La Corte de Constitucionalidad (CC) tiene otra vez una decisión para formar país: Decidir si los ciudadanos tenemos que pagarle más al monopolio de la Empresa Eléctrica.
No sé si me da confianza nuestro máximo tribunal. No me la da por su interpretación política de las leyes. Porque al final se convierte en un pulso entre magistrados éticos y magistrados no éticos de la Corte.
A ver, la Empresa Eléctrica tiene un monopolio con el que nos mira la cara de brutos a los guatemaltecos, produciendo energía acá y vendiéndola más barata a los salvadoreños. Además, sin ninguna competencia nacional. Y con ganancias multimillonarias. Y el Estado –por medio de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica- decidió que nos cobre menos. Y viene este monopolio español –aunque podría ser un detestable monopolio guatemalteco o mexicano- y se rehúsa a pagar más impuestos y tiene la osadía de dejar de facturar.
¿Se imaginan si el Estado español les da un monopolio y les aumenta la tarifa y ellos se atreven a dejar de facturar? Directito al bote. Acá, estamos en las manos de cinco magistrados.
Y la última decisión clave para el futuro del país que tomaron con los pies pasó desapercibida entre tanto escándalo. Ampararon provisionalmente a la gremial de armeros respecto de una parte de la nueva ley de armas, que prohibía a los menores de 25 años portar un arma. Les dejaron que los patojitos de 18 años que contratan puedan ser una excepción igual que los policías nacionales.
Qué vergüenza. La mitad de los guardias de seguridad tienen menos de 25 años y la inmensa mayoría no recibe ninguna capacitación de absolutamente nada.
“Es que va a haber muchos desempleados”, dicen los armeros. Pues el sector productivo del país podría ser un poco más innovador y responsable que estar dando armas a campesinos del interior malpagándoles a cambio de evitar que cualquiera se acerque a sus parqueos.
Yo recuerdo que una tarde en medio del tráfico me detuve en un parqueo vacío de una farmacia en la zona 10 con luces intermitentes a esperar a un amigo al que tenía que pasar a traer; estaba saliendo de una tienda. Tenía que esperar dos minutos.
Pero el guardia de la farmacia se acercó y me dijo “no te podés quedar acá”. Yo le expliqué que serían dos minutos y que si llegaba otro carro, me movería. “El patrón me dio órdenes de disparar a cualquiera que se ponga en el parqueo”. “Son dos minutos”, le respondí. “¿No entendés?”, me gritó, cargando su escopeta, antes de continuar, “¿Vos me vas a pagar los mil pesos que me dan a fin de mes?”, me preguntó, junto antes de que llegara mi amigo.
Yo tuve suerte. El otro día ví como dos guardias de seguridad vapuleaban a un tipo que se sentó en una acera de una heladería en Las Américas hasta que intervenimos unos comensales. No sé la cantidad de asesinatos o lesiones que habrán cometido guardias de seguridad privados –o empleados de los patrones de las empresas de seguridad- a quienes la CC está beneficiando.
Pero bueno, al final, ¿cuánto les importamos los ciudadanos a los magistrados de la Corte de Constitucionalidad? Ellos tienen la respuesta.
PS. Dos posdatas. La primera es el agradecimiento a la CICIG por cuestionar con igual rigor a “los buenos” que a “los malos”. Es un paso adelante que en el caso de la PDH digan que el acusado no es el responsable del secuestro de Gladys Monterroso, aunque (espero) eso no quiera decir que el caso está cerrado. Como también lo es la llamada de atención a los medios –todos- desinformadores. La vida no es de buenos y malos. Tenemos que ser responsables.
La segunda es mi solidaridad con Otto Pérez y Roxana Baldetti por las amenazas de muerte en su contra; creo que el gobierno de Colom se está pasando de demonizarlos.
martinpellecer@gmail.com
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2 comentarios:
Coincido con todo, menos con tu última post data. Simplemente me cuesta creerles.
Martin:
Es increible como cualquier guardia de seguridad se siente tan protegido y con tanto valor solamente porque porta un arma y disque se puede defender aunque se trate de una persona inocente que solamente está esperando a alguien, como fue tu caso.
Me cuesta entender, porqué estas personas son tan abusivas (en algunas ocasiones) y eso porque a mi también me sucedió, pero no puedes salir a la defensa porque es ponerte a la altura de ellos... y siempre no se sale ganando. Son injustos muchas veces. Pero ellos tienen un arma y se sienten favorecidos.
El gobierno está beneficiando a ciertas personas y empresas pero como que lo están haciendo al revez... así no funcionarán las cosas, qué futuro nos espera si actúan tan imprudentemente, por no decir otra cosa...
Feliz dia Martin, Dios te bendiga y sigue adelante. Excelentes columnas!!
Rosa Figueroa
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