreña por medio de Guatemala es… una sandez. Si llega a haber más consecuencia migración de la irresponsable política económica de ARENA, ¿qué? Que pasen o se queden y trabajen en Guatemala y nos hagan crecer. Debemos ser un poco más consecuentes con lo que pedimos a México y EEUU sobre nuestros connacionales.

Así que salvadoreños, acudan sin miedo a las urnas. Y guatemaltecos, esperemos, sin prejuicios, a ver qué dicen los salvadoreños con su voto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Martin!! Muy buen analisis el que has hecho y mira que te lo dice una salvadoreña pero estoy totalmente de acuerdo

Hugo Novales Contreras dijo...

Yo creo que la mitificación que muchos guatemaltecos hacen de Arena se debe precisamente a la existencia del FMLN como fuerza política importante. El anticomunismo, tan típico en Guatemala como los mismos tamales, tiende a irracionalizar las posturas, idealizando a los aliados y satanizando a cualquier rival. Es el epítome de la unidad política Schmittiana.

Los resultados de ayer obligarán a que la política salvadoreña adopte un carácter un tanto más conciliatorio y menos polarizado... el poder real perdió una cuota importante de poder formal. ¿Repercutirá esto en Guatemala? Quién quita... La grama más verde del vecino podría terminar con la ambivalencia ideológica de nuestro actual gobierno. No definitivamente, pero podría inclinar la balanza un cachito más a la izquierda. Ojalá se ponga interesante la cosa.