http://www.prensalibre.com/pl/2008/abril/15/231130.html
El doble de años de cárcel cuando se ata- que a las mujeres en el marco de relaciones desiguales de poder por género, que sea delito la negación de acceso a métodos anticonceptivos, que se proteja a las mujeres de la violencia psicológica y económica… esa ley debería tenernos orgullosos a los guatemaltecos.
Las mujeres —porque esta ley ha sido producto de su lucha— han logrado que los diputados nos coloquen en una vanguardia latinoamericana en la protección legal de estos derechos sociales. Sí, la primera duda es que la ley no se aplicará, pero lo importante es que la ley busca corregir una realidad, obligarnos a cambiar comportamientos, pero sobre todo, en América Latina positivista, en la que lo justo en los tribunales es únicamente lo que dice la ley, esta norma será una herramienta de defensa para las mujeres.
Como en este país no nos damos tiempo para celebrar nuestras pequeñas victorias —aunque siempre hay tiempo para llorar nuestras pequeñas derrotas—, pensemos en la siguiente tarea para seguir dando herramientas de defensa para que los ciudadanos puedan ejercitar mejor su ciudadanía y puedan así vivir una vida más feliz. Los diputados tienen de nuevo uno de los balones más importantes en su cancha.
Después del golpe público por el asesinato de Víctor Rivera, todos, casi por consenso tácito, nos resignamos a pedir que investigue el Ministerio Público (sin apoyo del equipo de Rivera, por cierto, ni tampoco de nadie más) y esperar a lamentarnos que quede impune. Bueno, ¿cuál es un denominador de la impunidad que podemos cambiar con voluntad política? La Ley de Amparo.
Si no se reforma la Ley de Amparo —que ya habían acordado el año pasado los partidos, pero los diputados abogaduchos de cada bancada la bloquearon, en un santiamén, en una reunión de cinco minutos en el hemiciclo—, seguirá siendo imposible alcanzar la justicia.
¿Queremos entrarles a los poderes paralelos y a la mafia del narcotráfico? Saquémoslos de la política y de la economía. Construyamos las herramientas para transparentar la política: la Ley de Libre Acceso a la Información y las herramientas para que el Tribunal Supremo Electoral fiscalice y penalice a los partidos y a los candidatos a diputados y alcaldes que oculten sus cuentas y financistas.
Saquémoslos de la economía. Allí está la iniciativa contra el enriquecimiento ilícito. Transparentemos las sociedades anónimas y que las acciones no puedan ser “al portador”, porque el mayor beneficiado no es “a quienes no secuestren”, sino a quienes quieren lavar dinero o no pagar impuestos o robar dinero público.
Es que cada uno tenemos que do our homework, hacer nuestra tarea en casa. Como país tenemos que limpiar la política y la economía. Es que no solo tenemos que mejorar más —porque lo hacemos muy lentamente— en el Índice de Transparencia Internacional, por la falta de transparencia pública; el sector privado también: al banco más grande del país no lo dejaron abrir sucursales en Estados Unidos, porque tenía acciones sin transparentar.
Y nos cuesta, nos hacemos bolas, pero tengamos un poco de autoestima, todos. Exijamos, pero aportemos. Que tengamos muchas tareas pendientes puede dar para fatalismos, pero también podemos ilusionarnos sobre todo lo que podemos construir.
martinpellecer@gmail.com
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