jueves, 27 de agosto de 2009

96. CACIF y Cámara del Agro

Los moderados empiezan a imponerse en el CACIF.

Sin aval

Ver la foto de famosos empresarios guatemaltecos reunidos con el presidente de facto de Honduras nos produjo a muchos vergüenza por el bochorno internacional que representa, e incluso pena por el extremismo anticomunista, caducado cuando cayó el muro de Berlín (1989), que ellos siguen profesando en el año 2009.

Pero el pie de la foto de elPeriódico es lo más importante de la noticia: “Sin el aval del CACIF”. Los finqueros reaccionarios que fueron a Tegucigalpa son de la Cámara del Agro y, para dicha del país, no representan la mayoría del empresariado guatemalteco. Si bien no han condenado el golpe de Estado del 28 de junio o avalado hacer un sacrificio temporal con cierre de fronteras, es un alivio saber que la mayor parte de la élite empresarial tampoco ha apoyado públicamente a Micheletti y los golpistas.

Dentro de todos los gremios o dentro de todas las instituciones siempre hay más de una visión del mundo. En el CACIF hay una significativa presencia de empresarios modernos, con visiones globales, comprometidos con el país, con la democracia y las instituciones, que es de aplaudir. (Aunque a varios les faltan lecturas que vayan más allá de las fórmulas neoliberales para desarrollar el país.) Hay otros que no se enteraron que cayó la URSS, ultras, que anhelan los golpes de Estado y las dictaduras que tanto daño hicieron a Guatemala.

El ala moderada del empresariado, que no apoyó esta misión a Honduras, fue la que tuvo un papel determinante para el manejo de la crisis por el caso Rosenberg. Dentro de todas las pasiones que podía desatar el video, el CACIF reaccionó de una manera muy prudente. Su actual presidente Jorge Montenegro ha sido la personificación de esta corriente centrada. Esta visión que piensa en competir con empresarios de EEUU y Europa, en ser los mayores vendedores a Centroamérica, en lo vital que es construir un Estado, en no buscar trampas para pagar menos impuestos.

Muchos amigos empresarios tienen la impresión que desde esta tribuna critico a “los empresarios”. Quizás ha sido falta de énfasis mío (aunque lo matizo) en que cuando critico algunas posturas empresariales, lo hago señalando a “una parte” del empresariado o a “una parte” de la cúpula empresarial. A esa parte radical, ultraconservadora, que es responsable de que muchos problemas actuales del país no se solucionen y nunca es sujeta a fiscalización.

Creo que como país deberíamos escapar de la tentación simplista de considerar esto como un teatro de buenos contra malos. Ni todos los políticos son malos ni todos los empresarios buenos. Ni viceversa. Para comprender nuestro país a mí me sirve el futbol; partidos competidos, muchos partidos, con equipos que tienen más jugadores buenos que otros, a veces con intensiones más nacionales que personales…

Como decidimos jugar bajo las reglas de la democracia desde hace 25 años y de la paz política desde hace 12 años, una de las condiciones sin equa non es la fiscalización. La posibilidad de exigir a los demás ciudadanos (funcionarios o no) que se comporten como ciudadanos. Esto es una obligación mínima como contraparte a los derechos que conlleva ser ciudadano. Por eso es reprochable el apoyo de los finqueros radicales al golpe hondureño, pero muy valiente de los empresarios moderados (mayoritarios) no haber dado el aval para semejante corcho.

PS. Señores postuladores, no se crean muy machitos por “resistir la presión pública” y desafiar la transparencia en las comisiones; hacen mucho daño a nuestro país.

1 comentario:

latigo dijo...

Menos mal...

off topic:

Cuando vinieron los diputados hondureños al despacho del ¿Lider? de LIDER, como q se incomodaron ante tanta cantidad de preguntas hechas por nuestros periodistas... Como q en Honduras a los medios los tienen plegados a su favor....