viernes, 14 de agosto de 2009

94. Crisis en Honduras / Aplanadora en el pleno

94. Wachik’aj

Honduras y nosotros / Aplanadora o pantano?

Hon.. duras

Los 45 días que lleva el golpe de Estado hondureño ciertamente son una cachetada para los demócratas centroamericanos y de América y Europa. Sin embargo, que tras 45 días esté más cerca una solución dialogada al conflicto apoyada por moderados que una guerra entre chavistas (Venezuela y Nicaragua) y golpistas (hondureños), es una pequeña victoria, pírrica, para los demócratas centroamericanos y continentales.

Guatemala reaccionó bien –el canciller Rodas este año está mostrando por qué es una de las dos piezas indispensables del Gabinete-, pero se está quedando corta. Mientras EEUU endurece sus políticas y quita visas o bloquea ayudas, al igual que Europa, Guatemala corre el riesgo de convertirse en un espectador, a pesar de lo grave de tener un gobierno golpista en nuestra vecindad y la influencia que podemos ejercer en Honduras.

El presidente tico Arias ha presentado una propuesta muy balanceada para solucionar el conflicto (con la reinstalación de Zelaya y la prohibición de cualquier encuesta o referendo), pero para darle fuerza a la propuesta, los que tenemos poder sobre Honduras tenemos que ejercerlo: Guatemala y su economía (Honduras nos compra y vende mucho) es determinante.

Al aumentar la represión –sacar a patadas a una rectora universitaria, matar a un profesor o agredir estudiantes- los golpistas muestran su nerviosismo y cómo en vez de interesarse por la democracia, lo que les importa es mantener el status quo hondureño (más vergonzoso que el nuestro) y que les vienen del Norte sus ciudadanos. Su ejército ha dicho que apoya el plan Arias, el Congreso debate una parte y falta sólo una vuelta de tuerca para hacer que ceda la élite económica y le quiten la alfombra a Micheletti.

Guatemala, junto al resto del SICA, puede volver a cerrar las fronteras comerciales, por ejemplo, una semana, para volver a presionar. El presidente Colom tiene que asumir un liderazgo centroamericano y no tenerle miedo a los radicales de derechas guatemaltecos, a los que nuestro país les importa un candelero.

Aplanadora

El Gobierno de Colom logró un acuerdo con casi todos los bloques de oposición –seguramente con corrupción y acuerdos políticos- y ha destrabado la agenda legislativa que el Patriota había metido en el congelador hace meses (con tácticas parlamentarias y grotescos espectáculos de agua).

La reacción de los conservadores ha sido de condenar “la traición a la ciudadanía de los diputados de oposición”. Esto a pesar de que las primeras leyes aprobadas son las que pedía la CICIG para tener más herramientas para combatir al crimen organizado y la aprobación de bonos para que el Gobierno no quiebre financieramente y se le pueda inyectar dinero a la economía en tiempos de crisis. Además que se han planteado leyes que pide la opinión pública tanto progresista como conservadora (ésta última incluye la ley de la Franja Transversal que favorece a la corrupta Solel Boneh).

Así que bueno, no seamos cínicos. ¿Está mal si se estanca la agenda pero mal si camina? Hay que fiscalizar al Congreso y exigirle que trabaje, pero no podemos tener un debate político tan de kindergarten, que el país merece más.
martinpellecer@gmail.com

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