martes, 6 de mayo de 2008

Más debate petrolero

http://www.prensalibre.com/pl/2008/mayo/06/235549.html

La crisis del petróleo del 2008 —como la del 2004, a inicios de un período gubernamental— nos ha hecho ahora por lo menos movernos en la imaginación de soluciones, ejercitar a tropezones algo que como sociedad nos cuesta todavía: dialogar, cuestionar, debatir, argumentar.

Esto es sano y no podemos quedarnos con debates en el aire, pero tampoco hacer aterrizajes forzosos que nos descalabren más. La discusión la empezó este gobierno, aunque la primera propuesta fue entre naíf o tonta o pésimamente comunicada: fijar precios tope. Al menos supo dar marcha atrás en lo de tope, y lo malo es que los precios acordados nunca se concretaron.

Junto a ésta estaba la de Petrocaribe. Ciertamente puede ser una solución a corto plazo, porque es un crédito para pagar el petróleo a largo plazo sin intereses, a cambio de no criticar internacionalmente a Hugo Chávez. Sí, Chávez es el demonio para algunos, pero igual les vende petróleo a los gringos y a Colombia, y ahí a ellos se les olvida que es el demonio y es solo un proveedor. El Gobierno no ha podido explicar exactamente (o negociar) cuáles serán los beneficios de este contrato.

Olvidamos ya el asunto de los biocombustibles “porque encarecen el precio de los alimentos”. Así lo explican las agencias internacionales que simplifican todo, y los “expertos económicos”. Vamos a deconstruir el argumento. 1. La demanda de biocombustibles no ha crecido en una forma tan grande que justifique la subida de precios. 2. Aún no se produce mucho biocombustible. 3. La tierra disponible es suficiente para producir biocombustibles y comida. En muchos países, la tierra no se aprovechó bien porque era más barato importar comida subvencionada por Estados Unidos o la Unión Europea, en vez de producirla. Miremos a Brasil. Llevan ya mucho tiempo produciendo —ellos sí— mucho biocombustible, sin conflictos graves con la producción de alimentos. La producción de biocombustibles y alimentos se puede combinar de una manera inteligente.

En el pasado no valía la pena producir en el campo, porque los precios estaban bajos por falta de demanda o porque no se usaban las tierras productivamente. La subida actual de los precios es una enorme oportunidad para producir más y ganar más, para crear riqueza en el campo e invertir en métodos modernos y sostenibles para agroindustria. La desventaja para los altos precios está en los que lo tienen que pagar: la población urbana. Entonces, ¿por qué suben tanto los precios, si no es por demanda ni por competencia con los biocombustibles? Pura especulación en las bolsas financieras.

El último debate es sobre extender, sin competencia, el contrato a Perenco. Manuel Baldizón y compañía quisieron hacerlo rápido, debajo de la mesa, tres dictámenes conjuntos en tiempo récord para una decisión tan importante como prorrogar 25 años una concesión… demasiada suspicacia. La explicación del ministro Carlos Meany en una entrevista a elPeriódico era contundente. Pero si es tan perfecta, ¿por qué no querer debatirla y querer pasarla de urgencia nacional? La iniciativa del fondo de petróleo tiene como parte toral prorrogar el contrato de Perenco, y lo de la repartición para Petén es puro populismo. No dice nada sobre qué porcentaje de regalías tendrá el Estado, y supongo que lo definirá un acuerdo gubernativo. No dice nada sobre proteger la Biosfera Maya. No dice nada sobre lo que argumentaba el ministro de hacernos autosostenibles. Es algo que puede ser una solución a mediano plazo, 10 años. No por uno o dos meses de debate vamos a arruinarla. Pero si la dejamos engavetada, ciertamente Belice, México y El Salvador no dudarán en quitarnos nuestro petróleo.

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