martes, 20 de mayo de 2008

31. Nuevo delito: trabajar

¿QUÉ PASARÍA SI un empresario estadounidense arriesga su vida para venir a Guatemala, invierte unos US$ 4 mil dólares en el viaje, contribuye con impuestos al fisco, deja a su familia para mandarle unos US$4 mil al año y de pronto llega la policía a su lugar de trabajo, lo saca a patadas, lo engrilleta y lo manda sedado en un vuelo de vuelta a su país porque no tiene “permiso de trabajo”?

Ah, Standard & Poor’s nos calificaría de país riesgoso, el NYTimes mandaría un corresponsal y las relaciones diplomáticas desde Washington se mandarían al congelador. Y eso por uno, no digamos 290. Ahí sí nos convertimos en país paria destino probable para traer a los marines y derrocar al gobierno y provocar otra guerra civil.

Es de verdad espeluznante cómo han evolucionado los imaginarios sobre la ética en los países “civilizados”. 290 guatemaltecos fueron sacados de su lugar de trabajo en Iowa como si fueran delincuentes, con la policía calificándolo de éxito histórico, por no tener un papel que legalizara la hipocresía del empresario estadounidense que pide mano de obra barata “indocumentada” para “ser competitivo en el mundo”.

Ah, pero los guatemaltecos somos sus socios comerciales, políticos, aliados en la lucha antidrogas, en la lucha antichavista, anticomunista durante décadas, compradores de sus productos, sus iglesias y su entertainment… pero eso de compartir fuerza de trabajo, el mismo suelo… ah, no, eso sí le da asco y miedo a los conservadores y a los gobernantes racistas gringos.

Sí, claro, tienen que proteger a sus trabajadores, cumplir la ley, proteger su seguridad, sus fronteras. ¡Pamplinas! Si no quieren dentro de sus fronteras a guatemaltecos trabajadores –ni latinoamericanos ni nadie que no sea blanco, pistudo o brillante– ¿por qué no se dedican a competir lealmente en el comercio, sin prácticas proteccionistas para quebrar a nuestros empresarios pequeños o a dejarnos de pedir que abramos nuestras fronteras para vendernos más aunque nos arruinemos? ¿Por qué no dejar de especular con nuestros productos de la canasta básica para quebrarnos? ¿Por qué no persiguen a sus cocainómanos que financian el narcotráfico latinoamericano que arruina nuestras instituciones y nuestras democracias y nuestras sociedades? ¿O por qué al menos los gringos éticos –que son quizás la mitad- no sacan del poder a esa banda de conservadores que se ha paseado tanto en el mundo y recuperan su pasado más civilizado?

No son exclusivos en ser “civilizados”. Hay que ver a los italianos persiguiendo gitanos o la policía española contra los africanos y copiando los comportamientos aeroportuarios gringos contra los latinos o la mitad de europeos que piden expulsar inmediatamente a los “indocumentados” causantes de todos los males de su mundo. Vaya ejemplo de relaciones civilizadas interétnicas, que cuando bajan al tercer mundo se convierten ¡en 20 inmigrantes “ilegales” quemados vivos en Sudáfrica!

¿Y qué hacemos? Sería lindo escuchar las historias de los 290 guatemaltecos, de por qué decidieron dejar nuestro país para fajarse afuera como lo hacían acá pero ganando algo de dinero para que sus familias tuvieran un poco de dignidad. Si este país y esta economía funcionaran más y fuera más justo y ético y menos racista, casi millón y medio no migrarían afuera y otros millones hacia la capital.

Obvio que no podemos dejar de vender y comprar a los gringos. Pero podríamos por lo menos dejarlos de ver y tratar como nuestro ejemplo, nuestro amigo del Norte. Podrán ser socios comerciales, académicos, humanitarios, de pueblos que tienen personas valiosísimas, pero dejemos de comernos su doble moral hasta que no vuelvan a ser un poco más civilizados.

PS. Desde acá quiero enviarle mis respetos, admiración y solidaridad a Jorge Mérida y todos los colegas periodistas del interior que de verdad se arriesgan por nuestra democracia. Como ciudadano, gracias.

martinpellecer@gmail.com

1 comentario:

Mr. Lucev dijo...

Yo soy blanco y tampoco me quieren en EEUU